Buenos días, queridos amigos. ¿Lo sentís? ¿Vosotros también? ¿Los días que ellos juegan (la Champions) son todo lo que sois?
Vuelve la Champions League, en versión remodelada para generar más pasta y evitar la tentación superliguera, aunque todo indique que la añagaza de Ceferin sólo servirá para alargar su agonía metafórica como factótum del fútbol europeo. El nuevo formato es bastante aburrido y palidece lamentablemente ante el que ofrece la Superliga, que se acabará imponiendo y a no mucho tardar. De hecho, habrá noticias de la Superliga antes de fin de año, no lo dudéis.
En todo caso, es la Copa de Europa. En un formato mejor o peor, pero es la vieja Copa de Europa con el vestido de estos tiempos, como en el pasado lo fue con las eliminatorias directas desde el principio y en el futuro será la Superliga. Es, con la pinta que sea, el mismo viejo torneo que hemos nacido para ganar, y para estrenarnos hoy en él, ante el Stuttgart a partir de las nueve de la noche, recuperamos efectivos importantes. No se olvide, a pesar de que la severidad de las críticas en los medios aísla este factor, que el Madrid ha estado jugando en cuadro.
As trae en portada a Bellingham, que vuelve tras su lesión, y no nos puede sentar mejor este retorno. Jude es esencial en el juego del equipo, al que aporta talento, clase, orden, despliegue y llegada al gol. Es uno de los líderes de la escuadra, y su candidatura al Balón de Oro lo dice todo, como lo dice también su descomunal temporada anterior, donde se estrenó en su nuevo club con un triplete, Champions incluida. El otro regreso es el de Tchouaméni, que reforzará un centro del campo ahora mismo escuálido.
As indica que Ancelotti “justificó” el comportamiento de Vinícius con el público de Anoeta. El verbo justificar no es inocente en este contexto, y denota a la legua que a As no le ha gustado que Carletto hable así. Si es el caso, ajo y agua, compañeros. Frente a las voces de personajes que no tienen ninguna relación con el club, y que sin embargo se permiten ir de insiders para contarnos que el brasileño tiene detractores poderosos en Valdebebas, ayer Ancelotti y Carvajal, en la rueda de prensa de Champions, escenificaron sin ambigüedades un apoyo sin fisuras a su pupilo y compañero, respectivamente.
Marca insiste en la nomenclatura BMV, que a nosotros nos parece un poco hortera, pero qué le vamos a hacer. Quizá haga fortuna, quizá no. Se refiere por supuesto al tridente Bellingham-Mbappé-Vinícius, representado en la portada por unas bufandas de las que se compran en los puestos callejeros que rodean el Bernabéu en días de partido, y que es previsible que lo sigan haciendo mientras las asociaciones vecinales no digan lo contrario. Hay vendedores de bufandas que hablan altísimo. Lo tenemos muy hablado en Chamartín. Si queréis a la hora del partido abro la ventana y ya veréis, ya veréis. Ya veréis cómo se oye a los vendedores de bufandas.
La prensa cataculé viene con la habitual sobredosis de Lamine Yamal. Cuando decimos sobredosis es en sentido figurado, nada que ver con el porro imaginario que Lamine hizo como que se fumaba en Montilivi y que ha inspirado este artículo a Jesús Bengoechea. Por lo demás, parece que la lesión de Dani Olmo es de mayor gravedad de lo esperado y le deseamos una pronta recuperación.
Esta noche, a las 21, empieza lo bueno.
Hasta entonces, pasad un gran día.
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Recordando, para que no se olvide nunca. El Farçalona, el "mes que un club", ha pagado durante décadas al vicepresidente del CTA, Enriquez Negreira, para "conseguir neutralidad".
Ni un día sin pan en casa, ni delito o fraude del FARÇA. (R. Ramos Neira, dixit