El Madrid se impuso en un partido corrector de sus carencias recientes, que incluso arrastró hasta los cuartos de final de esta Copa. Sin embargo, el equipo de Laso reaccionó ante el Lenovo Tenerife y nos recordó a sus mejores días esta temporada. Una actuación notable que necesitará ser enriquecida en el partido decisivo.
El primer cuarto sentó las bases de esta dinámica mejorada, con mayor presión defensiva y ritmo en las posesiones. Con el lunar de las pérdidas, ofreció un gran acierto en la línea de tres. La actuación de los grandes —Tavares, inmenso, una vez más, y Thompkins con una entrada brillante en el encuentro— resquebrajó la defensa rival. Las rotaciones mantenían el ritmo y el tino. El partido hubiera quedado casi sentenciado en el descanso de no ser el Lenovo Tenerife un equipo tan calmado como ordenado. Aun y cuando Marcelinho no tenía su mejor día —acusó la constante presión de los diferentes defensores que le enviaba Laso—, su carácter e inteligencia bastaron para que el esquema no se desdibujara y conservar sus opciones en juego.
Sin embargo, en la vuelta de la pausa, sus escasas posibilidades se diluyeron ante la continuidad madridista. Cinco minutos más de empuje blanco apagaron el motor isleño, que apenas ya repostaba energía, decaídos los ánimos ante su inferioridad. Los pupilos de Laso defendían todavía mejor, al tiempo que la exhibición ofensiva se extendía entre muchas manos dotadas ayer de la virtud del acierto.
El Madrid dio una imagen de coordinación manifiesta, expresiva. En un desajuste del rival, Deck quedó defendido por un rival pequeño. Llull le regaló el balón y recibió como compensación un guiño argentino de complicidad. Yabusele repartía asistencias desde el poste bajo, recordando a los grandes pasadores desde esa posición: Sabonis, el maestro. Rudy reapareció dinámico y preciso. Y Heurtel mostró su cara buena. El equipo encontró la sintonía perdida.
Tras una de las derrotas de las últimas semanas, Pablo Laso expresó su estado anímico y mental señalando que se iba a casa jorobado y preocupado. Asimismo, la presentación de su equipo en esta edición copera estuvo alejada del potencial presupuesto. Sin embargo, tras el partido frente a los tinerfeños, el entrenador blanco era un hombre más tranquilo. La defensa había sido tan buena como en los cuartos, pero habían movido mucho mejor el balón, con la consiguiente cosecha de tiros nítidos y acierto subsiguiente. No siempre uno encuentra el ángel de la destreza, pero las posibilidades de que llegue aumentan si uno trabaja para facilitar su acercamiento.
¿Qué necesita el Real Madrid para la final? Escribo estas líneas antes de que se dispute la otra semifinal, aunque hablaré suponiendo que el rival sea el Barcelona, el peor rival posible pues parece tener aprendida y tomada la medida de los blancos. Al Madrid no le queda más remedio que subir otro peldaño, como hizo de los cuartos a la semifinal: en sus últimos enfrentamientos directos, los azulgrana han jugado con más intensidad y dureza, con ritmo superior en ataque, defensa y contraataque. Ante este planteamiento, el Madrid respondió tardíamente y con ansiedad en lugar de paciencia. Ya nos sabemos la teoría, mañana habrá que poner la práctica.
Fotografías: @RMBaloncesto
Todo OK José Luis.
Es cierto que a los madridistas nos han frustrado y desanimado , incluso aún más por el juego y sensaciones mostradas, la serie última de resultados negativos. Ahora mismo , y desde fuera, me genera dudas el pronostico cara a la final. Laso y su equipo saben mejor que nadie en que estado llegan a la final. Ojalá puedan ser intensos en ambos aspectos del juego; no solo en la parcela defensiva.
Todo OK, José Luis.
Disculpen ustedes.