Aunque parezca mentira, el Real Madrid femenino cerrará en mayo su segunda temporada oficial. El año de la consolidación, marcado por un verano de fichajes ilusionantes, por la clasificación europea y por el resbalón en el inicio de liga, se ha consumido en un abrir y cerrar de ojos. ¿Acaso hay mejor forma de confirmar que el equipo está ya sumido por completo en la dinámica irrefrenable de la máxima exigencia propia del deporte profesional?
Por primera vez, las futbolistas blancas han tenido que lidiar con la sensación de asfixia que acompaña a la disputa de tres competiciones; y, en paralelo, cada aficionado debe haber sentido el vértigo de saber que en ningún momento puede levantarse el pie del acelerador. Ni siquiera todavía. Con el mes de abril ya en el retrovisor y las piernas entumecidas, aún quedan metros en la recta de meta: la clasificación para la Champions se decidirá en las últimas tres jornadas ligueras y el título de Copa de la Reina se resolverá entre los cuatro equipos que siguen en pie.
Bajo cualquier otro escudo, el equipo de Alberto Toril afrontaría las próximas cuatro semanas sin presión, sabedor de que su plantilla ha vuelto a superar las expectativas en un año crítico tras el rotundo éxito del curso anterior. Sin embargo, el Madrid sólo entiende su existencia como el saltador de altura que sube palmo a palmo su listón. Y en esa tesitura, la estabilización del Real Madrid femenino entre los tres mejores equipos de España es ya obligación y no opción.
Una de las grandes noticias que deja la temporada del equipo femenino: las señas de identidad propias del Madrid comienzan a brotar
En ese contexto ha de encuadrarse el agónico mes de abril firmado por las blancas. El clásico petardazo —tan intrínseco al Real— cayendo con rotundidad ante el Sporting de Huelva cuando menos se espera, las victorias por la mínima frente a Alavés y Rayo y, finalmente, la remontada de genio contra el Levante en los cuartos de Copa. En lo bueno y en lo malo, es una hoja de ruta familiar para cualquier madridista… y quizás esa sea una de las grandes noticias que deja la temporada del equipo femenino: las señas de identidad propias del Madrid comienzan a brotar.
Así, en los treinta y un días de mayo lo que aguarda es puerta grande o enfermería. En la final a cuatro de la Copa de la Reina el cartel reúne a Sporting, Granadilla Tenerife y FC Barcelona. Será la última competición viva del año, y todo quedará determinado por el lugar que el sorteo asigne en el cuadro a las blaugranas. Si el Real aterriza en el torneo con el billete europeo en el bolsillo, la Copa sabrá a postre de celebración que bien puede ser probado sin casi nada que perder. Antes de afrontar ese escenario, eso sí, queda un mundo: el que comprende las jornadas 28, 29 y 30 de Primera Iberdrola.
Con nueve puntos por repartir, Atlético de Madrid, Granadilla Tenerife y Real Madrid mantienen un triple empate a 53 en el que sólo un equipo accederá al tercer escalón de la tabla. Si buscamos un titular con el que resolver el entuerto, basta el siguiente: el empate favorece al Atlético por diferencia de goles, pero el calendario sonríe al Madrid. El principal hueso para las blancas será recibir al Madrid CFF (11º) en casa antes de viajar a Valencia (12º) y cerrar la competición en Valdebebas frente al Villarreal (14º). Por su parte, el Granadilla jugará en casa ante Alavés (10º) y Real Sociedad (2º) para terminar en el feudo del Levante (6º). Finalmente, el Atleti tendrá que defender su posición de privilegio provisional viajando también a Buñol para jugar contra el Levante antes de recibir al Eibar (15º). El colofón será un posible último partido a vida o muerte en casa del imbatido Barcelona (1º).
Con toda probabilidad, será necesario esperar al pitido final de la última jornada agrupada de liga pasa conocer si el Real Madrid repetirá su hazaña europea por segundo año consecutivo. Las madridistas tendrán que seguir remando hasta entonces, aunque a estas alturas ellas mismas son conscientes de algo capital: el «Hasta el final, vamos Real» no les es ajeno.
Getty Images.
Ánimo chicas!!!
Fuerza para este sprint final, que al que da todo lo que tiene, no se le puede pedir más. Muy orgulloso de vuestra primera participación en Champions.
¡ Hasta el final vamos Real!