Andaba yo estos días fronterizos entre el invierno y la primavera pensando que la vida es mucho mejor cuando te remangas. Se ve todo con otro color con las Ray-Ban puestas. Los problemas no lo son tanto y las alegrías, por fugaces que sean, cada vez más insospechadas. Incluso a tu alrededor ves una simpatía general ausente de octubre a marzo. Cualquier paisano parece más interesante, más sexy incluso. Y entre tanta cavilación y tanta frivolidad propia del que pierde el hilo hasta con el cantar de los pájaros llegué a la clave de por qué este año estoy más enamorado de esta plantilla del Madrid que nunca. Porque es un Madrid de guapos.
Sí, el de ahora es el Madrid de los guapos, de gente a una sonrisa pegada. Tipos jóvenes, exuberantes, optimistas, en definitiva contentos; que han venido a la vida como han venido al Bernabéu, a comérsela a bocados, a bailárselo todo y a ganarlo todo, y que no piensan pedir perdón por ello. Ya nos sabe mal por los tristes que sientan aversión por este grupo (que no es aversión, mi señor, que es envidia). El Madrid de los guapos es alegría y despreciarlo es estar en contra de la felicidad.
Sigue siendo el nuestro un estadio racial y vehemente, los vicios de toda una vida no se superan de la noche a la mañana, pero el Madrid de la angustia por cada balón que sale de banda; el de los cojones y la sangre en la camiseta ya fue, ya pasó, el de hoy es otro. Más liviano, como de una ligereza adolescente, más sexy. Más inconsciente, en perfecta coherencia biológica con la juventud de quienes hoy defienden nuestro escudo.
La Quinta, el Madrid de los Ferrari, el de los Galácticos, el de las remontadas, el de los 100 puntos, la BBC… No soy especialmente partidario de bautizar a cada generación con más o menos gracia, pero si hay que encontrar un atributo común en este equipo post jerarcas huérfano de sobrenombre yo lo tengo claro. La belleza los define.
Por todos es sabido que estos días de la primera primavera, de remangarse y de ponerse las gafas de sol, de quedar a las 20:30 porque crees que el partido es a las 20:45 para luego reparar en que empieza a las 21:00 (los vicios de toda una vida…) , estos días como diseñados para las expectativas, los reencuentros, el jolgorio y quién sabe si el amor, son siempre nuestros mejores días.
Sí, definitivamente, son los días. Es el Madrid de los guapos. Disfrutémoslo.
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Iván campo, Ozil, prosinecki, Spasic... no desentonarían en éste Madrid.