En estas jornadas de reanudación liguera parece que lo único importante son los resultados de los partidos y qué equipo ganará finalmente la competición. Sin embargo, hay noticias y hechos para el análisis cuya relevancia no debería pasar desapercibida. Por eso, me referiré en esta entrada, como punto de partida, a la crisis que vive el Valencia, cuyo capítulo reciente más destacable se saldó con la destitución de su entrenador, Albert Celades. Por culpa de la última mala racha de resultados, el bueno de Celades apenas ha durado 300 días en el banquillo de Mestalla. El máximo accionista, Peter Lim, lo destituyó a finales de junio con cierta ‘veraniedad’ y desde Singapur. Fue su respuesta fulminante a los ‘cantos de sirena’ que le llegaban desde la sede del Club, referidos a problemas internos en el vestuario.
Como es lógico, tan drástica medida contaba con la aprobación de los seguidores acérrimos, cuyo deseo es ganar, por encima de todo… simplemente ganar. Y lo cierto es que el Valencia no estaba ganando. Frente a ellos se sitúan quienes creen que las cosas no se hacen bien desde que -allá por 2014- Lim compró la mayoría de acciones del Club, que siempre ha gestionado desde la distancia. Hasta hace unos años, el propietario venía a España con cierta frecuencia, pero últimamente ya no lo hace. Le debe dar pereza… y llueve sobre mojado.
El despido de Celades puso en marcha una maquinaria crítica en redes sociales, censurando la decisión. Los internautas argumentaban que el míster no tenía la culpa y que no era el momento de proceder a la destitución, pues apenas quedan 5-6 jornadas para el final de la competición. Por supuesto, esos mensajes llegaron rápidamente a Singapur y generaron una respuesta radical de los ‘jerifaltes’ de la entidad. En este caso, la reacción iba suscrita por Kim Lim, la hija del dueño, que llevaba un cierto tiempo sin armar bronca. La heredera volvió a los viejos usos con un mensaje twitero que debió cortar el yogur a muchos socios y seguidores valencianistas: "Aquí otra vez. Algunos aficionados del Valencia están criticando y maldiciendo a mi familia y a mí. ¿Aún no lo han pillado? El club es nuestro y podemos hacer lo que queramos con él y nadie puede decirnos nada".
Me pareció fuerte, muy fuerte, ese mensaje. Entre Kim, su padre y algunos acólitos más van a conseguir que la crisis del Valencia se convierta en un paradigmático caso de estudio en Harvard. Y digo ‘paradigmático’ por su pasmosa lerditud.
Al curioso caso del Valencia se refería ya Jorge Valdano en su libro ‘Fútbol. El juego infinito’, publicado en 2016 en el que se refería a los primeros tiempos de la época Lim: “Dentro del gran carnaval cultural que es el fútbol, un club es un bien sentimental que pertenece a mucha gente, aunque algunos ricos lo compren y se sientan propietarios de esa complejidad emocional. Cada día ocurre con más frecuencia”. De acuerdo con Valdano, quien se manifestó de forma contundente sobre el caso: “Al Valencia, por ejemplo, lo compró un tal Peter Lim, residente en Singapur (…) Se trata de un millonario, lo que permite soñar con la llegada de cracks, las únicas armas sofisticadas con las que se puede ir a la guerra contra el Barça, el Madrid y los grandes de Europa. Lim es amigo de Jorge Mendes, representante entre otros de Cristiano Ronaldo y Mourinho, personajes del primer mundo futbolístico. La sociedad prometía: uno tenía la pasta y el otro la influencia. Pero el que tiene influencia también tiene compromisos (…) Los propietarios podrán comprar acciones, derechos, infraestructuras y todo lo que no tenga corazón. Lo que no es posible comprar con dinero es el sentimiento. Eso es propiedad del hincha”.
Según esa teoría, los hinchas del Valencia -al menos una parte de ellos- podrían estar viviendo un proceso de desafección importante, de alcance por ahora imprevisible. Y me hago varias preguntas sobre esta ‘encrucijada intelectual’:
¿Qué es lo que puede hacer la masa social de un club –tan harta como está la valencianista– ante una situación tan enquistada? ¿Qué es lo que le importa la opinión colectiva del aficionado a Lim y qué está dispuesto a hacer el dueño para atender esas reivindicaciones y revertir la crisis? ¿Quizá vender...? Eso, desde luego, es lo que le piden muchos aficionados, convencidos de que no sabe de fútbol ni le importa el sentimiento colectivo que este deporte genera. Pero son conscientes de que para poder vender tiene que haber alguien dispuesto a comprar (y que le permita recuperar la inversión). Los aficionados desearían que lo comprara algún valencianista de pro, cuyo nombre por supuesto desconocen… pero lo más probable es que, si Lim acaba vendiendo su paquete accionarial, el riesgo es que el comprador sea un jeque árabe o un magnate empresarial. El asunto –creo– tiene difícil remedio y, lo peor, es que si pronto no sucede algo en tal sentido, el riesgo de distanciamiento y desafección de los aficionados es muy real. Incluso puede acabar siendo bastante peligroso.
¿Es esta la evolución que, antes o después, irán viviendo el resto de clubes que son sociedades anónimas deportivas? A este respecto me vienen a la memoria unas declaraciones del presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, a la revista Panenka, allá por 2017: “El romanticismo en el fútbol, del que tanto habla la gente, es muy eventual. El fútbol no es romántico. Es una realidad social que expresan once jugadores contra otros once, y un tipo los dirige. Como la vida misma. El sentimiento en el fútbol se debe perder. El sentimiento o la fidelidad están muy bien, pero esto es un negocio. Soy realista. ¿De qué vale estar enamorado de un jugador si mañana viene con una oferta en la que nadie pierde?”. ¿Acaso no podría estar fomentando también Cerezo, de esta forma, una desafección de sus propios fans atléticos?
¿Acaso la industria del fútbol no necesita a la gente animando y cantando en las gradas de los estadios? Este fútbol sin público al que estamos asistiendo por culpa de la pandemia quizá llegue a poner de manifiesto (y en su justa medida) el valor de las masas sociales de los clubes… y la verdadera importancia de sus ingresos de abonos y entradas en sus balances. ¿Acabará siendo el fútbol un deporte virtual, jugado para la tele? ¿Necesitarán los clubes a sus socios -que cada día sienten mayor crisis de identidad- para su sostenibilidad económica?
¿Y qué sucede en el Real Madrid? Esos ingresos apenas suponen hoy el 15% del total y muestran un declive año tras año… Por eso, lanzo al lector mi última pregunta: ¿más allá de la eventual consecución del título de liga (euforia), están sufriendo también los socios, abonados y aficionados madridistas alguna desafección sentimental hacia el Club? No sé qué opináis…
Fotografías Getty Images.
"Aquí otra vez. Algunos aficionados del Valencia están criticando y maldiciendo a mi familia y a mí. ¿Aún no lo han pillado? El club es nuestro y podemos hacer lo que queramos con él y nadie puede decirnos nada." Se puede decir más alto pero no más claro.
En las SA deportivas, supongo que Lim se podría llevar el Valencia a cualquier ciudad de España, si le interesara, ¿no? como una franquicia NBA? Incluso podría liquidarlo... ¿o hay límites legales?
Bueno, me autorrespondo.., el Ciudad de Murcia ya vendió su plaza al Granada, y Ángel Torres ya dijo que se plantearía cambiar al Getafe de ciudad... Quizás podríamos llegar a ver al Valencia en Valencia de Don Juan, León, si llegamos a un mundo donde no importan los abonos y todo es "virtual". https://iusport.com/art/11450/el-presidente-del-getafe-se-plantea-trasladar-el-club-a-otra-ciudad
Muy interesante este artículo (no por hablar del Valencia, equipo que me inspira nulas simpatías por su feroz antimadridismo) sino por lo que cuenta. Hace tiempo que creo que a los clubs de fútbol cada vez les importan menos sus socios o la asistencia a los estadios. No tengo datos, solo es una impresión. Dan poco dinero y, como dice Cerezo (declaraciones que le van al guante), el fútbol es un negocio.
No comparto esta tendencia. ¿Cuántos nos hemos hecho aficionados de un equipo porque fuimos al campo con nuestro padre, madre, abuelos? Eso es sentimiento, que pasa de padres y madres a sus retoños. Ni se compra ni se vende. No me gustaría pero que nada que mi Real Madrid tuviese un dueño y no perteneciera a los socios. Los dirigentes del fútbol no ven más que pasta, no tienen visión de futuro a largo plazo. La pasta es importante, por supuesto, pero podría haber un término medio y no se olvidasen completamente de sus socios.
Buen artículo. Soy socio desde hace más de 30 años y si, te aseguro que existe una cierta desafección que puede palparse en un Bernabéu en el que cada vez hay más turistas y menos madrileños. El motivo es múltiple y seguramente no podamos resumirlo aquí. Desde mi punto de vista la ley Bosman inició el proceso inundando los clubes de jugadores extranjeros y aunque se ha corregido algo, muchos seguimos añorando un papel mayor de las canteras así como de jugadores nacionales. Así mismo el juego del equipo, a pesar de los éxitos indudables, ha sido muy regular en los últimos años. Sé que somos muy exigentes pero salvo la primera liga de Zidane, el equipo no ha jugado bien un ejercicio completo. Se han ganado muy pocas ligas en la última década. Por supuesto q los árbitros han tenido q ver pero el juego ha sido mediocre. Recuerdo temporadas enteras en el Bernabéu sin ver un partido realmente memorable de mi equipo. Por último la sensación de estar viendo desde hace cinco años a los mismos jugadores no ayuda demasiado. Se que muchos de ellos son auténticas leyendas pero el Madrid necesita uno o dos jugadores de nivel para engancharse.
Estimado David, eres muy cansino con tus valoraciones con el juego del REAL MADRID. Siempre tienes la obsesión de las ligas no ganadas en la ultima década. Tengo que recordarte que nuestro equipo ha ganado en esta década cuatro CHAMPIONS. Realmente, ¿ te parecen pocas?.
El valor de una champions equivale como poco a cinco ligas.
Un saludo .¡HALA MADRID Y NADA MAS!
Buenas tardes, es normal la desafección que sectores numerosos de la afición empiezan a sentir por los clubes, desde la versión meramente monetaria de las S.A., a la versión cesarista de los clubes que no son entidades mercantiles, soy madridista desde que tengo uso de razón, pero empiezo a estar hasta los c....... del paga y calla de D. Florentino, donde los socios somos un cero a la izquierda,
Salud
“Odio eterno al fútbol moderno” es un lema que se está extendiendo comunero...
Me ha parecido muy interesante e inteligente el planteamiento del asunto. Creo que estamos asistiendo a un avanzadp proceso de deshumanización (pérdida de sentimientos y sensaciones
-sobre todo- positivas y negativas de los seres humanos) en favor de la automatización y lo virtual ( aplicaciones informáticas, call centers, teletrabajo...) En el "furgol", lo podemos comprobar, también está pasando. El peso específico del aficionado presencial , en relación a la economía de los clubes, cada vez es menor. Desgraciadamente, no puedo ser optimista ante lo que se avecina. Se pierde y perderá, más aún , romanticismo en detrimento de la pasión y la épica. Hasta el Real Madrid se convertirá en S.A. Lo cual conllevará desafección.
Yo me descojonaba, hay que desdramatizar, cuando hace 3-4 meses los progres y los , además de hipócritas, políticamente correctos preconizaban y proclamaban a los 4 vientos que íbamos a ser mejores al ganar en sensibilidad, espiritualidad, tal y pascual... que saldríamos reforzados. ¡ Ojo con lo que se nos viene encima , con la complicidad de los Picapiedra ( menos mal que no iban a dejar tirado a nadie ). Os podría explicar las mil y una relacionadas con empresas privadas y entidades públicas con un desempeño patético amparándose en los teléfonos , los ordenadores y demás...Sálvese quien pueda...
Soy de esos muchos fans del RM que solo han podido asistir al estadio Santiago Bernabeu una solo vez, por la distancia, por diferentes motivos, cada uno los tendra. A las preguntas que hace... la masa social del Valencia, no creo que puedan hacer mucho sino logran tomar el control de su club. en cuanto al RM, hay muchas variables a considerar, sin embargo, el cariño que sientas por el club no se perderá, al menos, en mi modesto punto de vista, se trasmitirá de generacion en generacion, se iran los jugadores, se reemplazaran los dirigentes... el respeto, el cariño, la lealtad... esas permaneceran en nuestros corazones... Hala Madrid!!!
Mi experiencia es vivir en Madrid dos años y solo poder ir una vez al estadio. Actualmente y tras mucha organización me puedo permitir ir una vez por temporada al Bernabeu, y para mi, aunque supone organizar viaje, entrada, estancia, alimentación, etc, les digo que si algún año lo he podido hacer dos veces estoy una semana batiendo palmas. ¿Que el aficionado "de fuera" es más "comorensivo" con los jugadores? Lógico. Para nosotros no es una posibilidad de cada domingo, es una fiesta.
No me digan que se está perdiendo el sentimiento
El sentimiento hacia un equipo se tiene o no se tiene y da igual quien lo dirija y en que categoría juegue que eso no se pierde, podrás estar mas o menos de acuerdo con la gestión de los dirigentes o el juego del equipo o tal o cual jugador pero ese sentimiento no cambiara según yo lo veo.tengo 50 años y esta temporada e visitado el Bernabéu por primera vez en el partido contra el granada y ya me puedo morir tranquilo,hacer el tour y pisar ese trocito de césped que dejan pisar y que se te salten las lágrimas eso no tiene precio,pisar la sala de las champions y que se te erize la piel,esa sensación no la podrá comprar ningún jeque y lo dice un catalán desde Barcelona,el sentimiento de pertenencia a un equipo no te lo da ni el lugar donde allás nacido ni el dinero que tengas, seguiré siendo merengue
Tanto Víctor cómo Merenguito expresan los sentimientos de los madridistas de fuera, porque el RM no es sólo de sus socios, es de todos los que lo sientan (aunque algunos socios nos llamen "turistas"), y se financia gracias a los ingresos que generamos TODOS
Sería irónico que la costosa remodelación del Bernabéu coincidiese con una "nueva normalidad" de estadios medio vacíos. De fútbol exclusivamente televisivo.
Se sigue echando de menos el público en las gradas (aunque al Madrid, de momento, le está yendo muy bien la ausencia de silbidos y abucheos, que sin ninguna duda ya se habrían producido ante el juego irregular de algunos partidos...). Pero cuando El Sistema se lo propone, con el tiempo puede acostumbrar a las dóciles masas a cualquier cosa, incluso a fútbol sin público presente.
Me ha gustado mucho el artículo. Y respecto al tema de la posible desafección de algunas aficiones con sus clubes, voy a intentar una predicción con el Barcelona.
La era Messi está llegando a su fin. Para muchos culés, será casi como el fin del Fútbol en sí mismo. Y si se confirmase para el futuro la correcta tendencia arbitral de justicia que estamos viendo en las últimas jornadas (a pesar de algunos errores que siempre se van a dar, porque errar es humano), preveo un futuro con pocos éxitos deportivos azulgranas, que comenzarían a generar cierta desafección del público culé. La desastrosa economía del club tampoco está para ayudar mucho. Y la ausencia de público se nota mucho más en un estadio tan grande como el Nou Camp.
A los culés se les ha mal acostumbrado a muchos éxitos artificiales (8 Ligas de 11, Ovrebos, Aytekines, por ejemplo). Y si dejan de llegar en tal cuantía, puede que no lo lleguen a entender ni a soportar.