El gran artista canadiense, Harold Foster, que se hizo famoso en los años 30 del pasado siglo gracias a sus historietas sobre Tarzán, publicadas en King Features —propiedad del magnate William Randolph Hearst— creó su célebre personaje del Príncipe Valiente (“Prince Valiant in the Days of King Arthur” fue el título original completo) en febrero de 1937, y durante 1788 semanas, hasta 1971, se publicaron sus tiras de página completa. Uno de los mejores cómics de toda la historia universal, bajo la pluma elegante y estilizada de Foster. Posteriormente a 1971, se siguió publicando, con menos calidad, por otros autores como John Cullen Murphy.
Valiente, hijo del rey de Thule, tras salvar la vida de sir Gawain, del que era fiel escudero, acabó por convertirse en uno de los caballeros de la Tabla Redonda del rey Arturo en el reino de Camelot.
Nuestro Luka Modric (que nos dure mucho más tiempo) llegó a Madrid merced al buen ojo de José Mourinho, en el verano de 2012, en una época en la que nuestro amado club se batía contra el poder del dragón azulgrana, prácticamente imbatible por su propio poderío y por la ayuda estimable que recibía desde las esferas arbitrales de los siniestros despachos del CTA en Las Rozas, al menos desde 2001.
Como Valiente, Modric tuvo que hacerse un hueco primero en las alineaciones de un equipo recién proclamado campeón, en la célebre Liga de los Récords, y hacer frente a una serie de lamentables comentarios cocinados en lo más hediondo del periodismo, que le discutía su calidad desde el primer minuto de su llegada.
Muchos recordamos su histórico gol en Old Trafford, en la primavera de 2013 cuando, tras un escorzo soberbio, perforó la meta de David de Gea, en el momento en que la sombra del fracaso se cernía sobre un Real Madrid huérfano de noches legendarias en Europa. Valiente, además de sus infatigables batallas en favor de su soberano Arturo, también tuvo que combatir por varios continentes, incluyendo África y América, contra variados enemigos como los hunos o los sajones, además de elementos sobrenaturales como los “monstruos de los pantanos”, perversas brujas y hechiceros diversos, como el malvado Morgan Le Fay.
Como Valiente, Modric tuvo que hacerse un hueco primero en las alineaciones de un equipo recién proclamado campeón, en la célebre Liga de los Récords, y hacer frente a una serie de lamentables comentarios cocinados en lo más hediondo del periodismo, que le discutía su calidad desde el primer minuto de su llegada
Tan solo un año después de su gol al United llegó la mejor y más deseada conquista de Luka: la Copa de Europa, un 24 de mayo de 2014. Aquel día, Modric/Valiente encendió las luces en un escenario cubierto de siniestras tinieblas, al borde de un abismo espeluznante donde estuvo a punto de fenecer el reino completo de Camelot, pese a los titánicos esfuerzos de los más prestigiosos caballeros de la Tabla Redonda. Su acción en aquel minuto 92 con 48 segundos permitió cambiar las tornas de una derrota que parecía segura y que hubiese dado paso a un futuro sombrío y tenebroso, en el cual habría sido irrespirable la vida para todos los seguidores madridistas del mundo entero. Un toque mágico y preciso en el mejor momento posible, una estocada eficaz que fue el preludio para contemplar el final de una irreductible Hidra de Lerna, bestia mitológica multicéfala, que realmente pareció inmortal aquella tarde noche lisboeta.
Aquella hazaña, solo al alcance de un elegido como Luka Modric, precedió a la conquista de la Décima Copa de Europa para el Real Madrid media hora más tarde, un hito tan imponente como vital, como lo fue para Valiente la conquista del amor de Aleta, la reina de las Islas Brumosas, que se convirtió en su esposa y madre de sus hijos, un poco como la Décima fue la madre de sus tres hijas seguidas, logradas en Milán, en Cardiff y en Kiev, y de su hija más pequeña, que tardó unos pocos años más en llegar, ya en París 2022.
Sigue cabalgando, Luka, como el Príncipe Valiente, defendiendo las buenas causas con tu destreza y con tu sabiduría
En esas 5 finales, Luka empezó de inicio en cada una de dichas batallas decisivas, como tan solo pueden presumir otros dos excelsos caballeros como Carvajal y Karim Benzema. Y es que Luka parece inmortal, ya camino de sus 39 años, luciendo siempre una figura sin un gramo de grasa y que, pese a su aparente fragilidad, demuestra una forma física que le permite seguir comandando de manera férrea a sus tropas croatas (una final de Mundial en 2018 y un tercer puesto en 2022, al frente de un país de apenas 4 millones de habitantes) y protagonizar acciones tan heroicas como la que contemplamos a las 22.40h del pasado domingo 25 de febrero, en la que calcó su gol mancuniano 11 años después.
Para la historia queda que este último trallazo ante el Sevilla, de una belleza estética prácticamente inigualable, es el gol anotado por el jugador más veterano (tras uno de Puskas en 1966, a sus 39 años y 15 días) de la historia del Real Madrid: 38 años y 169 días. La eterna juventud de nuestro héroe de Zadar, similar a la de Valiente, que conserva su lozanía en los cómics de Harold Foster año tras año, se demuestra al ver su forma de celebrar como un alegre colegial todos sus goles (ya logró 39 en el club). Si Luka se queda un año más en el Madrid, a partir del próximo 18 de octubre de 2024, cuando tenga 39 años y 38 días, tendrá el increíble honor de batir el récord de longevidad del mítico Ferenc Puskas, que jugó su último partido de blanco el 8 de mayo de 1966, a sus 39 años y 37 días.
Ojalá podamos seguir viviendo algunos meses más las aventuras de este príncipe del fútbol, el único jugador en activo en Europa que posee un Balón de Oro (logrado en 2018), ojalá le veamos alzar su 6ª Copa de Europa y que pueda igualar a nuestro mito Paco Gento, nadie se merece un honor semejante más que él. No queremos pensar en su retirada del club en el próximo mes de mayo, ya que las lágrimas del Santiago Bernabéu podrían llegar hasta el mismísimo techo retráctil que tanto nos gusta.
Sigue cabalgando, Luka, como el Príncipe Valiente, defendiendo las buenas causas con tu destreza y con tu sabiduría.
Getty Images.
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