Buenos días, amigos. Son estos tiempos raros. Festival de fantasmadas, empachos de calabazas, sangre en nuestros pinchos, plasma en nuestros vampíricos colmillos, osarios de santos y fiesta en el cementerio. Es esta antesala de noviembre, bendito mes, que empieza por Todos Los Santos y acaba por San Andrés, llegan estas portadas deportivas de tal día como hoy, que uno ya no sabe si huelen a muerto, zombi, cadáver andante o Barón Dandy.
Por si fuera poco, apenas quedan tres jornadas de Liga —y una de Champions, aunque súbitamente ahora no interese tanto— para llegar al Mundial del oprobio prenavideño en el secarral catarí. Así que abróchense los cinturones porque se avecinan turbulencias en el vuelo PA 747 The Gale Airlines con destino al archipiélago de Mofa y Escarnio. Ya saben dónde están las salidas de emergencia en caso de filtraciones de prelistas de Lucho de 55 futbolistas, con Guillamones antes que Nachos, o estallidos de patrióticos éxtasis sudorosos de Míster Chipes o advenimientos de sesudos análisis parabólicos calvos de selecciones emergentes como Uzbekistán de Abajo.
Pero, como diría Conan antes de ceñirse la corona, esta —por el momento— es otra historia.
Nuestra historia de siempre arranca en la meseta de las primeras planas deportivas, tal mañana como hoy fundidas en una suerte de pringosa simbiosis como aquella que se diera en el primer Gran Hermano de Tu pantalla amiga hace ya más de dos décadas. Ya saben.
¿Quién les pone la pierna encima para que no levanten cabeza?
No pretendemos siquiera que Marca o As respondan a tan hamletiana diatriba, pero, pardiez, la clonación de primeras planas es algo que pensábamos no sólo superado sino incluso más propio de un periodismo cataculé proclive al sectario abrazo del pensamiento único. Debe ser que la Torre de Marfil se tambalea y la Emperatriz Infantil languidece dada la poca imaginación de las cabeceras deportivas madrileñas. Vía libre para fichar. Pues dale, sí. Que viene el Mundial, ya os avisábamos, y a Floren —y a Alberto Cosín— le gustan los cromos con caretos de maxilares duros acompañados de banderitas de colores. Lo cierto es que es la vuelta de tuerca de la matraca. Ya no es que fichemos a Mbappé y su madre, Haaland y su padre o Endrick y su familia, ahora es un ojo que podemos fichar foráneos de nuevo, nada menos que tres, como los mosqueteros, como el Trío Lerelé, como el Eje del Mal o la Troika.
Qué curioso que todas estas banderas juradas y nacionalizaciones de nuestros Vinis, Rodrygos y Militaos llegan con el mercado de fichajes tancat.
Hay que ver los hilos de Florentino.
Nada que ver con los palancazos de Can Barça que al parecer ya se propinan incluso en los melones de jueces y fiscales dado el vodevil en el que ha derivado el denominado Caso Neymar o Caso Neymar 2, “La Venganza”, o Caso Neymar 3, coming soon, en los mejores cines.
No somos los portanalistas expertos en legajos de picapleitos —bastante tenemos ya para no salir a la calle y hacernos Michael Douglas en Un día de furia—, pero sí nos llama poderosamente la atención el espectacular despliegue judicial y mediático, con paseíllo de Neymar en Barna y amenazas penitenciarias sobre el propio Ney, Sandro y Barto incluidas, para que al final todo quede en absoluta agua de borrajas. Que dice el fiscal que este caso se ha construido en base a presunciones y que entiende que los acusados tal vez “han incumplido” o “incluso pisoteado” el reglamento de la FIFA o el Código Civil, pero no el Código Penal, oiga.
Conviene recordar que el señor Neymar Da Silva Santos Junior fichó por el Barcelona en 2013. Tengan cuidado y no parpadeen no se vayan a perder la acción de la Justicia.
Ney? Oui, c´est mou.
Sorprendentemente la prensa de allí arriba a la derecha concede una importancia secundaria a este giro de guion del Caso Neymar propio del final de Los Serrano en sus portadas. Lo importante sigue siendo la Xavineta, que juega esta tarde contra un equipo de Singapur con sede en Valencia. Tanto es así que, mientras se consuma la ingeniería social para elevar la Uropalí a categoría de máxima competición continental —los jueves son los nuevos miércoles, ya saben—, los voceros del culerío claman en sus primeras planas la operación Pleno al 9, que no es otra que ganar tres partidos seguidos.
Así les luce el pelo. Como a Neymar.
¡Pasad un buen sábado, amigos galernautas!
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos