Quizás no sea La Galerna el mejor foro para exponer la problemática del periodismo de bufanda. Es una evidencia que prácticamente todos los que contribuimos (algunos, como yo, muy modestamente) en este medio de comunicación tenemos un claro sesgo madridista. La condición de informar u opinar desde la perspectiva de ser aficionado de un equipo (especialmente de uno muy concreto), suele ser muy criticada por aquellos que defienden la pureza absoluta del oficio, una supuesta equidistancia y la búsqueda de la objetividad. Todos ellos tienen sus colores, que lucen más o menos abiertamente y que son mucho más tolerados que el blanco madridista. Pero como ocurría en la Galia de Goscinny, existe un reducto al que no se puede someter (en este caso, tampoco se quiere someter). Hay una camiseta, escudo y bufanda que se abrazan y se defienden con jolgorio y fervor casi religioso. Son las de la selección española, en nombre de la cual se permite y jalea cualquier acto, por forofo que éste sea.
Lo ocurrido en las últimas semanas en el entorno mediático del combinado nacional es un muestra perfecta de la hipocresía periodística imperante. Es incomparable el trato amigable y entusiasta que recibe con respecto a cualquier equipo, la increíble ristra de excusas cuando el devenir de los hechos no es el esperado, y la bochornosa retahíla de halagos cuando los resultados sí se consiguen, en este caso obviando la entidad del rival y posibles errores de bulto cometidos por el mismo. El eco de la pitada de algunos aficionados a Morata ha sido descomunal, conscientemente amplificado por aquellos que pretendían criticarlo con la máxima severidad. Contrasta con lo que ocurrió en anteriores broncas a otros jugadores (no españoles). Entonces se apelaba a la libertad de expresión o se señalaba el derecho de protesta de aquel que paga su entrada. Se puede decir que donde ahora hay extrema indignación, antes hubo complicidad y hasta cierto regodeo.
Una y otra vez se ha resaltado la necesidad de que la prensa se integre en la maquinaria de la selección, apoyando, intentando transmitir optimismo y evitando polémicas espinosas. Llamativo arrogarse el rol que en realidad corresponde a los aficionados y más aún que se destaque la obligatoriedad de la unión, y se señale esa alianza como una de las razones de los éxitos del pasado. Sin duda, no recuerdan lo que se escribió y dijo de Luis Aragonés antes de que su selección ganara. Y ahí está la palabra clave: antes. El periodismo es especialista en arrogarse buena parte de los éxitos y condenar inmisericordemente los fracasos. Hay, además, un componente importante de narcisismo en este comportamiento. Se sobrevalora hasta límites desconocidos este trabajo cuando se cree que hacer alguna proclama en un medio de comunicación incrementó las posibilidades de ganar de un equipo que se encontraba a miles de kilómetros, en el Mundial de Sudáfrica. El porcentaje de ese triunfo que pertenece a los medios de comunicación es el mismo que el que podría adjudicársele al aficionado que gritó un gol tumbado sobre el césped de un jardín o a aquel que se encontraba trabajando en una gasolinera; ninguno. No lo parece si repasamos la interminable galería de periodistas fotografiándose con la copa del mundo, reclamando así el papel de artífices.
Merece la pena plantearse por qué ese trato es diametralmente opuesto al que sufre el Madrid, juzgado siempre con rigor dictatorial, incluso cuando disputa competiciones europeas y se podría apelar también a su condición de conjunto español para que se le brindara al menos parte del masivo apoyo que concentra ‘la roja’. Por supuesto, muchos periodistas se han aprestado en señalar al Real Madrid y a sus aficionados como culpables de los problemas de la Selección. Y eso que, como ya señalara aquí hace un par de semanas, la mayoría nos acercamos con indiferencia al supuesto equipo de todos. En una nueva entrega de los relatos de ciencia ficción mediáticos, las críticas a Luis Enrique, el pesimismo en torno a esta selección y los silbidos a determinados futbolistas tienen su origen en madridistas despechados por la ausencia de representante alguno de su equipo en la convocatoria. Incluso los aficionados sevillanos que fueron a La Cartuja y mostraron su malestar se supone que estaban influenciados por esa central lechera a la que tanto se nombra, pero que tan poco se ve representada en realidad en los medios, teñidos de rojigualda para la ocasión.
Cualquier persona que trabaje en uno de estos medios de comunicación conoce la tozuda realidad. La selección española ha interesado únicamente cuando ha ganado o ha optado a ganar grandes torneos, y ahora más que nunca es menos atractiva (es decir, consigue muchas menos visitas), no ya que el Real Madrid, sino que muchos otros equipos de primera línea. Es una realidad que se oculta convenientemente porque deja al descubierto lo vacíos e histriónicos que son los golpes mediáticos en el pecho defendiendo a España. Afortunadamente ya solo quedan un par de semanas de periodismo de buena bufanda. Luego volveremos a lo de siempre, recordando con tesón que es esencial gozar de total libertad para poder criticar sin medida lo que se considere oportuno y que los periodistas están para contar ‘lo que ven’, y no para ejercer de cheerleaders de ningún equipo. O de casi ninguno.
Fotografías: Imago
¡ Qué bien explicado ! Con buen humor.
Voy a resumir, una vez más, para todo el mundo que el hurto de información, la falta de veracidad, el sensacionalismo exagerado y el flagrante doble rasero que perpetra nuestra prensa deportiva desde hace lustros, ya sea por inercia, comodidad, vagancia, mala leche, negligencia o exigencia de perpetuar la mala praxis por los que mandan, propalando sus sandeces, insidias, inquinas, gustos, imaginaciones y creencias personales, además de hacerlo en tonos vehementes, drásticos, arrogantes, amenazadores o burlones, a través de los potentes altavoces mediáticos que a fuerza de repetir y repetir, crean los caldos de cultivo perfectos que genera opinión en la gente es un fraude, una estafa, un timo a la ciudadanía.
Pero claro, como se trata de un tema frívolo, el fútbol -que no el deporte al que apenas le dedican tiempo suficiente en comparación-, algo que no es trascendente ni importante para el devenir de la sociedad, aunque la prensa más leída y visitada en sus webs sea ésta, pueden propasarse todo lo que quieran como los programas de realitys, talent y demás espectáculos televisivos por ser eso, un mero entretenimiento, un espectáculo, que es en lo que ha devenido pero con el marchamo de "informativo"; ahí es donde entra el timo.
No es periodismo, no es información sino puro espectáculo con opiniones, especulaciones, supuestos e imaginaciones para su relleno, nada de información. Y claro, su meta es entretener, no informar, ¿y qué mejor que rellenar con la joya de la corona, el Real Madrid? Como en sus enfermizas mentes la palabra polémica es sinónimo de interesante, el relleno se hace cuestionando, opinando lo que a cada uno le venga en gana, sobre cualquier memez, anécdota o rumor sobre el Real Madrid. Algo que no hacen con los demás (el no tratar o juzgar por el mismo rasero desde un medio sigue siendo un engaño a la ciudadanía a la que se debe) o hacen lo contrario, quitan hierro.
¿Quién denuncia las trapacerías, tropelías, desmanes del cuarto poder? Solo se puede hacer desde el mismo cuarto poder, desde las mismas ventanas. Pero ya sabemos cómo se las gastan y entre bomberos no se pisan la manguera, menos para denunciar el abuso y así, pueden convivir dos posibilidades distintas aunque sean contradictorias en el mismo medio, cuyo resultado final, ya sea A o B, es que el Real Madrid (o su sujeto, ya sea el presi, el entrenador, el jugador, el que sea) lo hace mal. Más timo al personal.
Recuerdo que aunque haya muchos, cada vez más, madridistas que están abriendo los ojos y empiezan a vislumbrar que, efectivamente, hay una tomadura de pelo general en los medios al madridismo, gracias a las redes sociales y otras vías de comunicación, siguen siendo un número muy inferior de la ciudadanía general a la que llegan los medios. Esto lo podéis comprobar hablando con la gente de la calle que no conoce a El Radio o LaGalerna.
Las víctimas siempre lo negarán y dirán que tienen su propio criterio pero luego no solo repiten sus mismas letanías y cantinelas sino que también caen en sus continuas contradicciones.
perdón por la extensión del comentario que me ha quedado tan largo como un artículo.
Letanía veraz para especial consumo madridista cada vez que acudáis a un medio deportivo: mientras en el campo solo está el rival a batir, el enemigo, ése que te quiere mal, anida en los medios.
Dudad, os hará libres y tal vez, sabios. No os creáis a pies juntillas lo que los necios propalan por sus potentes altavoces aunque coincida con vuestro deseo.
Usted ,si no es Richard Dees, lo parece. Y si no, Alfredo Duro.
De mi, han llegado a decir que soy Siro López e, incluso, Tomás Guasch.
El sarcasmo , sin llegar a la acidez corrosiva, es un recurso valioso.
Jajaja conozco a Richard pero no soy él.
Confieso que he hecho de becario, como él llama a los que les dan "soplos" de lo perpetrado por los ciudadanos periodistas, pero ahí utiliza mi nick de twitter. Incluso hizo algún comentario por aquí asegurando que no somos la misma persona. La verdad es que coincido bastante con él en definir como basura el periodismo deportivo que se hace. 😉
No sé, no sé...
Basura no, un auténtico MULADAR.
Gran comentario y muy acertado (a mi modo de ver) una vez más. Más razón que un santo; Gracias y felicidades.
"mientras en el campo solo está el rival a batir, el enemigo, ése que te quiere mal, anida en los medios."
Creo que esto debería ser el lema de La Galerna. O como mínimo, debería ponerse detrás de "madridismo y sintaxis"
Enhorabuena al articulista y al comentarista.
Y deberían grabárselo a fuego tanto en el vestuario como en el club. Pero eso ya es harina de otro costal 😉
Estaba claro,se veía venir,que ante el previsible fracaso de la selección,el culpable directo iba a ser,cómo no,el de siempre,la personificación misma del mal,el Real Madrid.La cuestión es si no lo habrán hecho a posta,lo de no convocar a ningún jugador del Madrid,para así poder tener la coartada perfecta para iniciar otra campaña,una más,contra nuestro equipo.Os acordáis del mundial de Rusia?Como toda posibilidad de hacer un buen papel en aquella competición se tiró por la borda con tal de culpar y machacar al Madrid?Hasta ese grado de vileza y psicosis se llegó,con lo cual no debe sorprendernos la que ahora se ha iniciado.Repugnante no,lo siguiente.
Salve, Vagawain!
Una de las virtudes que admiro de las nuevas generaciones es su capacidad para darles a los periodistas su lugar en la sociedad :el trastero.
Con las redes sociales en su apogeo, tanto Twitter como Twitch como Instragram como YouTube se han comido al "cuarto poder", que ha pasado a ser una opción de entretenimiento más que malviven porque los cuarentones, cincuentones, sesentones y setentones seguimos otorgándoles un poder a la prensa que en realidad no tiene.
Yo lo único que veo es pasta y un miedo atroz a perder ese chanchullo llamado cuarto y mitad ludolibelofurgoltivo.
Ya está pasando con los cuartos y medio que cubren "otro tipo de información" , ha sido llegar la "vacuna" y coño tol personal halagando en la misma dirección.
Por cierto dos de las peores alimañas de la noche radiofónica están ya pal pincho, va a haber hostias como panes para ocupar su "sagrada sanguijuelencia"
Requisito sine qua non, ser un feroz antimadridista.
O ser un camacho de la vida, con los sobacos como el cerebro, encharcaos, pero con una cuenta corriente mu saneada.
Quién le ha visto como jugador, entonces se llamaba D. José Antonio, y el molusco gasterópodo en que se ha convertido.
Cuando hay bufanda es que el frio es muy intenso, en esas condiciones el trabajo es muy complicado, hay que ser muy valiente, bragado para poner el pecho con riesgo de futuras neumonías.
Eso hoy en día no existe ser que cumpla estas premisas, y es que en el territorio caracolero nos hemos vuelto muy frioleros.