Buenos días. Las portadas deportivas vienen hoy realmente sosas, con lo cual queremos decir que vienen especialmente sosas, es decir, todavía más sosas de lo habitual. Se comprende, no obstante, porque de donde no hay no se puede sacar. No tienen nada reseñable que contar, con lo que las portadas resultantes son igualmente no reseñables. Hay que ser comprensivos.
Si, por ejemplo, la Federación Española de Fútbol hubiera sido regida durante 30 años (y aún fuera regida) por un reyezuelo que convirtió el balompié patrio en su cortijo, ejerciendo un poder omnímodo y chantajista, tendrían algo interesante que poner en portada, pero claro, no es el caso.
Si además se hubiesen descubierto, a través de la Operación Soule, los entresijos del régimen déspota de amiguismos corruptos tejidos por el personaje, por ejemplo, las portadas podrían ser más jugosas, pero claro, no es así.
Si el club más amigo del turbio personaje, de quien depende directamente el devenir del estamento arbitral, hubiera disfrutado en los últimos lustros unos saldos arbitrales escandalosos, habría una historia gravísima con la que copar portadas durante esos 30 años (o al menos ahora que otros han hecho saltar la liebre), pero este hecho, obviamente, se circunscribe a nuestra calenturienta imaginación, por lo que procede disculpar la sosería de las portadas (la de hoy y la de siempre), en el entendido de que no hay nada importante ni serio de lo que hablar.
Si la prensa española hubiese tenido ayer -y tuviese hoy- el menor interés por escudriñar en el caso Soule (destapado por la justicia y no por ellos), podrían hoy ofrecernos algo de enjundia, algo sustancioso, pero hay que tomar la proverbial mirada hacia otro lado de la prensa como una de las restricciones del sistema (¿cómo pedirles eso a ellos?), por lo que no resta sino sonreír con indulgencia ante el inane batiburrillo que se nos presenta hoy, sólo ligeramente más inane e intrascendente que la media. Lógico: no hay nada de interés público para el fútbol español que merezca más atención que todas estas fruslerías.
Así que aquí os deja hoy la prensa, queridos amigos. Apañaos con ello como podáis. Si tenéis sed de saber más sobre el caso Soule, porque excéntricamente consideráis que es digno de mención, rascaos muy fuerte y persistentemente allá donde pique. Aquí tenéis vuestra diaria ración de especulaciones sobre el próximo once de un Madrid en crisis, entrevistas con el jugador estrella del último cuarto de hora y sorpresivos arranques de animus fellationis para con cierto menudo futbolista argentino.
Es lo que hay, porque claro: no hay nada importante de lo que hablar.
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