Buenos días. La Copa de la UEFa era en los años 80 una competición de segundo rango que el Real Madrid elevó a otra dimensión de prestigio con aquellas remontadas inenarrables ante el Anderlecht, el Inter o el Borussia.
De igual manera, y así como el Madrid puso en otro plano aquel título colectivo, Cristiano Ronaldo ha dignificado en los últimos años un trofeo individual que estaba francamente devaluado, y lo ha hecho a base de remontar también. Partiendo de un 4-1 a favor de Lionel Messi, que casi todo el mundo consideraba lapidario, Cristiano ha logrado empatar a títulos con el argentino. Esta hazaña, fruto de su inmensa magnitud como futbolista y de su pétrea determinación como persona, es la que ha vuelto a hacer grande el Balón de Oro. La negación a la derrota por parte de Cristiano, su completa incapacidad para conformarse con ser segundo, ha obrado el milagro, y mediante la consecución de este milagro el Balón de Oro vuelve a ser una cosa medianamente interesante y dotada de alguna trascendencia deportiva y humana.
De manera que hoy solo procede dar la enhorabuena a Cristiano en tanto él está feliz. Pero a quien realmente hay que felicitar es al Balón en cuestión por haber hallado, en sus últimas ediciones, un ganador tan grande como para reflotar su prestigio.
En un relato de Juan Bonilla, una mujer recibe unas flores en su casa. Van acompañadas por una misteriosa tarjeta que reza: "No me des las gracias. El favor se lo hago a las flores".
Aquí sucede algo similar. No es Cristiano, sino ese Balón de Oro, quien debe estar agradecido por la concesión del premio. El favor lo recibe el Balón y no el portugués. Un Balón que se siente honrado en las manos del mejor futbolista que varias generaciones de madridistas han visto y verán jamás pasar por el Bernabéu. A Cristiano hoy, pues, no le decimos enhorabuena (en fin: un poco también) sino sobre todo gracias. Gracias en nombre del balón (el de Oro y el otro) por haberlo convertido en algo único, y gracias también en nombre de todos y cada uno de los madridistas que podrán hablar de él a su descendencia con un brillo de admiración irrepetible.
Lo cual nos hace darnos cuenta de una cosa: hay muchos madridistas de cierta edad que han visto jugar a Di Stéfano y también a Cristiano. Tocad la espalda de estos últimos cuando les veáis porque de ellos es la Tierra Prometida, y porque toda la suerte del mundo se cifra en el polvo de su camino. Algo os transmitirán.
Por lo demás, como veréis a continuación, los periódicos barceloneses cubren el expediente de manera discreta, informando neutralmente del asunto en sus esquinitas. Os parecerá poca cosa, pero en esa neutralidad, en la asepsia con que da cuenta del evento la prensa adversaria, se concentra una forma oblicua de reconocimiento mucho mayor que en la fatua fanfarria de la prensa madrileña. Cuando un alma torticera no tiene nada, absolutamente nada con lo que malmeter, y se limita a exponer con frialdad un hecho que le duele, sin resaltarlo pero sin poder ocultarlo, sin celebrarlo pero también sin tratar de deslegitimarlo, es que ese algo es realmente extraordinario.
Enhorabuena, Balón de Oro.
Gracias, Cristiano.
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3 comentarios en: Enhorabuena, Balón (Gracias, Cristiano)
Es increíble y bochornoso a la par que ilustrativo, el que los medios españoles tanto en radio, televisión y alguna prensa, hagan el debate de si es justo o no que Cristiano tenga tantos alones d oro como Messi. Y todos y cada uno de esos debates, los palos a Cristiano son innumerables y de paso también se atiza al RM y su junta directiva , pero Messi sale indemne.
Medios culés no hacen el debate simplemente lo exponen y los de Cope, Ser, ondacero, radiomarca, deportes cuatro, el chiringuito, etc. aprovechan para hacer un relleno en el que se pone a parir, se cuestiona y se desprecia a Cristiano Ronaldo.
Tela.
En el campo está el rival a baitr, el enemigo, ése, anida en los medios. 😉
Tenéis razón; yo he visto jugar a D.Alfredo y a Cristiano y efectivamente me siento un privilegiado.
Enhorabuena balón. Que susto, por un momento creí que había comenzado a escribir aquí Lobo Carrasco. Aún no me he repuesto.