Tengo la mala suerte de no ser aficionado al baloncesto. Habré visto unos quince o veinte partidos en mi vida. No me enorgullezco de ello. No sé cuándo se pitan las técnicas o cuándo el tapón es ilegal. Mis conocimientos, casi primitivos, me sirven para intuir un triple o una penetración al aro. Reconozco, eso sí, que he vibrado las pocas veces que me he sentado a ver un partido de basket. Recuerdo un España-Francia de 2015 y un Real Madrid-Fenerbahce del año pasado. En ambos sentí cómo la adrenalina recorría mi cuerpo. Lamentablemente, no aproveché esa sensación para engancharme a un deporte que, pese a mi distancia e ignorancia, me resulta atractivo.
Este no es un artículo que vaya a hablar de mi escasa relación con el baloncesto, sino de la envidia que siento al notarme tibio y tranquilo ante una etapa histórica para el Real Madrid de Pablo Laso. Tengo la suerte de contar con un TL en Twitter que sigue religiosamente cada envite de los chicos del balón naranja. Leo cosas de todo tipo -en muchos momentos se parece al fútbol, aunque detecto mayor respeto y admiración aquí-, y casi todas concluyen en un profundo agradecimiento a un equipo de leyenda, seguramente irrepetible.
Pepe Kollins sonó emocionado al escribir sobre el Real Madrid de Baloncesto tras conquistar el Palau en el cuarto y, a la postre, último partido de la final de la Liga Endesa. Joe Llorente, voz más que autorizada para hablar de dicha sección, resumió la hegemonía blanca diciendo que el Madrid lleva siendo el mejor equipo muchos años. Quizá no seamos conscientes de la importancia y la realidad de esta frase. En el deporte de élite, ser el mejor de la temporada resulta dificilísimo, por lo que ser el mejor de una década es casi una hazaña. En la cuenta de Twitter de La Galerna leí que no se veía un Real Madrid así desde los años setenta. Una auténtica barbaridad.
Volviendo al segundo párrafo, sí, siento envidia. Por los resultados, por la dinámica, por el orgullo infinito que envuelve cada frase de todos a los que leo en Twitter, por las imágenes que encuentro en redes sociales y en posteriores resúmenes, por lo que me cuentan algunos amigos que sí son apasionados del baloncesto. Por todo ello, pero también por el ambiente familiar que parece gobernar esa plantilla. Hasta Luka Doncic, Rookie del año en la NBA y con el futuro en sus manos, tiene siempre un momento del día para 'su' Real Madrid. Llull y Felipe Reyes encarnan el madridismo como nadie, Campazzo parece haber nacido con sangre merengue en las venas, Pablo Laso ha construido un equipo demoledor, fiable y emocionante. Todo esto, repito, dicho desde la distancia, la ignorancia, la visión del que sólo observa a cuentagotas. Imagino lo que debe sentir aquel que se enamoró para siempre de ese deporte y lleva el veneno blanco también hasta el baloncesto. Envidia.
Habéis visto a vuestro Real Madrid alcanzar varias Final Four en pocos años y conquistar Europa. Os sabéis dominadores en España, especialmente en la Liga Endesa. Tenéis a Doncic en Estados Unidos alentando y convirtiéndose, queriendo o sin querer, en un embajador inmejorable. Disfrutáis cada pocos días de una plantilla única, sedienta pese a los enormes logros conseguidos. Lo único bueno de ver esto desde fuera es que la distancia me permite ser consciente de lo que está consiguiendo el equipo de Pablo Laso. Es algo abrumador, difícil de explicar con palabras. Así todo, sólo os puedo decir que no dejéis de saborearlo, porque esto, el ahora, nunca vuelve, por mucho que el Real Madrid de Baloncesto esté retando al propio destino. Lo digo desde la envidia.
Yo es que no entiendo ser madridista y pasar del equipo de baloncesto.
Carneeeets!!! Carneeets!!!! repartimos cartneeeees Madridistaaaaa oigaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
Estimado quilo...eso te ahorras, de ver cómo te roban copas del rey a pares, te pitan técnicas donde a otros ni siquiera les pitan faltas...en definitiva te ahorras impotencia de ver como los mafiosos proVarza te roban una y otra vez...al igual que hacen con el fútbol vamos ...eso te ahorras
Y todo ello a pesar de la persecución de la Associacció de Clubs de Basquetbol en la que desgraciadamente, seguimos militando. Pero estos tíos no nos hacen daño, y sabéis por qué? Porque ganamos con margen. En el fútbol, ya sabemos que salimos con -10 puntos, pero si además nosotros mismos incurrimos en vagancia, falta de motivación y pasotismo, pues el resultado es una temporada como la pasada. -10 puntos de los culegiados, y otros -9 puntos que añadimos nosotros mismos.
No solamente es Doncic. A otra medida, pero también importante, tenemos al guerrero Marcus Slaughter hablando bien de su exequipo siempre que puede. Son otros tíos que se hicieron madridistas aquí. Ninguno de ellos se señala cuántos títulos lleva él personalmente. Comparen las declaraciones de Llull con las de otros ídolos del otro balón.
Abrazos Madridistas
Estimado Quillo Barrios, estamos en la misma situación, no me gusta ni me ha gustado nunca, pero ese regusto de ver algo histórico como esta siendo esta etapa por parte de compañeros y amigos cercanos, lo reconozco, me da mucho envidia.
No lo entiendo Quillo ¿envidia? ¿no será admiracion? pero envidia ¿por qué?. La envidia es un sentimiento con connotaciones peyorativas, algo que consume, que deseas para ti algo que tiene el otro, un sentimiento que provoca en muchas ocasiones odio y animadversión por eso que tiene y tú no tienes, algo que hemos visto y comprobado que despierta el Realmadrid por su palmarés que le hace el mejor del mundo... y esto es lo que no entiendo, Quillo, siendo madridista ¿acaso no es tu equipo?. Envidia ¿de qué? Si acaso, orgullo.
Me parece que es desacertado el término elegido. Pero imaginemos que eso que tiene el equipo de baloncesto del Realmadrid lo quisieras para tu equipo de fútbol. Pero aquí, creo que tu distancia, esa que te permite permanecer ignorante, al revés de lo que piensas no te permite ver la lucha titánica contra los elementos de este equipo de leyenda. Leyendas que se forjan por la consecución de títulos y proezas, como la de nuestro equipo de fútbol que conquistó 3 champions consecutivas. No ha sido un camino de rosas como crees, es más, te recuerdo los "robos" y escándalos arbitrales en las 2 últimas finales de Copa, que hizo que el RM amenazase con abandonar la competición nacional. Las trabas del calendario que nos ha perjudicado más de una vez.
La diferencia es que la exposición mediática compara con la del fútbol es muchísimo menor. Los palos se quedan en webs especializadas y apenas tienen cabida en los programas y tertulias de los grandes medios que monopolizan el potente altavoz mediático donde dan pa'l pelo al RM. Así, gracias a Dios, nos dejan en paz con una supuesta gestión nefasta con jugadores que no han rendido como se esperaba y hubieran matado a los dirigentes y a Laso en la confección d ela plantilla (Prepelic, Kuzma, etc.), pero en un deporte habituado a dar altas y bajas a lo largo de una misma temporada, no debería sorprender si algún equipo se refuerza o da bajas... el caso es q si le exigencia mediática fuera igual, te parecería un equipo con un montón de problemas, que e slo que haría la prensa de igual manera que lo hace con el RM de fútbol. Las quejas de los que juegan menos, que las ha habido, los chicos de la prensa dirían que e sun polvorín y montarían un ambiente caldeado trasladando la idea, exagerada si no inventada, de polvorín.
Digamos que tu ignorancia de la marcha del equipo de baloncesto y que está fuera del foco mediático de los mass media, mantiene a salvo tu idealizada buena vida que disfruta la sección de baloncesto.
Por ejemplo, tú hablas de Doncic como gran embajador del Realmadrid ¿te has dado cuenta que cada vez que en televisión hablan de la NBA y de Luka Doncic evitan decir que es madridista? Los medios españoles no resaltan su madridismo, si fuera un ex culé, lo dirían constantemente.
Quillo, no sientas envidia. Siente alegría y casi alivio de que no tenga la repercusión que tiene la sección de fútbol en la prensa cateta y antimadridista que domina los medios deportivos.
Cada cual que sienta el madridismo a su manera. Pero, se me hace extraño el madridista que solo lo es de fútbol o de baloncesto. De pequeño quería que ganara el Madrid de beisbol, de volley, de Atletismo, de fútbol y de baloncesto.