Un paradigma es un conjunto de teorías o supuestos cuyo núcleo central se acepta sin cuestionar y que sirve como base para resolver problemas y avanzar en el conocimiento.
El concepto anterior tiene serias implicaciones más allá de la simplicidad de la mera definición. Al punto que en la vida diaria los paradigmas pueden influir en cómo percibimos nuestras posibilidades ante cada reto, en cómo actuamos para alcanzar nuestras metas y, por lo tanto, en los resultados que obtenemos en muy diversos ámbitos.
Para ilustrar mejor este punto aprovecharé dos ejemplos que mencioné en mi último artículo ("Otra razón para creer"). En él, comenté que fue solo después de que Roger Bannister completara una milla (1.600 metros) en menos de 4 minutos en 1954, y que Edmund Hillary y Tenzing Norgay alcanzaran la cumbre del Everest en 1953, que miles de personas comenzaron a creer que estos logros, aparentemente imposibles, podían ser alcanzados y se sumaron a la estadística de éxito en ambos casos. En otras palabras, el paradigma del resto cambió gracias a estos pioneros, abriendo un nuevo horizonte de posibilidades para los demás.
Esta idea es de vital importancia para nuestras vidas, ya sea en el ámbito económico, emocional, laboral, profesional…, porque sugiere que si tu mente percibe algo como imposible, probablemente lo será. En cambio, si crees que algo es posible, incluso ante la dificultad aparente o manifiesta, tus posibilidades de lograrlo aumentan significativamente, especialmente si a esa disposición le añades un plan, trabajo arduo y resiliencia ante la adversidad. Consolido este argumento citando al gran Henry Ford: “Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, tienes razón”.
Con esto en mente, quiero reflexionar sobre el paradigma del Real Madrid y sus posibilidades de llegar a ese partido en el mítico estadio de Wembley el próximo sábado 1 de junio, donde podría tener la oportunidad de ganar la decimoquinta Champions League de su historia. En ese sentido, sinceramente pienso que, a pesar de la indiscutible fortaleza técnica, táctica y física del Bayern de Múnich, posiblemente equiparable a la del Madrid, creo con rotundidad que los de Ancelotti, en lo que respecta al paradigma bajo el que funciona su mentalidad, tienen una clara ventaja en comparación a su oponente de turno. A continuación, explico por qué.
No es descabellado pensar que quizá el propio paradigma de los jugadores del Bayern sea que, de una forma u otra, este Real Madrid, al final, siempre consigue la forma de ganar
Dado el impacto que los paradigmas pueden tener en nuestros logros, y considerando lógico presuponer que los jugadores del Real Madrid estén absolutamente convencidos de que pueden superar, una vez más, la semifinal, pienso que el madridismo tiene razones para ser optimista. Y es que estos futbolistas han tenido éxito tantas veces, en circunstancias variadas y en muchas ocasiones contra todo pronóstico, que su confianza es natural, espontánea y absoluta, lo cual combinado con su capacidad de sufrimiento y su extraordinario talento, aumenta tremendamente sus probabilidades de éxito en el partido en cuestión.
Mientras, por su parte, el Bayern de Múnich, un equipo impresionante y muy respetable en cualquier sentido que se nos antoje traer a colación, quizás tenga que hacer un esfuerzo tremendo intentando "hackear" con visualizaciones específicas las mentes de sus jugadores para intentar programarlas para el éxito en este caso, tarea ardua, especialmente si tenemos en cuenta que no es descabellado pensar que quizá el propio paradigma de los jugadores del equipo alemán sea que, de una forma u otra, este Real Madrid, al final, siempre consigue la forma de ganar. Esa sugestión, en el momento cumbre y decisivo de la eliminatoria, pudiera resultar definitiva.
Ante ese panorama, y entendiendo desde mi muy humilde punto de vista, y en el peor de los casos, que este Bayern no es mucho mejor equipo que el Real Madrid, me inclino a pensar que lo razonable es que la moneda cayese del lado de los blancos. No obstante, los de Múnich atesoran una historia tremenda, admirable, que me invita a no confiarme y a optar por esperar paciente, y con la fe que este equipo único me ha inculcado, una nueva posibilidad de hacer historia y llorar otra vez de alegría.
¡Vamos, Real, hasta el final!
Getty Images.
Ha llegado el día y nos encontramos a horas de alcanzar y ver la grandeza de este Club. En ello confiamos.
Ello no quita para que no olvidemos a quien nos enfrentamos. A un equipo alemán , llámese como se llame. Lo pudimos comprobar ayer.
Solo pido y espero que ese temor de los teutones lo sientan desde el primer minuto del encuentro tanto desde el mismo terreno de juego como desde la grada en la cual estaré aportando mi granito de arena
A nuestros jugadores decirles que pase lo que pase si al final su esfuerzo por conseguir lo que todos los madridistas deseamos ha sido descomunal. ESTAREMOS ORGULLOSOS DE ELLOS.
HALA MADRID Y NADA MAS
El paradigma del Madrid cambia a una mirada amorosa y confiante hacia la Copa de Europa el 24 de Mayo 2014, en el minuto 93 de aquel partido. Desde entonces no hay partido europeo que le tosa al Madrid.
El paradigma es tan fuerte que , nosotros los fanaticos tambien sabemos que es muy probable que vayamos a ganar , no importa el rival ni si vamos abajo faltando 5 minutos y esa confianza que nos da el paradigma se transforma en miedo para el equipo contrario
El resultado de anoche confirma esta teoría