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El tango de la guardia vieja

El tango de la guardia vieja

Escrito por: Antonio Valderrama13 abril, 2021
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A punto de ser masacrados por los casacas rojas del rey de Inglaterra, a los veteranos de la Guardia de Napoleón les ofrecieron una salida honrosa: la vida a cambio de la rendición. Respondieron, como se sabe, que la Guardia recula, pero no se rinde. Cayeron, pero los tipos que sojuzgaron Europa durante veinte años murieron, como se dice, matando. Y matando bien. Esta temporada, Zidane, apuntado a bocajarro como Alain Delon en El Samurái, ha vuelto a invocar, con el rictus imperturbable del que conoce lo que viene a continuación, a esos tipos que miran a la cara a Di Stéfano, Puskas y Gento: puestos ante la evidencia de la muerte, los jerarcas han resuelto afrontar el tramo final de la temporada exprimiendo el limonero de su grandeza situando de manera inverosímil al Madrid en la posición de luchar por los dos títulos más importantes, con la enfermería llena y a un telediario del geriátrico.

La película de este año debería empezar con aquella memorable apertura retórica de Lopera: estábamos en la UVI, nadie daba un duro por nosotros

La película de este año debería empezar con aquella memorable apertura retórica de Lopera, orador ante las masas béticas congregadas en la avenida de La Palmera de Sevilla: estábamos en la UVI, nadie daba un duro por nosotros. La cosa es que el Madrid está en el camino de los títulos sobreviviendo entre la vida y la muerte como uno de esos espíritus de la Antigüedad, que vagaban entre los dos planos de la realidad sin hallar la paz hasta que sus cuerpos no fueran debidamente enterrados. El Madrid, que estuvo muerto, ahora está muy vivo, y por encima de todo se lo debe a Zidane, que es el primus inter pares de los jerarcas y, evidencia fáctica mediante, uno de los hombres que más saben de fútbol.

Zidane respect

Y ha sobrevivido en un mundo en el que se han pagado 90 millones por gente como De Jong, que no tiene ni la grandeza que guarda Toni Kroos en el bíceps femoral de su pierna izquierda. Es decir, en un mundo mediocre gobernado por la medianía en el que se sobrepaga lo que puede que vaya a ser y se desprecia lo que con rotundidad de mármol ya es. El mismo verano que el Barcelona firmó a De Jong como el salto evolutivo de la «escuela europea» (imagínense: holandés, rubio y del Ajax, para qué más) el Madrid renovó a Kroos, al que por entonces se comparaba con un tractor. Son decisiones que determinan trayectorias. Se supuso que la renovación de Kroos, así como la de Nacho, en aquel verano que sucedía a una temporada infame, fueron las dos primeras decisiones de Zidane al mando del renovado proyecto, tras su regreso unos meses antes. El pueblo clamó contra lo incomprensible: el año de Kroos y Nacho había sido, ciertamente, lamentable, mientras que el de De Jong, referente de un prodigioso Ajax lleno de juventud y desenfado que rozó la final de la Copa de Europa eliminando entre otros al Madrid por el camino, fue un primor. Pero uno no se llama de vuelta a un genio como Zidane para hacer lo que haría hasta la portera, como decía Núñez. Es decir, lo obvio.

No se llama de vuelta a un genio como Zidane para hacer lo que haría hasta la portera, como decía Núñez. Es decir, lo obvio

Esa apuesta contracultural, contramundo, del Madrid en el verano de 2019, que tan pocos entendieron y de la que muchos se rieron, era la apuesta por algo anacrónico, como dice Hughes en un formidable texto en ABC: confiar con pulso de artesano y paciencia de agricultor en el otoño de una serie de futbolistas que entonces, aunque sólo lo viera Zidane «no eran exfutbolistas» sino «jugadores en la cima del fútbol, sobre el fútbol». En plena tecnificación del fútbol y con la velocidad industrial de los PSG, Liverpool, Bayern, City, llenos de jóvenes que se llevan corriendo 90 minutos como si estuvieran en una contrarreloj, el Madrid afianzaba un pasillo de seguridad formado por unos fulanos que encarnan, siguiendo a Hughes, «doce años de historia del fútbol que se ponen a triangular»; una cuadrilla de jornaleros de la gloria pivotando en torno a Ramos, Varane y Kroos, «tres campeones del mundo, además, en la misma zona del campo. La cantidad de conocimiento y experiencia que acumulan es difícil de imaginar».

Ramos Varane Kroos campeones del mundo

Además, el Madrid no sólo demostraba la virtud de ir contracorriente en lo deportivo sino también en la planificación. Las propias inversiones del club en Jovic, Ceballos u Odriozola demuestran que fuera, en el mercado, no sobra precisamente lo que mejora a esta plantilla de gente que lo ha jugado todo y que lo ha ganado todo. El fichaje de Hazard, en sí mismo, es casi una hipoteca a medio plazo, aunque no fuera razonable pensar, cuando lo trajeron, que la cosa iba a salir tan mal. Lo que demuestra es que la cuota de superjugadores es limitada y abundan más o menos en función de las generaciones. Tras la era CR-Messi, no es pródiga en talentos «diferenciales». Y casi todos los tenía ya el Madrid.

La obra de Kroos, Modric y Casemiro, por ejemplo, trasciende la propaganda y alcanza directamente esa zona del cerebro donde residen las emociones

Pero la verdadera belleza es lo que los jerarcas de Zidane están haciendo esta temporada. Cuando peor se puso la cosa y la plaga de lesiones tomó una dimensión bíblica, egipcia, el equipo alcanzó una pureza formal melvilliana: se convirtió en un samurái y transformó el minimalismo (recursos al límite y nula expectativa de triunfo) en un esencialismo que Hughes compara con las matemáticas de Dios, achacando a Zidane la primera manifestación de la sabiduría ancestral islámica, plena de poesía y de cábala misteriosa, en el juego que inventaron los ingleses durante la primera revolución industrial. La concreción de todo esto es un eclecticismo táctico verdaderamente revolucionario, pues es difícil pensar en que se pueda hacer más con menos. Hay momentos en los que su Madrid parece el Santísima Trinidad en Trafalgar: desarbolado, con la cubierta hecha trizas y cañoneado por media flota de Nelson desde todos los puntos de vista, resiste sin embargo sin arriar el pabellón y reconocer la derrota no ya haciendo de la necesidad virtud, sino auténtico estoicismo: que se le ganara al Barcelona bajo una tempestad veterotestamentaria es el reconocimiento de la naturaleza a semejante obra maestra del heroísmo.

Nacho épica

Lo que subyace es también la evidencia del acierto general de la política de fichajes del club durante la última década. Los juglares de la nueva prensa deportiva lo reducen todo a la enésima vuelta de tuerca del cliché: el Madrid «fulmina» pero el Barcelona «domina». como tuiteó Miguel Ángel Roldán, otra voz de Movistar, copada por la cantera de BeIn Sports, o sea, factoría Roures. Eso sí que no cambia en España, el «dominio» del «relato», pero da lo mismo porque si algo tiene el arte y la belleza es que resultan reconocibles, perfectamente identificables, sin necesidad de exégesis. La obra de Kroos, Modric y Casemiro, por ejemplo, trasciende la propaganda y alcanza directamente esa zona del cerebro donde residen las emociones. La misma diferencia de edad entre cada uno de estos tres, entre Ramos y Varane, entre Benzema, Isco y Marcelo, las patas débiles del «hexágono» que describe Hughes en su texto, prueba la condensación de toda la tradición balompédica mundial de la que bebe este Madrid prístino que despojado de todo accesorio a golpe de adversidad, reinventa lo clásico, como Picasso, destruyendo lo moderno, que es el kloppismo, síntesis del fútbol del siglo XXI. O por lo menos, muriendo en el intento, como ocurre en todas las grandes historias. Y no hay ninguna historia más grande que ésta.

 

Fotografías: Imago.

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Madridista de infantería. Practico el anarcomadridismo en mis horas de esparcimiento. Soy el central al que siempre mandan a rematar melones en los descuentos. En Twitter podrán encontrarme como @fantantonio

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4 comentarios en: El tango de la guardia vieja

  1. Todo esto está muy bien, pero alguien tiene o sospecha a qué fue debido el bajón generalizado de la plantilla, de la que la mayoría se recuperó y otros siguieron la línea descendente sin rubor alguno.
    A mi personalmente Modric, Kroos, Nacho merecen el "perdón" y el reconocimiento, pero sobre todos los demás, hay dos que no nombro por no herir susceptibilidades( uno lateral izquierdo, el otro sin posición definida) de los que me he preguntado muchas veces ¿pero que invento es este?
    Hay cosas incomprensibles en este mundo, que se lo digan a mis paisanos de Madrid, que no podemos salir, somos la octava plaga, el terror de la península. Ahora bien, nos obsequian los generosos adalides de la libertad con la visita de ciudadanos de otros lares, estos sí, libres de pecado.
    Y es que : es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente. Este Hombre definitivamente es mi héroe.

  2. La frase literal del general francés Cambronne fue: "Mierda, la Guardia muere, pero no se rinde".
    La Guardia Zidanesca está también por morir en el intento, pero nunca se rendirá. Marcelo también ha decidido no rendirse. Isco, creo que ya ha abandonado, y de Ramos, otro veterano de las campañas de Zidane, no sé qué opinar.
    Una buena prueba de esta actitud de orgullo de los veteranos es la conversación de Modric con Piqué.

  3. Tendrán que pasar años para que entendamos y comprendamos lo que están haciendo estos tíos.
    Florentino, Zidane y ésta, mal llamada, vieja guardia. Ya lo dije hace tiempo en otro comentario, Zidane sabía que tenía y tiene el mejor centro del campo del mundo, sabía que con estos mimbres y Ronaldo, era cuestión de motivarlos cada temporada y prepararlos fisicamente bien. Los partidos de época ya se encargaba él de prepararlos, para logar lo que se ha logrado. Vivimos de los títulos, pero para eso hay que saber competir. Estos, saben. Pero claro, llega una temporada aciaga, con Ronaldo y Zidane fuera. Nos caimos, no sabemos calibrar que hay épocas oscuras y otras de luz, la luz de Zidane sobre ésta plantilla que se ha recuperado porque han querido, y sangre fresca como Vini, Mendy, Valverde y poco a poco algunos más.
    Alguna vez me he cabreado con Zidane por como creía yo que tenía que aprovechar a jugadores y a quienes no. Los que se han quedado son los importantes, los que quieren triunfar en el Madrid. Otros para seguir progresando, otros por cobardía y mala cabeza.
    Este equipo es leyenda, y ser leyenda en el Madrid son palabras mayores, es estar en el Olimpo.

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En el hecho de que @AthosDumasE llame a la que muchos llaman "Selección Nacional" la "selección de la @rfef" encontraréis pistas de por qué no la apoya.

La explicación completa, aquí

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Tal día como hoy, pero de 1962, Amancio rubricaba su contrato como jugador del Real Madrid.

@albertocosin no estaba allí, pero te va a hacer sentir que tú sí estabas.

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