El récord de Sergio Ramos

Buenos días. Los méritos contraídos por un futbolista del Real Madrid con la selección no computan para su trayectoria en el Real Madrid.

Como es posible que este comienzo de portanálisis no haya entrado con facilidad en el gaznate, mezclado con el café y un mordisco de tostada, nos sentimos obligados a repetirlo.

Los méritos contraídos por un futbolista del Real Madrid con la selección no computan (o no deberían computar) para su trayectoria en el Real Madrid.

Parece de Pero Grullo, y al mismo tempo se antoja una frase enormemente aventurada, un jarro de incorrección política, un flirteo con la vanguardia del mal gusto. Qué le vamos a hacer si es lo que pensamos.

Iker Casillas se hizo grande en el Real Madrid (quizá el más grande) gracias a sus actuaciones en su club, pero no sería desatinado aseverar que se mantuvo como titular indiscutible en su club, cuando ya principiaba su declive, gracias a sus actuaciones con la selección. O por lo menos no sería aventurado afirmar que la prensa lo convirtió en intocable en el Madrid por haber sido el portero de la época dorada de la llamada Roja. Y eso no debería haber sido así. Debía haber sido única y exclusivamente su rendimiento de blanco el que le hubiera procurado la titularidad de blanco. Lo contrario habría supuesto (y hasta cabe decir que supuso) una injerencia de facto de la Roja en el funcionamiento del Madrid, vía presión mediática.

Traemos todo esto a colación porque esta noche, en el partido de España contra Noruega, batirá Sergio Ramos el récord de internacionalidades del propio Casillas, y ello nos provoca sensaciones encontradas.

Nos parece bonita, vaya esto por delante, la portada de As, que nos presenta la evolución temporal de un Sergio Ramos juvenil hasta llegar al Ramos actual, más maduro pero con la frente alzada con el mismo orgullo. Todo muy bien mientras no se pretenda -y la prensa española sería muy de pretenderlo- que este meritorio récord sea un pasaporte a la titularidad indiscutible de Sergio en el Madrid.

Con esto no decimos que Sergio no deba ser titular en el Real Madrid. Lo que queremos decir es que no debe ser titular indiscutible por la sencilla razón de que ningún jugador debe serlo, sino que todos deben estar sometidos a la meritocracia del momento que atraviesan, desde Sergio hasta el último juvenil. De manera que los récords y los éxitos de Sergio con España -como los de Modric con Croacia o los de Bale con Gales- nos alegran solo en tanto en cuanto le alegran a él y él es un jugador nuestro (del Madrid), pero defenderemos siempre a capa y espada la necesidad de mantener la independencia absoluta de ambos negociados. Busquen legítimamente llegar a la selección a través de su juego en el Madrid, pero no busquen perpetuarse en el once del Madrid a base de acumular glorias o trienios en la selección. Y ello por muy golosa que la ayuda de la prensa resulte en ese propósito.

Marca también alude al registro que hoy pulverizará Ramos, si bien personaliza menos y pone el foco en la conveniencia de que la Roja gane en Oslo para sellar su pase a la próxima Eurocopa. En el partido podrán seguirse las evoluciones de un Ødegaard a quien Roger Moreno, ante los micrófonos, negó un hipotético puesto en el once de España, caso de haber sido español el muchacho. Nos preguntamos tanto a qué viene esa pregunta como cuántos partidos de Ødegaard en la Real ha visto Moreno en lo que va de temporada.

La portada de Mundo Deportivo nos habla, muy seria, del fichaje de un hipotético crack para el ataque del Barça. El sueño es Mbappé, pero “gustan Rashford, Kane y Lautaro”. Así, como plan B, no está mal, y conviene enunciarlo con esa misma naturalidad, como quien no quiere la cosa. Las finanzas culés están de rechupete. Mejor todos ellos, ya puestos.

Sport, por último, nos regala (?) una entrevista exclusiva con Arturo Vidal. Pareciera que nos ha leído la mente Sport: justo lo que necesitamos. Dice el buen Arturo que es un jugador diferente. Depende de con quien se compare. El otro día leímos un reportaje en el que salía mucha gente nada diferente a Arturo. Adivine el avispado lector sobre qué trataba el reportaje.

Pasad un sábado entrañable de fútbol de selecciones.