El mejor y más merecido premio del año, y quizás de la década, se entregó en la tarde noche del martes 8 de noviembre.
En la Ciudad de la Raqueta, quizás el mejor recinto deportivo de Madrid para la práctica del tenis y del pádel, tuvieron lugar los cada vez más prestigiosos premios Ciudad de la Raqueta (11ª edición) y la 9ª edición de los premios de la Fundación María de Villota.
Tras una maravillosa gala con prestigiosos galardonados (con el mítico tenista José Luis Arilla a la cabeza, pero también Matías Prats como comunicador, Julito Alegría en pádel, la San Silvestre vallecana, o el CB Estudiantes, en su 75º aniversario, entre otros muchos), el gran Emilio de Villota anunció los dos premios de la fundación que lleva el nombre de su querida y muy añorada hija María (asociación que realiza numerosas acciones para colectivos muy necesitados en toda España).
Uno fue para la selección española femenina de waterpolo, que atesora un palmarés de títulos internacionales verdaderamente excepcional.
El otro galardón fue el que tratábamos de describir en nuestras primeras líneas: para Paco Gento, nuestra llorada y admirada “Galerna del Cantábrico”, in memoriam, y para la familia Llorente-Gento, la formidable saga familiar que, en 3 diferentes generaciones – y las que quedan por venir – sigue dando deportistas de élite excepcionales por sus propias condiciones y por sus indiscutibles valores forjados en las bellas tierras de Cantabria.
Emilio de Villota, junto al presidente de la Ciudad de la Raqueta, Javier “Koki” Martí, llamaron al escenario a Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, para que hiciera entrega de este galardón más que merecido.
Tras un emotivo video en el que contemplamos fotografías y vídeos de Don Paco Gento, de sus hermanos Julio y Antonio (ambos llegaron a debutar en el primer equipo del Real Madrid), de sus sobrinos José Luis, Paco, Julio y Toñín Llorente Gento (todos ellos jugadores bien de baloncesto, bien de fútbol del Madrid), de su sobrinos nietos Marcos (actualmente en el Atlético de Madrid) y Sergio (hijo de Joe y actualmente en la Pro Basketball League belga), tomó la palabra Butragueño y nos regaló con unas palabras cálidas y sentidas, sobre todo para la figura de Paco Gento.
Acto seguido, subieron a recibir el premio, en representación de la numerosa familia presente (22 en total, entre ellos las dos hermanas de Paco, llegadas expresamente de Guarnizo), la maravillosa Mari Luz, viuda de Paco, y sus sobrinos José Luis, Paco y Julio. Tras el emotivo agradecimiento de Mari Luz, muy emocionada (Paco Gento nos dejó hace apenas 10 meses), tomó la palabra en nombre de toda la familia nuestro querido amigo Joe Llorente.
Su discurso fue sencillamente maravilloso, conjugando la emoción del momento, sus recuerdos sobre su tío Paco (muchos de ellos ya narrados soberbiamente en esta misma revista digital), el legado que recibieron él y sus hermanos a través de su madre, María Antonia Gento, a saber, la cultura del esfuerzo, de la dedicación, del no rendirse jamás, con una exquisita selección de su lenguaje, culto y elaborado, alternando su ironía cántabra con su afilada erudición, hasta el punto en el que hasta hizo aparecer por su discurso al mismísimo filósofo Georg Wilhelm Friedrich Hegel. Su disertación divirtió, amenizó y, sobre todo, conmovió a toda la audiencia allí presente.
Fue la intervención de José Luis la guinda deliciosa de un acto en el que volvimos todos a recordar al que hasta hace bien poco seguía siendo el presidente de honor del club de nuestros amores, y la gala culminó con una multitudinaria foto de familia de los Gento-Llorente, para un recuerdo inolvidable para ellos y para todos los presentes.
Tras ello, tuvimos la oportunidad, durante el cóctel posterior, de dar la enhorabuena personalmente a los miembros de esta familia única y ejemplar, en particular a Mari Luz y a su hijo Paco, vivo retrato de su padre, y muy querido amigo personal, así como, a Joe y a Paco Llorente, o al joven baloncestista Sergio Llorente.
En definitiva, una velada inolvidable en la que se hizo a la vez memoria y justicia con el reconocimiento de, posiblemente, la familia más importante que ha habido en toda la historia del deporte español.
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos