El ser humano tiende a buscar explicaciones a preguntas que aparentemente no las tienen. En la experiencia humana existen demasiados interrogantes que se nos escapan. La literatura es una disciplina de las artes que suele tratar de llenar ese vacío metafísico. Por ejemplo, en El Gaucho Martín Fierro se dice que «en su destino inconstante,/ solo el gaucho vive errante / donde la suerte lo lleva». En este poema narrativo escrito por José Hernández en 1872 se condensa el espíritu indomable del gaucho argentino y, como es lógico, sintetiza el sentir del pueblo argentino. Desconozco si algún poeta ha sintetizado y condensado la naturaleza insondable del Real Madrid pero bien haría en hacerlo algún prócer de la lengua. ¿Acaso la última Champions del Madrid no merece un poema épico? ¿No es menos cierto que Rodrygo Goes es un héroe a la altura de Aquiles? La intervención del crack brasileño contra el Manchester City en aquella vuelta de semifinales de Champions League 2021/2022 con esos dos goles en dos minutos ni el mismísimo Aaron Sorkin es capaz de imaginarlo para una de sus rocambolescas películas.
Ser del Real Madrid es una forma de vida. Vivir el Madrid es acercarse un poco más a entender de qué va eso de vivir pues el Madrid es vértigo y es inconsciencia. Cualquier aficionado blanco que pasó la curva de los 18 ya entendió en su fuero interno que su Madrid, como la experiencia vital, tiene más de indagación en el misterio que de tránsito plácido.
El pasado sábado 12 de agosto el Real Madrid debutó en Liga contra el Athletic Club. En un campo tan duro como es el de San Mamés el equipo de Concha Espina consiguió los tres puntos. Empezar con victoria y lejos de casa es siempre una hazaña. Y más si lo haces por un rotundo 0-2. Portería a cero y dos goles anotados en la primera parte. Luego, a nadar y guardar la ropa. Es decir, partido redondo. Ni el aficionado más optimista podía soñar con un debut tan sobresaliente. Y más cuando la previa había sido tan nefasta. La lesión de Thibaut Courtois fue un jarro de agua fría. El meta belga es Superman y a ningún aficionado le hace gracia perder a Superman. Es la hora de Andriy Lunin. El ucraniano llegó en 2018 como una de las mayores promesas del fútbol mundial bajo los tres palos. Este es su momento. Ahora ha de dar un paso hacia delante y demostrar que nació para ser cancerbero del club más grande de la historia del balompié.
En el Real Madrid la tranquilidad es ajena a nuestra idiosincrasia. El Real Madrid nació para desafiar las leyes más elementales. Porque ser del Real Madrid es una forma de vida
En el Real Madrid la tranquilidad es ajena a nuestra idiosincrasia. Nos va el mambo. Cuanto peor, mejor. Los retos deben ser difíciles. Nos hemos pasado tantas veces el juego que únicamente el triple salto mortal con tirabuzón nos contenta. Si la lesión del mejor guardameta del mundo no es suficiente para empezar la temporada fastidiados, se le suma la baja de uno de los mejores centrales del momento. Éder Militão se perderá la temporada casi con seguridad. Su lesión de ligamento cruzado anterior es motivo suficiente para desearle una recuperación con calma. Necesitamos al defensa brasileño para el futuro inmediato. Ahora debemos afrontar la temporada con dos bajas sensibles. Muchos clubes se vendrían abajo. El Madrid, no. El Madrid está hecho de otra pasta.
Con lo que se tiene hay que jugar y sacar adelante la temporada. Con buen tino el pasado lunes se hacía oficial la cesión por un año del guardameta del Chelsea Kepa Arrizabalaga. Me parece oportuno pues es un portero con experiencia, ideal para disputarse la titularidad con Lunin. ¿Y un central para tapar el hueco de Militao? Parece ser que no. La lógica aconseja buscar una solución parecida a la de la portería pero la lógica no siempre es la que manejamos los aficionados.
El Real Madrid nació para desafiar las leyes más elementales. Perder al mejor portero del mundo y al defensa central más en forma del planeta fútbol es una tragedia. En el Madrid no hay tiempo para lamentos. El Madrid no se maneja en esos términos. Para el Madrid todo es puerta grande o enfermería. Así ha sido siempre y así será. Los madridistas aceptamos esta aparente locura con orgullo y alegría. Esto es el Real Madrid. Se toma o se deja. En el Real Madrid la tranquilidad es ajena a nuestra idiosincrasia. Porque ser del Real Madrid es una forma de vida.
Getty Images.
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos