Pues ya está el partido donde le conviene al diario As. Esto no implica necesariamente, desde luego, que esto sea consecuencia de que el Diario de la Ouija haya jugado sus cartas tácticas de manera magistral. Más bien se debe a que es sencillo llevar el partido a tu terreno cuando tu única estrategia consiste en abonar de estiércol el terreno de juego. El único prerrequisito para esa tarea de abono es que alguien haya defecado con anterioridad. Disculpen esta discreta inmersión escatológica a la hora del desayuno, pero cuando tanta gente (incluyendo el entorno de nuestro jugador, lo que por desgracia viene a ser nuestro jugador) está empeñada en cagarla, nosotros no tenemos más remedio que dar parte de la deposición.
Pues sí. Ya tiene el diario As el titular que tan obstinadamente perseguía, y nuestra obligación es hacerles saber que sabemos que lo perseguían. Nuestra obligación es hacerles ver que no somos tan ajenos a la intrahistoria de sus portadas como se piensan que somos, y que aunque no entramos en la cocina de sus tejemanejes es como si entráramos o entrásemos, un poco como le pasa, por el cuerpo místico de Cristo, a Diego Torres a la hora de escribir sus fantasías con sintaxis y antimadridismo.
Lo que también nos vemos en la obligación de aconsejar al diario As es que, puestos a enmierdar (o enmerdar, pues ambos verbos son válidos para la RAE) lo hagan con algún tino, pues los destacados que envuelven el apocalíptico (?) titular constituyen un delirio incalificable. ¿Cómo que el jugador "no perdona que el Madrid no desmienta los rumores que vienen desde Barcelona"? ¿Acaso corresponde al Madrid desmentir rumores o declaraciones que tienen que ver con la presunta voluntad de Ramos de entrar en operaciones que avalen deportivamente candidaturas culés? De proceder ese desmentido, ¿no correspondería hacerlo al propio Ramos o a su entorno? El que nos temamos que no haya torpeza en este galimatías -sino más bien decidido afán de aplicar el refrán del río revuelto y las ganancias a base de hacer a propósito ininteligible la trama- no nos impide rogar al Diario de la Ouija que por favor, en aras de la decencia que por fuerza ha de existir aún en algunas personas de esa casa, enmierden mejor. Que se autoimpongan, al menos, la modesta obligación de enmerdar (o enmierdar, al diario de Prisa no le incumbe la fórmula usada para expresarlo) de una manera en la cual se entienda algo.
"Otro Bale", titula Marca, en tono esperanzado y agudo contraste con la hecatombe mascullada por los ouijeros. Cuánto nos alegramos de que Marca nos informe de que vamos a ver un Bale más atinado que el de la última temporada, pero sería bueno que especificaran las razones que van a sustentar esta mejoría (entendemos por el contexto que el cambio -"otro"- es a mejor). La pregunta es casi demasiado fácil y da un poco de rubor hacerla, pero la culpa será en todo caso de Marca y no nuestra. Reclamaciones a ellos. Vamos allá.
¿Se ha curado Bale de la hernia? ¿Se ha operado y superado el post-operatorio en tiempo récord y de incógnito? De otro modo no se explican ni su súbita mejoría ni el repentino entusiasmo de Marca (otrora haters de los del anuncio) por el potencial del galés.
Ustedes pueden preguntarse: ¿hasta cuándo va a seguir La Galerna con lo de la hernia? Pues muy sencillo: hasta que Marca rectifique y/o se disculpe por aquella monumental cagada. Aquello no se salda con el mero paso del tiempo. Aquello no prescribe de manera natural, como el orgullo mal entendido del Diario de la Hernia podría hacerles creer. Uno no pasa de titular "Bale tiene una hernia" a titular "Otro Bale" sin dar alguna explicación en medio, oigan. El delito imperdonable de Marca no consiste en haberse lanzado al surco de un supuesto scoop sin fundamento. Eso, aun sin ser disculpable, es entendible. Lo que no es ni disculpable ni entendible es la falta de autocrítica (y de enjundia) que acarrea el hacer como si no hubiera pasado nada. Con Marca pasa como con la renovación de Ramos. "Todos tan amigos" a lo mejor, pero no a cualquier precio. No desde luego al precio de tomarnos por amnésicos o, lo que es mucho peor, por completos idiotas.
Sport, mientras tanto, a lo suyo. Lo suyo es proteger a Neymar de la incalificable persecución mediática que sufre. Florentino ha llamado a Aznar que ha llamado a Gallardón que ha llamado a los que sancionan para que se inventen que Neymar cogió al árbitro del cuello y le llamó hijo de puta cinco veces, que ya es inventarse pero así son los desafíos de Floren vía Aznar vía Gallardón vía. Yo no sé por dónde van a cortar los de Sport la cadena de tejemanejes cuando de verdad gobierne Podemos y Pérez tenga que disfrazarse de alternativo, con esa cresta con la que sale en algunos memes, para lidiar con el poder. Reparad en todo caso en la cara de bendito que tiene Neymar en la foto. Criaturita, con su gorrito, incapaz de hacer mal.
Y atención porque el auténtico scoop (ríete tú de la hernia del Diario de la Hernia) lo trae hoy Mundo Deportivo. Nos extraña, de hecho, que dedique el espacio grande a eso de la messimanía cuando un asunto de tan vital trascendencia como quién fue el autor del monólogo que amenizó la boda de Pedrito es también traído a su portada. Máxime cuando se nos revela (ay, Señor, cuándo cesará tu flagelo) que el autor de dicho monólogo fue nada menos que el (¿otrora?) incomparable Quique San Francisco, a quien todos teníamos por gran madridista. La Galerna se propone llegar hasta el fondo de este asunto.
Quique, hijo nuestro, tu quoque?
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