En busca del madridista perdido en el valle del Chota

• ¿De qué equipo eres?
•  Del Barça.

Puesto que no hay peñas madridistas en Ecuador, tuve que plantear mi artículo de una manera muy diferente a los anteriores, buscando al madridista que considerara que de mejor modo representaba a nuestro equipo.

Hice esta pregunta varias veces a lo largo de las tres semanas que pasé en Ecuador y aunque me disguste reconocerlo, encontré mayoría de seguidores del Barça, en proporción de 3 a 1. Creo que hay dos razones para que esto ocurra: una, que en la ciudad de Guayaquil existe un equipo llamado Barcelona Sporting Club, fundado por un grupo de catalanes en 1925 y que tiene un escudo prácticamente igual que el del equipo de Bartomeu y Roures, y dos, que en estas zonas los aficionados son más seguidores de los jugadores que de los propios equipos. Cuando les preguntabas que por qué eran del Barça, todos menos uno me dijeron: "¡Leo Messi!" El otro chico me contestó “¡Neymar!” con tal convicción que pensé que lo habían fichado de nuevo.

(Escudo del Barcelona de Guayaquil)

Solo vi un partido de fútbol durante ese tiempo, el que enfrentó al Barcelona de Guayaquil con el América de Quito, con triunfo de los primeros por 4 a 0, con dos goles de penalti, uno de ellos de risa, lo que me llevó a pensar que la poderosa influencia de ese escudo sobre los del silbato se extiende allende los mares.

Pasé dos semanas en el valle de Chota Mira, en la zona norte del país, participando en dos proyectos de voluntariado con la ONG española Ayuda en Acción y la Fundación ecuatoriana FEPP, y una semana más recorriendo algunos puntos de interés turístico del país, que son muchos y muy recomendables (Baños, la Amazonía, el volcán de Cotopaxi, la laguna Quilotoa…).

Durante el voluntariado conocimos una docena de comunidades en las que trabajamos en dos proyectos: uno de mejora de acceso al agua potable de su población, y otro con niños y jóvenes en campamentos y formación en derechos, con unos chavales que nos recibieron de maravilla. Cuajara, Ambuquí, Chalguayaco, Piquiucho, Monte Olivo, Mascarilla o La Victoria son nombres que quedarán para siempre en mi memoria. La zona del valle tiene una población mayoritariamente de raza negra, afro como dicen por allí, o afrochoteña.

La vestimenta favorita de los niños y jóvenes de estas comunidades es la camiseta de fútbol. Las he visto de todos los equipos, muchas de ellas del City, del Tottenham, PSG, varias del Barça y solo una del Atlético de Madrid. Vi muchas del Manchester United, posiblemente por los diez años que el ecuatoriano Antonio Valencia jugó con esos colores. Al chico de la foto con la camiseta del Madrid, Charles, le pregunté por su jugador favorito de nuestro equipo y me contestó sin pestañear: “¡Neymar!”

- No fastidies, ¿lo hemos fichado ya? -pensé angustiado y desorientado, tal era mi grado de distanciamiento respecto a lo que se cocía en Europa.

Me sorprendió que en una zona como el valle, en la que buena parte de su población tiene dificultades de acceso al agua potable o a servicios básicos esenciales, contaran con unas magníficas canchas de césped artificial, unos campos que no encontramos en muchas localidades españolas. Pero había una razón detrás.

Cuando Ecuador se clasificó por primera vez en su historia para un Mundial de fútbol, el de Corea del Sur y Japón de 2002, más de la mitad de los jugadores de la selección eran afrochoteños de esta zona: Ulises de la Cruz, Edison Méndez, Agustín Delgado, Raúl Guerrón, Cléber Chalá,… Casi todos ellos aprendieron a jugar al fútbol en la cancha de tierra junto al puente de El Juncal, cerca de la carretera que recorre el valle de un lado a otro.

(Cancha de El Juncal)

Varios de estos chicos llegaron a ser profesionales en Europa. Edison Méndez (Ibarra) jugó dos temporadas en el PSV Eindhoven y se convirtió en el primer ecuatoriano en jugar y marcar en un partido de Champions. Agustín Delgado (Ambuquí) jugó en el Southampton y anotó el primer gol de la historia de Ecuador en un Mundial, frente a México. Ulises de la Cruz (Piquiucho) jugó en el Hibernian escocés y el Aston Villa, y fue más de 100 veces internacional con la selección.

En palabras de Juan Carlos Holguín, empresario y colaborador en la actualidad de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, “aunque no hay estudios académicos que lo prueben, el Valle del Chota debe ser una de las poblaciones que, por su densidad geográfica, más jugadores ha producido en el mundo”. Varios de los jugadores de aquella histórica selección ecuatoriana tuvieron mucho que ver con la instalación de estas canchas. Ulises de la Cruz trabajó con su Fundación Fundecruz para mejorar las condiciones de vida de sus paisanos, con programas de potabilización de agua, acceso a la educación y pensando en el deporte como oportunidad en una zona tradicionalmente agrícola y carente de incentivos para los jóvenes. Agustín Delgado fue presidente del Club Deportivo Valle del Chota y tanto él como Ulises de la Cruz terminaron como miembros de la Asamblea Nacional en el partido del expresidente Rafael Correa.

Hoy día esa cancha junto al puente de El Juncal es de césped artificial, lo mismo que las estupendas canchas que encontré en varias de estas comunidades.

(Cancha de Ambuquí)

El valle del Chota se divide entre las provincias del Carchi y de Imbabura, una hermosa tierra cuna de futbolistas y ciclistas. De esta zona es también Richard Carapaz, el ganador del pasado Giro de Italia. Allí trabajamos durante dos semanas con la gente de la zona, gente hospitalaria, cariñosa, jóvenes abiertos, chicas encantadoras. Compartimos menús de dos dólares, deliciosos jugos de frutas y disfrutamos del sabor de sus mangos y aguacates. Y además de todo ello, tuve la suerte de jugar al fútbol en dos de estas canchas con algunos de los niños y jóvenes del lugar, concretamente en Mascarilla y Ambuquí.

(Cancha de Mascarilla)

No había muchos balones de fútbol, y algunos tenían millones de patadas en sus costuras, pero las ganas de jugar son universales y nada pudo privarnos de esos gozosos momentos. Reconozco que el zurdo con la camiseta del Barça le pegaba de miedo y aunque intenté convencerle de que cambiara de colores, no lo logré.

El valle del Chota necesita mejorar todavía en muchos aspectos, salir de la depresión que ha tenido durante décadas, y algunos líderes locales, no solo exjugadores, han visto en el fútbol una posibilidad de mejora para la zona. Ojalá lo logren, ojalá obtengan los recursos suficientes para el agua segura y el fútbol. La planta potabilizadora de agua de Pueblo Nuevo tiene un coste de 110.000 dólares, mientras que la cancha de fútbol de San Vicente Pusir alcanza los 189.000. Supongo que las prioridades las marcarán los votos en las elecciones locales, lo que emparenta a esta lejana tierra con la nuestra.

Esta imagen está tomada desde la loma de Piquiucho, junto a una pequeña casa en la que acabábamos de entregar un filtro potabilizador de agua, y el campo de fútbol luce esplendoroso en mitad del secarral:

(Cancha de Piquiucho)

Para la realización de este artículo conté con la colaboración de Juan Carlos Holguín y del periodista Pablo Campos, del diario de Quito El Comercio, quien me facilitó muchos de los datos acerca de las labores sociales de los futbolistas de la selección de 2002 y me manifestó sus discrepancias acerca de la preferencia de los ecuatorianos por el Barcelona en lugar del Real Madrid. “Depende de las zonas del país, lo que sí te digo es que los partidos Madrid-Barça son seguidos por mucha gente en Ecuador y cada uno de nosotros toma partido por uno de los equipos”.

La labor de la Fundación Real Madrid en Ecuador, con cuatro escuelas sociodeportivas en el país (dos en Quito, una en Manta y otra en Guayaquil) es muy interesante, digna de ser conocida por los lectores. Así haremos en la segunda parte. Esta primera tenía como objetivo encontrar a ese madridista afrochoteño representativo y lo hice en la figura de este chico con una imposible camiseta Nike del Madrid, tan improbable como una Adidas del Barça.

- ¿Quién es tu jugador favorito del Madrid?

- Bale -pronunciado “Vale”, igual que diríamos nosotros que “Bale vale un huevo”.

Este chico, Alexis, que solo había visto ocasionalmente a Bale en la televisión por cable de casa de su tío, me dijo:

- Porque siempre marca los mejores goles.