“El sueño eterno” –me refiero a la versión de 1946 dirigida por el gran maestro Howard Hawks, no a la posterior de 1978, protagonizada por un Robert Mitchum en franca decadencia–, es sin duda una de las mejores películas policíacas o film noir de todos los tiempos, y está basada a su vez en una de las mejores novelas negras jamás escritas. Su autor, Raymond Chandler. Era una novela tan difícil de adaptar a la gran pantalla que Hawks, a la sazón también productor, contrató a tres escritores (Brackett, Furthman y Faulkner, ahí es nada. William Faulkner, que conseguiría ganar el Nobel de Literatura en 1949) para conseguir acabar el guión definitivo.
Aún así, la película es enrevesada y muchas veces el espectador se pierde dentro de un laberinto de historias y de personajes que a menudo crean confusión y sorpresa durante las casi dos horas de duración. Es igual, el film es delicioso de principio a fin y el duelo interpretativo Humphrey Bogart-Lauren Bacall es de los más gloriosos e inolvidables de toda la historia del celuloide.
El título en español, El sueño eterno, no traduce literalmente el del título original, The big sleep; es quizás más grandioso y rimbombante que el original inglés. Para el artículo que están ustedes leyendo, a este autor le viene de perlas, ya que nos acerca a los madridistas a su vez a nuestro propio sueño eterno, que es la ansiada Copa de Europa. En esta película, más que nunca, nos encontramos a un Bogart que es el Real Madrid, luchando solo contra todos los elementos, y a una Lauren Bacall que es, ni más ni menos, que la deseada Copa de Europa.
bogart es el real madrid y bacall es, ni más ni menos, que la copa de europa
Me explico. La sonrisa de Lauren, esa mueca pícara que desde la primera escena fascina a Bogart y que desde ese momento, aún sin saberlo él, se convierte en el único objeto que él desea realmente conquistar. No hay quizás una mujer más elegante, más atractiva en la historia del cine que Lauren Bacall. La cámara se volvía loca con su presencia. Y la audiencia. Su química con Bogart en la pantalla, ya sobradamente probada en Tener y no tener (su debut, también bajo los mandos de Howard Hawks) dos años antes, es absolutamente única y deslumbrante en esta cinta. Ya estaban casados por entonces ella y Humphrey desde el año anterior, ella con 21 años, él con 45 y tres veces divorciado. Sus preciosos ojos claros y esa mirada penetrante hacían de ella, como de la Copa de Europa, una mujer a la vez única, distante, altiva y elegante, pero daban al mismo tiempo un irremediable deseo de conquistarla y adorarla permanentemente. Si a ello añadimos su peculiar voz grave, casi de contralto, capaz de atraer –y posteriormente condenar– como las voces de las sirenas intentaron atraer a Ulises, como cuando entona la fascinante And her tears flowed like wine, se puede afirmar que encontramos pocos personajes tan cautivadores en el cine de todos los tiempos como el personaje que da vida Lauren, es decir a la inquietante Vivian Rutledge.
Bogart, caracterizado como el célebre detective Philip Marlowe, inicia esta aventura que en un principio parece sencilla, o sea resolver un simple caso de chantaje, pero según va avanzando la intriga, se da cuenta –sin saberlo seguro, pero siempre fascinado por Vivian– que su verdadero objetivo no es resolver un caso detectivesco más, sino conquistar la cima del mundo, su particular Champions League.
“El sueño eterno” es una película donde su protagonista está completamente solo frente al mundo. No tiene ni un solo ayudante en ella. No recibe ni una sola ayuda exterior, ni por parte de la policía –le dejan trabajar, eso sí–, ni de un fiel Watson, ni de una secretaria, ni un mayordomo, ni siquiera un mísero confidente callejero. Todo, absolutamente todo, lo consigue él solo, con su gabardina, su sombrero de ala ancha y su elegante coche Plymouth de Luxe modelo 1938. Bogart es capaz de seducir (o, al menos, encandilar) a todas las chicas que aparecen en la película: la encargada de la librería, la taxista, la hermana de Vivian –Carmen, maravillosa Martha Vickers–, las camareras del casino del malvado Eddie Mars. Como si en cierto modo todas ellas fueran objetos preciosos y dignos de conquistar: la Liga, la Copa, la Supercopa. Muchas veces Marlowe se vale de sus encantos de seductor para que estas conquistas le ayuden a lograr su objetivo final. Son etapas necesarias y gratificantes en su trayectoria.
Humphrey Bogart, pese a las situaciones tan complicadas y peligrosas que padece, nunca da un paso atrás. Se ve sucesivamente amenazado, insultado, despreciado, cacheado, interrogado, varias veces golpeado, tiroteado. Hasta le lanzan el contenido de una copa llena a su cara. Parecería cierto laureadísimo club de fútbol permanente amenazado por seres maléficos venidos de sórdidas federaciones o miserables comités técnicos, por la envidia e inquina de tantos y tantos periodistas y medios de comunicación, e incluso por supuestos aliados pseudo-madridistas que a veces hacen más daño que los propios enemigos exteriores. Bogart-Marlowe tiene la ocasión de acabar su investigación y salir indemne de una situación peligrosa, ya que aquello por lo que lo contrataron ya lo consiguió y hasta cobró una prima extra de 500$ (¡del año 1946!) por ello. Nadie le obliga a seguir el camino. Ha cumplido nuevamente con su deber y ha conquistado en su carrera múltiples laureles. Pero el gen competitivo, el afán de lograr lo que solo él se auto-exige hacen que avance y avance, atravesando caminos de minas, dejando a Geigers, Joe Brodys y a Caninos por la senda –también a pobres diablos como Harry Jones (magnífico ese secundario, Elisha Cook Jr)–, como quien se deshace sin grandes dificultades de los Bayern de Múnich o Manchester United o incluso Atlético de Madrid, en busca (por fin ya tiene claro su objetivo Philip Marlowe) de su ansiada, única, a veces desagradecida y áspera, entre irónica y desafiante, también distante pero inigualable, Vivian Rutledge/Lauren Bacall.
Les recomiendo la película por supuesto si no la han visto (imperdonable aunque subsanable error). Ocasión extraordinaria de comprobar el excelso trabajo de ese trío mágico Hawks-Bacall-Bogart, en su mejor momento de forma los tres. Trío madridista donde los haya: irónicos, tozudos, con un agudizado sentido del deber en todo momento. Espero que averigüen el verdadero significado del sueño eterno (o big sleep) del film. Teniendo en cuenta que sueño en inglés es sleep pero también puede ser dream.
Para un apasionado como yo del Film Noir y del Real Madrid, un artículo que mezcle ambas y compare a Bogart con nuestro club y a Bacall con la copa de Europa, es una delicia equiparable al mejor caviar beluga. Gracias eternas (claro).
Gracias eternas a tí siempre Fernando!
Precioso artículo.
Muchas gracias, Fernando.
Chulísimo artículo. Me ha encantado y de paso me han entrado una ganas tremendas de volver a verla.
Saludos
Hay que verla una y otra vez, Paz. Yo la vi (por decimoquinta vez) hace bien poco! Muchas gracias por tus palabras.
Magnífico
Magnífico es tener lectores como tú, Agustín.
La versión de El Sueño Eterno, con Bogart y Bacall es la mejor de todas. Pero Robert Mitchum, incluso en decadencia, tenía un magnetismo especial, quizá por su aire de "canalla" que le iba bien al personaje de Marlowe. Después de ver la película, leí también la novela, pero ni siquiera así pude aclararme respecto de todos los recovecos que tiene el guión. En cualquier caso, lo importante era conquistar a Lauren Bacall. Por cierto, equiparar la Copa de Europa con Lauren Bacall es un gran acierto. Espero que seamos capaces de conquistarla este año también, para que nuestro sueño siga siendo eterno.
Saludos.
Grandísimo es también Mitchum (véase Retorno al pasado o Río sin retorno o La noche del cazador). Muchas gracias por sus comentarios, Cillios!
Gran artículo, ligando algunas de mis aficiones favoritas, como este cine en blanco y negro, la BBC de Bogart, Bacall y Chandler, el Real Madrid, la Champions,...
Permítame la broma de la peli (me lo ha puesto a huevo) que definiría la relación del Atleti con la Orejona: Tener y no tener.
Enhorabuena por el artículo. Saludos.
Muchas gracias Amiguete Barney. Un placer contar con lectores como usted.
Ya puestos a jugar con Bogart, sus pelis y Madrid y Atleti una para cada equipo: Casablanca y No somos angeles
Exacto! Saludos
Tengo que reconocer mi fobia personal a Bogart (excepto si le dirige John Houston) y a partir de ahí discrepo. José Luis Garci ya comparó a Bogart con el Atlético de Madrid, muy acertadamente en mi opinión, ya que el bueno de Humprey es un tipo de hombre que se sabe que en "el terreno de juego" sólo se ligaría a Lauren Bacall (o sea, la Champions) en sueños (esa supuesta Champions que "el fútbol nos debe" suele decir la afición colchonera). A aquella comparación respondió, muy acertadamente también, David Trueba cuando dijo aquello de "si Bogart es el Atletico, entonces el Madrid es Cary Grant".
Partiendo ahora desde esta segunda comparación, la temporada de este año me recuerda más a "Charada" que a otra película de Grant (aunque en este caso también la filmografía de éste da para mucho). En "Charada" vemos a una jovencita Audrey Hepburn todo el rato intentado llevarse al huerto al maduro Grant (memorable la escena de la ducha), que, entre divertido y gruñón, está todo el rato evitándola mientras prosigue con su búsqueda del "tesoro" (y aquí que cada uno piense o diga cual es el "tesoro" que busca el equipo este año...). En el final de aquella película AVISO SPOILERS, la jovencita Hepburn (como era de esperar) acaba eligiendo a Grant, pero las últimas frases de aquella tensísima escena con el asesino creo que reflejan bastante bien esta temporada:
-Grant: Por favor, confía en mi...
-Hepburn: ¿Y por qué debería hacerlo...?
Lo he puesto un poco de memoria, así que puede que no sea así, pero por ahí irían los tiros.
Saludos y que, pase lo que pase, que siga Zidane. Que ese si que nació para ser estrella del cine clásico.
Gracias por sus comentarios, amigo Jorge. Y que siga Zidane (ahí coincidimos!).
Magnifica película de la gran época del cine.
Sin embargo yo envisiono más al Real Madrid como James Stewart, en Caballero sin Espada (Mr. Smith Goes to Washington).
Manteniendo los valores solo, contra el tiempo, las instituciones y la corrupción. Sin rendirse nunca.
Y al final gana. 😉
https://www.youtube.com/watch?v=ZrURtJ6YwZ4
Magnifica película. Y enorme interpretación de Jimmy Stewart.