No se llamen a engaño, queridos lectores. Muchos de ustedes creen que la larguísima temporada de fútbol 2019-2020 acabó para el Madrid el pasado viernes 7 de agosto cerca de las 11 de la noche.
Nada menos cierto. A ustedes les engañaron con alguna treta, con un trampantojo quizás. O, simplemente, soñaron esa noche que el City de Guardiola ganaba 2-1 a su equipo favorito y les apartaba del camino de lo que ingenuamente pensaban que iba a ser una parada más antes de la conquista de la Decimocuarta Copa de Europa.
Despierten ya. Han pasado casi 72 horas y les veo lamentarse por una derrota que en la pura realidad no tuvo lugar.
El Madrid acabó su temporada 19-20 en la noche del 16 de julio pasado, festividad de la Virgen del Carmen, cuando tumbó al Villarreal por 2-1 y puso una distancia insalvable para el FC Barcelona de cara a la última jornada de liga. Ni siquiera jugó el Madrid su último partido contra el Leganés, tan solo lo habría disputado a fondo – y ganado - si se hubiera estado jugando la liga.
El 16 de julio, tras una modesta – loable y admirable también, por las circunstancias de la pandemia – celebración, Zidane decidió dar vacaciones al equipo y ya dio carpetazo a la temporada. Una liga muy meritoria, espartana, dura y áspera como el pedernal, que tanto el marsellés – sobre todo el marsellés – como los madridistas deseábamos ansiosamente. El objetivo estaba cumplido, y si a dicho título le sumamos la Supercopa lograda el pasado enero en tierras saudíes, la temporada, tras la nefasta 2018-2019, se convertía en un éxito casi inesperado, teniendo en cuenta los malos augurios herederos de la oscura etapa post-cristianista.
El 16 de julio, tras una modesta – loable y admirable también, por las circunstancias de la pandemia – celebración, Zidane decidió dar vacaciones al equipo y ya dio carpetazo a la temporada.
Así pues, palmaditas y abrazos para todos, disfruten ustedes del momento, y todos a descansar o a divertirse por las aguas de Ibiza o en paraderos paradisíacos desconocidos.
Lo que ustedes creen todavía que pasó el 7 de agosto, en una calurosa noche estival, con un escenario propio de un torneo veraniego disputado en Salt Lake City y sin público, fue exactamente como la comedia de William Shakespeare, “El sueño de una noche de verano”, en la que los reyes de las hadas, Oberón y Titania, con la ayuda del pícaro duende Puck, les hizo hacer ver un espectáculo que nunca ocurrió. Hechizos, bebedizos mágicos que transforman a las personas – tan solo faltó que Puck le pusiera una cabeza de asno a alguno de los protagonistas, quizás nos la puso a bastantes telespectadores -, que hacen que se relacionen entre ellas personas que no tienen nada que ver entre sí.
Coincidirán conmigo que a ese sainete no acudieron ni Varane, ni Carvajal, ni nuestro maravilloso trío de mediocampistas, ni Hazard, ni otros más. El embrujo del que fuimos poseídos la mayoría tenía cierto poder, ya que por ejemplo sí que pareció por breves momentos (del minuto 20 al 30 del primer tiempo) que un jugador similar a Benzema, con tres chispazos geniales, participaba en carne y hueso. Era un espejismo, como el centro matemático de un sosias de Rodrygo Goes o como un control imposible de un gemelo de Eden. El meta Courtois fue lo más real de aquel sueño, mejor llamarlo pesadilla.
Pareció en todo momento que ese partido ficticio no estaba en los planes de Zidane. El objetivo estaba cumplido desde hacía semanas, lo de Manchester era un molesto obstáculo que trastocaba los planes vacacionales.
Pareció en todo momento que ese partido ficticio no estaba en los planes de Zidane.
En Europa hemos caído muchas veces, pero casi siempre compitiendo hasta el final, véanse las tres semifinales con Mourinho, dolorosas pero dignas, o cuando la Juve nos mandó a la lona casi al final del partido con aquel churro de Morata.
Las dos últimas eliminaciones en octavos de Champions son para olvidar, pero una cosa es la impotencia del pasado año ante el Ajax, con un Bernabéu en pie de guerra que se volvió un contrincante más, y otra es la desidia con la que salió el equipo desde el minuto 1, daba la impresión de que todos los de rosa se querían quitar el compromiso lo antes posible. La mayor prueba la pudimos comprobar tras el 2-1 de Gabriel Jesús, con media hora todavía por delante, cuando el equipo que estrenaba uniforme - me sigo negando a creer que fuera el Real Madrid -, tiró la toalla descaradamente y no volvió a inquietar a Ederson, olvidando algo tan básico como aquello de “morir en el campo”. Se prefirió proseguir la comedia, mientras los de Guardiola practicaban el ballet del toque ilimitado ante unos adversarios que ni siquiera se acercaban para robar la pelona o para cometer faltas (¡tan solo 3 faltas en casi 100 minutos de juego!).
Se prefirió proseguir la comedia, mientras los de Guardiola practicaban el ballet del toque ilimitado ante unos adversarios que ni siquiera se acercaban para robar la pelona o para cometer faltas (¡tan solo 3 faltas en casi 100 minutos de juego!)
Dolió mucho más pues la forma que el fondo. En mi caso, me fui a dormir aquella noche como noqueado, pero me desperté el sábado como con una resaca espantosa, como si hubiese estado soñando con murciélagos y roedores cual Ray Milland interpretando a Don Birnan en “Dias sin huella”. Mejor regresar al día de la patrona del mar, la Virgen del Carmen, en otra noche de verano, en la que vimos por décima vez consecutiva a nuestro equipo ganar con solidez y profesionalidad a todos los rivales a los que se enfrentó. Aquel sí que era el Real Madrid auténtico y genuino. Esperemos que vuelva de nuevo a las canchas a primeros de septiembre y podamos superar, con sales de fruta y aspirina, lo que creímos ver una triste velada del mes de agosto.
Así fue y así lo ha contado. Lo cierto es que sucedió lo que algunos temíamos. Personalmente, e intentando una especie de sortilegio , a la par que desahogo, escribí un comentario en el que explicaba darme por satisfecho, independientemente del resultado, si observaba un actitud adecuada jugando al nivel que estos jugadores pueden alcanzar. No fue así.
Puede que fuera un sueño, desde luego nunca tuve la sensación de que fuera un partido real, no digamos una vuelta de Champions, pero despertaré de ese sueño/pesadilla cuando vea los partidos o los resúmenes de los ocho cuartofinalistas y no encuentre entre ellos a los míos. O quién sabe, quizás cuando vea al Leipzig, el Atalanta o el Olympique de Lyon piense que sigo anclado en el sueño, que se tornará pesadilla si veo avanzar al Barcelona, al Bayern o al equipo de Guardiola. Hasta prefiero que avance el Malakito de Menfis, algunos de mis mejores amigos son sus seguidores. O el PSG, a ver si Mbappé logra el título y se deja seducir por el color blanco (no el rosa) de los nuestros.
Buenas noches, tiene usted toda la razón D. athos, por más que intente dulcificar las formas en su comentario del partido contra los ingleses, sólo se puede calificar de infame, indigno, ignominioso y mil adjetivos más que no pongo para no rozar el baneo, partido ideal para enseñar en las escuelas de entrenadores, como ejemplo de planteamiento táctico basvriento, decía D. Santiago que la camiseta del MADRID se podía manchar de barro, de sudor, y hasta de sangre, pero jamás de vergüenza, el otro día no fue el caso.
Salud
Así es,exactamente. Esa gran institución, Esos jugadores que tanto aman al club,ese entrenador que todavía no sabemos si es grande o si es Paco jemez(gana títulos pero el equipo siempre está en el alambre).... Todos ellos decidieron que ya estaba bién por este año.A los ilusionados Madridistas, que les den. .. Por muchos títulos que gane, a Zidane le faltan cosas , le falta algo y yo no sé lo que és .
Yo te lo diré lo que le pasa a ZZ.
Tengo la sensación de que ZZ ha funcionado a la perfección en una situación muy determinada. Con un Madrid mas que maduro y un depredador como Cristiano, y con todos los buenos jugadores que se han tenido y tenemos.
Ahora sin Cristiano, se hace mas evidente. Te da para ganar liga perfectamente, ok. Pero poco más.
Me dá, que ZZ con este equipo no va a ganar un champions ni de lejos. Y si sigue y se renueva el equipo será aún peor.
En que me vaso? Pues en cosas como por ejemplo. Puedes tomar decisiones erróneas. Que las cosas no salgan bien. ¿Pero quien de este mundo, podría explicarnos como narices a falta de 20/30 minutos, y necesitando dos goles, sigue sin hacer algún cámbio y esperas al 82 para sacar a Jovic en un partido así???? A Valverde cuando está todo el pescado vendido. Y a Lucas, ¿De verdad? Cuando era completamente necesarias las puñaladas de Vini...
Eso no lo hace un entrenador que ha cometido un error, o ha tenido un mal día. Eso lo hace un auténtico paquete. De verdad. Es incomprensible. Hasta pienso que se ganó la liga. Los dijo piraros de vacaciones, y luego nos concentramos para el encuentro y hacemos un poco el paripé y otra vez de vacaciones.
De hecho, las dos cagadas de Varane, que me enfadaron como un gorila que le quitan la novia. Al final ZZ me las hizo olvidar. Se podrá seguir ganando con este entrenador. Pero os aseguro que algo no cuadra por ningún lado.
Un saludete amigos.
Madre mía, según los últimos comentarios, Zidane es un paquete y un Paco Jemez. Lo que hay que leer...
Como al VARsa o al Malakito les de por ganar la Champions nos vamos a acordar de la propuesta de partido que realizó el inútil que nos dirije, que ni tan siquiera cuando lo tenía a tiro con 1-1 y el City asustado fue capaz de ponerlo todo.
A mí personalmente no me hubiera supuesto un disgusto enorme caer eliminados ante un gran equipo como el City si se hubiera dado todo en el campo, pero lo del viernes pasado fue una auténtica vergüenza por parte de los jugadores y sobre todo por parte del entrenador, que parece mentira, igual no saben lo que representa el escudo que llevan en esas horrendas camisetas rosas, que tampoco ayudan a meterte en un partido tan trascendental como el que nos deparaba ese viernes.