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El retorno del Madrid: crisol de filosofías

El retorno del Madrid: crisol de filosofías

Escrito por: Pablo Rivas8 agosto, 2024
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Para los que consideramos el verano como una penosa travesía que a menudo hay que resignarse a sobrellevar, los amistosos de pretemporada del Madrid constituyen las esperanzadoras gaviotas que indican la proximidad de la costa. En realidad somos menos enemigos del estío que de la ausencia de nuestro acompañante vital predilecto, de forma que la mera contemplación de los vivarachos escarceos iniciales de Vinicius Júnior con el balón ya supone un alivio al deje amargo que tan malhumoradamente arrastrábamos en julio. Aunque sepamos que el fútbol de pretemporada es una broma, hay que reconocer que permite instalarnos en agosto considerándolo un mes verdaderamente reconfortante. De repente, las temperaturas que hasta hace muy poco nos impelían a la queja constante se transforman en las condiciones festivas necesarias para disfrutar del reencuentro frente al televisor: manga corta, mojito, pub, ventilador, bar de la piscina… Lo que quiera cada uno, qué más da si la dicha es buena.

Por otro lado, de la misma manera que las circunstancias y escenarios del retorno a la liturgia de cada fiel madridista son diversos, también lo es el ánimo con que cada uno acude a la cita. En repetidas ocasiones nos hemos desgañitado con la letanía de que el Madrid no debe tener un relato arquetípico, prefijado y estandarizado, sino que ha de permitir que cada aficionado lo viva a su modo. Esto, que tiene múltiples lecturas -sociológicas e incluso políticas-, también alude al temple y, por qué no, al cariz filosófico con el que el hincha enfoca la nueva temporada que se abre, aún tímidamente, ante sus ojos. Unido por el hilo común de la enfermiza necesidad de la victoria, el madridismo engloba un amplísimo repertorio de temperamentos, como esos ríos de innumerables afluentes que nuestra memoria no es capaz de abarcar del todo.

Hay, por ejemplo, una corriente que hubiese emocionado a Nietzsche, integrada por aquellos para quienes la querencia por el triunfo viene motivada por, ni más ni menos, la voluntad de poder. Ganar como pura demostración de fuerza e ímpetu que te coloca en el lugar que te corresponde. A menudo estereotipados por la inevitable altanería que desprenden, los madridistas nietzscheanos -frecuentemente inconscientes de que lo son- se dejan arrastrar por las tendencias apolínea y dionisíaca y, con un par de copas encima, serían capaces de hablar de la moral del esclavo para justificar el desprenderse de cualquier atisbo de complejo. Para ellos el próximo choque contra la Atalanta representa la enésima cita en la que el martillo blanco debe descargar su furia. Con contundencia y sin excusas.

Frente a este sector, a veces un tanto exaltado, se levantan algunas voces, hijas del pragmatismo. Sin carecer del blanco afán inveterado por la victoria, tienen una mayor capacidad de contextualización. A fin de cuentas, desde su punto de vista, el supeditar la preparación de una temporada tan exigente -siete campeonatos aguardan a los merengues- para llegar con un mínimo de garantías a esta tempranera Supercopa de Europa podría hacer descarrilar el físico en posteriores instantes, más relevantes. Estos madridistas pragmáticos se perciben como astutos ajedrecistas, capaces de sacrificar un caballo para obtener una posición de ventaja que les haga vencer postreramente. Hay quien los denuesta escupiéndoles el apelativo “oficialista”, intentando atribuirles una exagerada complacencia con la dirección de la entidad.

Unido por el hilo común de la enfermiza necesidad de la victoria, el madridismo engloba un amplísimo repertorio de temperamentos

Sin embargo, a mi juicio esta asimilación se trata de un error: los auténticos oficialistas pertenecen más bien a la corriente filosófica del positivismo, propia de Stuart Mill, de Comte o de Darwin, según la cual solo la información procedente de la experiencia sensorial, interpretada a través de la razón, constituye la fuente exclusiva del conocimiento cierto. Otro asunto es que los positivistas del Bernabéu hayan delegado esa interpretación en Florentino. Pero qué quieren que les diga: a la vista de los resultados de la gestión del club, ¿alguien puede culparlos? Por fortuna para todos, el presidente es tan hincha como el que más, de ahí que el conformismo derivado de lo práctico como norma de vida esté descartado. El positivismo y el empirismo no erigirán una coartada para el enfrentamiento contra los de Gasperini.

Existe otra sensibilidad con importante implantación en el seno del madridismo, sobre todo entre los que conciben el equipo como refugio íntimo para soportar las adversidades del día a día: el existencialismo. Esta filosofía se halla inserta en el núcleo blanco mucho antes de que algunos madridistas como Javier Cansado confesasen su costumbre de leer a Kierkegaard. Al fin y al cabo, el club más exitoso de la historia estaba condenado inexorablemente a servir, a la fuerza, como bálsamo para todas esas criaturas para las cuales la angustia es la esencia de la vida. Así pues, miles de aficionados esconderán en su fuero interno una congoja ante la perspectiva de perder el título, y se taparán los ojos con las manos cada vez que la Atalanta pase del medio campo. Eso sí, si todo marcha como debe, el pitido final les otorgará un placer inmenso, aunque más heredero del alivio que del orgullo.

Se podrían valorar otras múltiples corrientes, de Freud a Marx, y eso sin entrar en el ámbito más underground -tampoco me parece necesario: después de todo, Luis Racionero era un forofo, pero del Barça-. En cualquier caso, lo que parece fuera de toda duda es que la amplia gama de idiosincrasias del madridismo se reunirá la semana que viene en torno a los muchachos de Ancelotti, alentando cada uno de la mejor forma que sepa. Vuelve el todo o nada perpetuo del Madrid, y alguno dirá que con ello se acaba el verano. Quiá. No estoy de acuerdo. Acaso lo que ocurre es que el verano empieza ¡al fin! de verdad.

 

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4 comentarios en: El retorno del Madrid: crisol de filosofías

  1. Da mucho gusto leer que el buen fútbol se alimenta de la buena lectura y que la verdadera lucha del Real Madrid es contra la historia, esa historia donde ni bien conquistas una cima, aparece en el horizonte otra cima para conquistar.

    Y nada más, ¡Hala Madrid!

  2. Qué placer leer un artículo futbolero escrito con un nivel de Real Academia. No suele suceder, desgraciadamente. Muchísimas gracias y Hala Madrid!!

  3. Magnífico trabajo sin duda alguna...ah recordar el mayor escándalo del fútbol español dijo del mundo...7,3 millones del robalona f.c al negreira y durante al menos 17 años...corrupción sistemática según un juez...hala madrid

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🎂Cumple 33 años el hombre que le enseñó a Bellingham lo que significaba «chilena», el hombre tranquilo que no flaqueará jamás ante un penalti decisivo, el gran @Lucasvazquez91

¡Felicidades!

Lamine Yamal es muy joven.

Enormemente joven.

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En el hecho de que @AthosDumasE llame a la que muchos llaman "Selección Nacional" la "selección de la @rfef" encontraréis pistas de por qué no la apoya.

La explicación completa, aquí

👇👇👇

Tal día como hoy, pero de 1962, Amancio rubricaba su contrato como jugador del Real Madrid.

@albertocosin no estaba allí, pero te va a hacer sentir que tú sí estabas.

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