El sueño de una noche de diciembre

Barça es un núbil a quien la República de La Porte exige casarse con Victoria, pero el joven casamentero está enamorado de María Posesión, una atractiva urdidora y lianta que con artes confusas conduce a todos sus amantes al ostracismo. Bayern es otro noble apuesto en edad de contraer nupcias. Su padre, el rey Guardiolus, le ha dado de plazo hasta el próximo solsticio de invierno para casarse con María Posesión, pero Bayern ama a Victoria, la ha amado siempre, mucho antes de la llegada al poder de su tirano padre, quien le impuso a Posesión. Mas si contraviene los deseos de su progenitor, este le decapitará con su propio escudo.

Dos meses antes del final del plazo dado por el rey Guardiolus, los cuatro jóvenes, sometidos a tremenda presión gubernamental, real y amorosa, deciden desestresar sus mentes y escapan de la ciudad para acudir al Oktoberfest de la región limítrofe. Por unas horas, Barça puede abrazar a Posesión y tocarle los globos con las manos sin penalización de ningún juez. Bayern y Victoria se besan muchas más veces que ocho. Son felices. Beben. Bailan. Hasta que tras un nutrido grupo de tunos atisban al temible rey Guardiolus. El muy pérfido les ha seguido y les esboza una sonrisa malévola mientras bebe cerveza junto a uno de los bufones de su corte.

Barça, María Posesión, Bayern y Victoria abortan la fiesta y han de huir, pero han bebido mucha cerveza y no pueden volver a caballo, podría pararles Robert Redford y hacerles susurrar en el etilómetro. Deciden vocear hasta que paran a un carro de Uber (alles). Durante el trayecto pergeñan un plan eludir el ultimátum de Guardiolus.

Bayern propone huir a otros lares donde la ley de Guardiolus no tenga efecto y allí casarse los cuatro, dos a dos, y en el orden que ellos quieren, no en el impuesto por República y Rey. Barça pone la condición de que sea un lugar cálido y pide que no sea Madrid, donde una vez fue rechazado y pasó mucho frío. Bayern propone los bosques de Múnich, lugar en el cual dice que los lugareños queman árboles cuando reciben visitas precisamente de madrileños. El joven bávaro también avisa a sus compañeros de que el bosque es el hábitat de las hadas. María Posesión y Victoria están conformes, ansían el momento en el que puedan yacer en el lecho casadas con sus amantes.

La fecha elegida para la huida y el posterior casamiento es el 8 de diciembre. Los cuatro mancebos parten raudos hacia los bosques de Múnich a lomos de dos corceles fuertes y rápidos. Sin embargo, poco después de llegar a su meta, son rociados por hadas con una pócima mágica que les nubla la razón.

Los cuatro comienzan a tener visiones, creen estar inmersos en un partido de fútbol en el que la cabeza de uno de los porteros es un balón y uno de sus defensas posa para los fotógrafos mientras el contrario les marca un gol. Oyen melodías delirantes de castrati sevillanos que cantan “Uropa Li, Uropa Li”. Mientras tanto, un jardinero pasa obsesivamente un cortacésped por la banda del terreno de juego, pero la máquina se le estropea, el tipo enloquece, grita, patalea. Los sonidos se mezclan con destellos de imágenes. Ven a un portero que giña un ojo y otro futbolista a quien los rivales se dirigen como ¿quién es Müller? les indica la salida más cercana de Europa con un gesto de su mano derecha. El delirio va in crescendo hasta que finaliza con un telón de piano.

Los jóvenes despiertan a la mañana siguiente. No saben qué ha ocurrido realmente, pero saben que ha sido lo correcto. Tienen sus dedos anillados, despiertan abrazados junto a sus amores.

Tras luchar mucho, todo acaba en su sitio: Barça gana a Posesión (por un 53 %) y, como no podía ser de otra manera, Bayern termina con Victoria (3-0).

Fotografías Imago.