El juego blanco desde la reanudación del campeonato liguero podría definirse de muchas formas pero, probablemente, ninguna de ellas incluiría las palabras "vistosidad" o "estética". Y es que si algo ha caracterizado al Madrid de Zizou en estas últimas semanas ha sido, por encima de todo, la solidez y la competitividad. Jugar cada tres días no te permite grandes alardes y bajo ese contexto es fundamental que el equipo, con más o menos rotaciones entre jornada y jornada, sea capaz de ganar sin merecer.
Zidane se ha abonado al 1-0, sí, pero lo ha hecho en base a una solidez que está enorgulleciendo al aficionado blanco. Esta Liga debe ganarse por encima de todo.
Porque ganar sin merecer es lo que te da títulos. Que se entienda lo de "sin merecer", pues al final el que se embolsa los tres puntos algo habrá hecho mejor que su rival, pero me refiero a esa capacidad para sacar adelante partidos en los que, quizá, no has sido demasiado superior. Lo que antes te daba Cristiano y su infatigable hambre para martillear la meta rival, ahora nos lo está dando el cerrojazo en nuestra portería (méritos a Courtois, Varane, Ramos y Casemiro) y la puntualidad goleadora (con Sergio y Karim como protagonistas). Si a Zidane hay que valorarle precisamente algo es el conseguir que este grupo, al que no le falta nada por ganar ni por demostrar, esté compitiendo tan bien en el día a día. Ya en su momento comentó que la Liga 16-17 era el título que más ilusión le había generado y, viendo la forma en que ha conseguido activar a los suyos en un fútbol sin público y jugando día sí día también, es posible que pronto tenga que cambiar esos números por un 19 y un 20.
En base a esa capacidad para resistir y acabar ganando, sin necesidad de partidos vistosos, sorprende que un futbolista del perfil de Fede Valverde, adalid seguramente de ese estilo tan enérgico, no esté siendo tan protagonista como en la primera vuelta. Allá por el mes de octubre, cuando agarró un puesto en el once para no soltarlo, Valverde comenzó un periodo de varios meses en los que no solo estaba jugando muy bien, sino que estaba siendo causa directa de la mejora colectiva y solucionador de gran parte de los problemas que el equipo evidenciaba. Fede supuso un chute de aire fresco en todos los sentidos: con balón aportó capacidad para el ida y vuelta, y sin él, una facilidad para compensar movimientos de sus compañeros más que útil.
Fede Valverde, hombre sistema en la primera vuelta, ahora está tapando más agujeros que aprovechando sus virtudes. Su rendimiento está siendo correcto, no brillante.
Sin embargo, tras estos meses de desierto futbolístico, y siendo justos también durante un tiempecito antes de él, Valverde no está dejando su sello en los partidos de la forma en que lo hacía hasta hace unos meses. Sigue siendo importante porque a nivel de sistema es el único que puede hacer aquello que Zidane demanda para esa posición, aunque su trascendencia durante los noventa minutos está siendo menor. Ya sea encontrando las causas en el ámbito individual (¿bajón físico? ¿reciente y primera paternidad?) o en el colectivo (Zidane le está usando a veces más para compensar deficiencias en el sistema que para potenciar sus virtudes, por eso de ser una navaja suiza), lo cierto es que el otro interior diestro del equipo, Luka Modric, dejó un partido en Bilbao digno de elogio y que hace replantear algunas cosas.
No se puede obviar que hay acciones para las que el físico ya no le da como antes, pero en este Real tan controlador, conservador (en el buen sentido de la palabra) y que tan poquito permite a sus rivales, contar con su figura en el césped aporta una cuota de grandeza que está pesando positivamente. Sobre el papel, lo que demanda el esquema blanco al interior derecho sigue siendo esa verticalidad, profundidad e incidencia física (en ataque y en defensa) de la que adolece el equipo en ese sector del campo. Es probable que eso siga siendo así pero la realidad del fútbol que estamos viendo tras el parón es que ha cambiado. Y en ese cambio, la diferencia en el Madrid se está marcando gracias a la capacidad para que en los partidos pasen pocas cosas. Ni está habiendo demasiadas ocasiones a favor ni a Courtois le están llegando en gran medida. Y bajo esos parámetros, Modric es un futbolista capaz de hacerse notar y ser diferencial. Ahora mismo puede decirse que la CKM está funcionando.
El caño de Modric a Sancet fue solo un detalle pero evidencia que Luka está "con la flechita para arriba". A este Madrid pos-Covid le está viniendo de maravilla.
A diferencia de la opinión generalizada de hace varios meses, en los que se defendía (y con bastantes motivos, claro) que Fede Valverde era el clarísimo acompañante de Casemiro y Kroos en el mediocampo, creo que a falta de cuatro jornadas para el final de Liga, eso ya no está tan claro. Obviamente el míster francés está rotando mucho y habrá minutos para ambos pero el rendimiento actual del melenudo rubito invita al optimismo. Cuando parecía que las gotas de magia croatas se estaban agotando, Zidane se ha guardado un poquito de dosis para su último vals. Porque ya sabemos que las grandes fragancias vienen en frascos pequeños. A Luka no le queda mucho pero sí lo suficiente para ser fundamental en el que, ojalá, sea su segundo título liguero. Porque una leyenda de su calibre no merece otra cosa.
Fotografías Getty Images.
En otras palabras "estilo Cholo Simeone"
1-0 y tres puntos que son los que ganan las ligas. Pero con una diferencia Zidane cuenta con infinidad de jugadores de mucha más calidad que el Cholo. Consecuencia tiene materia prima para ganar los partidos con mucha más calidad que la que está practicando el equipo.
Además ese 1 cerismo no siempre resulta . Tiene sus riesgos. Y esta liga teniendo en cuenta que el Barcelona no va a perder ningún partido (Valladolid, Osasuna y Alaves hay que ganarla no fallando nosotros (Alavés, Granada, Villarreal y Leganés)
Así que cuidadín cuidadin no vayamos a tener otro Tenerife (2)
Para mí Modric el domingo hizo un partidazo. Despliegue físico y técnico que me recordó casi al mejor Modric
Saludos
El síndrome del banquillo. Valverde ya no es Valverde. A ver si se le pasa el susto.Es difícil superar la desilusión del primer gran amor. Por este trance van pasando muchos jugadores del Real Madrid.
Eran otros tiempos cuando Jesé o Asensio eran aspirantes al balón de oro y una lesión les puso de cara el lado espinoso de la vida.
Por ahí andan un lateral izquierdo y otro derecho, por esos mundos de dios.Cuando terminó la temporada anterior les invitaron a "buscar minutos". Una expresión que es una prolongación de la Teoría de la Relatividad. No se puede buscar el tiempo en el espacio. O sí. Sólo es cuestión de seguir escuchando a Zidane. Si sigue así ,será el entrenador más efectivo de todos los tiempos, pues habrá que poner oído al parche.
Por esos mundos de dios anda también Morata. El hombre bala que salía diez minutos con un partido perdido y se llevaba tres puntos a casa y no el balón por falta de ganas, si no de tiempo.
Todo es cuestión de tiempo. Los días pasan y Valverde se acuerda todavía de aquella chica. Él se las llevaba de calle , pero hubo un día en que a Zidane se le engordó la vista. Le dijo que fuese directo a por aquella chica triste. Una chica especial y Valverde lo intentó , parecía ser un día cualquiera , pero al llegar a casa se dio cuenta de que algo había pasado. Zidane lo notó y le llamó por teléfono . ZIdane le decía que no se preocupase que había otras chicas.Jefe , es que si la miro: se me olvida hablar.
Ahora Valverde ya no es el chico que sólo con ponerse en la barra con una cocacola estaba en los ojos de todas las chicas del mejor bar del mundo. Él era Bogard y el bar no tenía sentido sin él.
Ahora intenta volver los pasos en un reloj con la torre de París atravesada entre las agujas.Zidane hace como que no ha pasado nada, pero el reloj de Zidane no es el de Los Panchos y siempre marca las horas. Un minuto de Zidane es como un segundo en la cabeza de Sergio Ramos.
Zidane no se olvida de Bogard, pero de momento le ha buscado un socio hasta que se le pase el susto. El soldado Luka toca siempre la misma canción en el piano .
Fede Valverde, en mi opinión, es un gran futbolista. Quien se la quiera coger con papel de fumar, que la haga.
Opino igual, Valverde es un gran futbolista, que aún es muy joven y puede seguir mejorando. Y Zidane le está ayudando a mejorar. No hay más.