Supe antes lo que era la Copa Korac que una raíz cuadrada. Me sabía mejor los nombres completos de la plantilla del Real Madrid de baloncesto que los de los primos segundos del pueblo. Mis padres me dijeron que me quedé despierto hasta muy tarde viendo cómo España ganaba a Yugoslavia para clasificarse a la final de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, aunque si soy sincero, yo no me acuerdo de eso. El día de Navidad nos íbamos al Palacio porque había partido.
En casa se hablaba de Corbalán, Fernando Martín o Romay como si fueran amigos de toda la vida. A veces, simplemente por el nombre, como un viejo colega: “¡Vaya triplazo, Chechu!”. En 1989 le pedí un autógrafo a Anthony Frederick, un norteamericano de paso fugaz. Levanté la mano para que me la chocara y se quedó en el aire. No me importó. Por supuesto, le llamé “Anthony”. Poco me faltó para llamarle “Toñejo” y que me soltara un bofetón.
Había uno de esos jugadores que era diferente. Sonreía, pero también atizaba codazos si era menester. Corría la cancha a toda velocidad y los chavales le imitábamos en el recreo del colegio. Gritábamos “¡Palomero!” Y esperábamos que el que había cogido el rebote nos mandara el balón para anotar sin oposición. El Rey de los Palomeros tenía nombre rimbombante, imposible olvidarse: Juan Manuel López Iturriaga. Podría haber sido baloncestista o árbitro de fútbol. Iturriaga luego se convirtió en estrella de la televisión, pero yo confieso que veía sus programas únicamente porque le había dado a lo de las canastas. Era como una especie de apoyo espiritual que nadie más sabía. En casa veíamos las bromas de Inocente, Inocente, bien, pero yo estaba ahí por otra cosa. “Yo sé que eras alero del Real Madrid”, que lo sepas, Iturriaga.
Mensaje de Iturriaga
Puja por la camiseta de Iturriaga
Qué buen registro del sentimiento madridista de un niño, el que ha confeccionado el autor del artículo. Itu caía muy bien, cuando jugaba en el Madrid y, también después, cuando se dedicó a la televisión. Es un tipo entrañable y "campechano" . Para mí, con permiso del que te dije, el que más.
JUAN MANUEL LÓPEZ ITURRIAGA, uno de los jugadores más queridos de la hinchada blanca. Seguro.