En los últimos años, Twitter Real Madrid ha acuñado el término niños-cracks para nombrar a todos esos muchachos, prácticamente adolescentes, que parecen diseñados en un laboratorio de lo buenos que son. Para los chavales que nacimos y crecimos en los ‘90s, nuestros niños-cracks se nos antojan dibujos animados de Oliver y Benji.
Personalmente, asisto anonadado al crecimiento exponencial de estos magos del balón. Rodrygo Goes es uno de nuestros niños-cracks. A sus 22 añitos ya ha justificado su fichaje de largo. Sus noches europeas nos han dado gloria bendita. Este niño brasileño es oro puro, macizo y legal. Mi admiración por él y su fútbol es máxima pues muchos de nosotros hubiéramos dado la vida entera por experimentar un centímetro de la gloria eterna que ha alcanzado ya Rodrygo vistiendo la elástica del Real Madrid.
Natural de São Paulo, Rodrygo Silva de Goes está llamado a ser una pieza central de este nuestro Madrid. En los próximos años, buena parte del quehacer del ataque merengue pasa por sus botas. Ya sea escorado a la banda izquierda o por la derecha, Goes ha asombrado al mundo con su finísima delicadeza técnica o con la aparente fría decisión en el regate cuando el contrario brama en tu nuca y solo una genialidad futbolística puede lograr que te zafes de él. Tal vez sea cuando más centrado está cuando más disfruta. De falso nueve, da gusto verle jugar.
Desde la marcha de Benzema, todos los focos apuntan a él. El jovencísimo brasileño ha de dar un paso hacia adelante. Es difícil su cometido pues muchos son los llamados a la gloria pero pocos son los elegidos. En este cambio de ciclo en el que los noveles asumen el lugar de los veteranos, me parece bastante significativo que Rodrygo sea el nuevo 11 del equipo
No obstante, más allá de sus virtudes técnicas, alabaría su fortaleza mental, pues no es fácil asumir tanta responsabilidad en momentos tan difíciles. Y si no que se lo pregunten a Pep Guardiola. El Filósofo de los Emiratos Árabes llevará siempre clavados aquellos dos goles en dos minutos. Aquella vuelta de semifinales de Champions jamás se le borrará ni a Pep ni a la afición del Manchester City. Sin el concurso decisivo de Rodrygo, no hubiésemos llegado a la gran final de Saint-Denis ni Vinicius, hubiera podido anotar ese gol que tantos miles de madridistas por todo el orbe celebramos con orgullo. Y en Liga, pues igual. Esos teóricos minutos del furgón de cola que disputa saliendo desde el banquillo son tan importantes como los 90 minutos de cualquiera del 11 inicial. Pues, como bien sabe el aficionado, salgas cuando salgas a jugar, lo importante es dejarse la piel en el campo y encarar el partido con sentido.
Y además, ahora ha de suplir a monsieur Benzema. Tarea homérica. Desde la marcha de Benzema, todos los focos apuntan a él. El jovencísimo brasileño ha de dar un paso hacia adelante. Es difícil su cometido pues muchos son los llamados a la gloria pero pocos son los elegidos. En este cambio de ciclo en el que los noveles asumen el lugar de los veteranos, me parece bastante significativo que Rodrygo sea el nuevo 11 del equipo. Históricamente el 11 es el jugador escorado a la banda izquierda, el extremo izquierdo diríamos los buenos aficionados. Y si bien Goes se siente cómodo partiendo desde ahí para entrar como cuchillo en mantequilla al área, y chutar con precisión tras regatear a diez mil defensas con peor leche que Jordi Alba, nuestro nuevo 11 está previsto que haga las labores del falso nueve. A falta de un fichaje de última hora, Mbappé el deseado, o el aterrizaje de Endrick con la mayoría de edad, el 9 será el 11. Confieso que en este baile de números y de conceptos futbolísticos no me siento cómodo. A mí me lo que me gustan son los 9 de toda la vida de Dios, tipo Erling Haaland, un killer total del área. Sin embargo, el 9 será Rodrygo y tampoco me parece mala alternativa. Al contrario, es una solución buenísima e imaginativa de Ancelotti. Carlo Ancelotti es un hombre de fútbol que conoce bien a sus jugadores. Don Carlo ve meridianamente claro que Rodrygo es su hombre para suplir a Karim Benzema y yo le creo.
¿Cómo no voy a creer ciegamente en un sabio como Don Carlo? Bajo la batuta del técnico italiano, nuestros jugadores más jóvenes han crecido enormemente. También Rodrygo. La pasada temporada fue fijo en el once. Su innegable crecimiento en las últimas cuatro temporadas y la baja forma de Benzema tras un rosario de lesiones, le afianzaron en la delantera. Ahora se le presenta la gran oportunidad de su carrera: afrontar toda una temporada como referente en el ataque del Madrid. Contará arriba con su socio y amigo Vinicius, ambos conforman una dupla de oro. Seamos felices y gocemos del buen fútbol de nuestros niños-cracks.
Nuestro Rodrigo no está triunfando porque el Sr. Ancelotti lo este puliendo. Rodrigo es un crack porque a sus 21 añitos es buenísimo y con esos años mucho mejor que Benzema. El único que está puliendo a Rodrigo es el Sr. Pintus transformándole físicamente.
Que quede claro