Creo que nunca, aunque es posible que la memoria me traicione, he hablado mal de un jugador o un técnico del Real Madrid. Ni en los 15.000 tuits que he escrito ni en mis más de 150 artículos en La Galerna he dicho una mala palabra.
Hablar mal de un presidente como Florentino Pérez, con el que, gracias a la amistad que nos une, he ido de boda a las faldas de Jaizkibel, lo considero directamente un delito. Ni me lo planteo.
Cada vez que mis compañeros hablaban de tal o cual jugador del Real Madrid, de jugadores de otros equipos, de posibles fichajes o de simples preferencias, yo los mandaba al Mónaco
Y no lo he hecho por dos motivos: el primero, aunque a alguno le pueda parecer increíble, porque mayoritariamente, exceptuando un par de salidas que me ha costado entender, las decisiones tomadas por el club me han parecido correctas; es más, creo que yo hubiese tomado exactamente las mismas; y el segundo, como si yo tuviese uno de esos tics que necesitan cuadrar y ordenar repetidamente todas las figuritas del salón, por una simple cuestión de simetría y compensación. Es de tal magnitud la crítica al Madrid, tanto desde los medios deportivos tradicionales como desde cualquier red social, que mi granito de arena, insignificante para todos menos para mi conciencia, consiste en ver, oír, callar y esperar, sobre todo esperar, es decir, tener paciencia, no criticar al Madrid al primer error y ser, hasta donde me permiten mis supersticiones, optimista.
Eso sí, tengo un pequeño reducto, un rincón donde entre baño y aperitivo me desahogo y no dejo títere con cabeza: el chat de La Galerna. Ahí, entre amigos que soportan mis imperfecciones, o al menos no me las recriminan y dejan que diga barbaridades sin ton ni son, llevo muchos años mandando jugadores al Mónaco, que es el equipo que vaya usted a saber por qué, elegí para formar una escuadra invencible, llamada a marcar una época, llena de picapedreros y patapalos. Digamos que en público soy AIC y en privado DDC, un Director Deportivo Calvo: cada vez que mis compañeros hablaban de tal o cual jugador del Real Madrid, de jugadores de otros equipos, de posibles fichajes o de simples preferencias, yo los mandaba al Mónaco.
—Este en dos años acaba en el Mónaco —repetía (y repito) una y otra vez.
Ir al Mónaco es sinónimo de ser un jugador del montón, un tira melones. O tienes o no tienes nivel. Yo he mandado al Mónaco hasta a mi padre. Yo mismo, sin ir más lejos, voy al Mónaco todas las semanas para ver cómo se entrenan todos los maderos que les he cedido gratuitamente. Digamos que mando a la Riviera francesa, que dicho sea de paso, más que un castigo es un retiro dorado, un paraíso lleno de bon vivant, mujeres bellas, calas recónditas y restaurantes de lujo, a todos aquellos, que por un motivo u otro, creo que no tienen nivel para jugar en el Real Madrid. Y muchas veces lo hago sin pensar, compulsivamente, sin fijarme ni en su Wikipedia ni en la largura de sus brazos, ni en su boca abierta. Los DDC somos así: vehementes, impulsivos, sin cerebro. Y funciona, vaya si funciona. No quiero presumir, pero mi nivel de acierto es altísimo, más teniendo en cuenta que en mi caso no hay atisbo de ventajismo: los mando en cuanto asoman la cabeza.
Hace una semana más o menos, Alberto Cosín, que tiene toda la memoria que a mí me falta, trajo al chat el equipazo que yo, tacita a tacita, había montado a lo largo de los últimos años. Comprobé, con tanto orgullo como asombro, que, exceptuando a los porteros, era un grupo muy equilibrado. Todos me parecen, posiblemente porque no tengo ni puñetera idea de fútbol y la ignorancia tiende a ser muy atrevida, unos troncos.
Antes de darles la lista completa de jugadores me gustaría hacer una aclaración: hay varios que no tengo ni puñetera idea de quiénes son. Digamos que pasaron por allí en el momento equivocado.
Vamos allá. Aquí tienen, gracias a la generosidad de Cosín, este equipo destinado a marcar una gloriosa época.
De Ligt, De Jong y Van De Beek
Si solo he mandado a estos tres holandeses al Mónaco es porque no han aparecido más en nuestras conversaciones. Tengo fijación con ellos, holandés que pillo, holandés que mando al Mónaco. Aquí no hago distingos: yo veo un “DE” o un “VAN” y me llevan los demonios.
Kane y Traoré Kounde
Aquí me lío, tengo la impresión de que hay un montón de Kanes, Koundes o Kantes. Los míos, si les soy sincero, no sé exactamente quiénes son. Yo los mando, y luego ya Alberto los diferencia. Es posible que haya mandado a varios al Mónaco con el mismo nombre por equivocación.
Adama
No tengo ni la más remota idea de quién es este jugador ni de qué hace en mi lista. Lo más cercano que recuerdo es un cantante llamado Ádamo, que se hizo famoso en los 60/70 por una canción titulada Mis manos en tu cintura. Un dúo “Ádamo & Adama” se hubiese forrado en un Mónaco musical.
Dicho esto, le ruego disculpe mi ignorancia, no me lo tome en cuenta y sea muy feliz.
Theo
Quiero a Theo, creo que es el único que volvería a fichar para el Madrid. Me dejé llevar por los enanos, el tigre y su fiesta loca. Me equivoqué, interpreté todo al revés, esta exhibición en su cumpleaños era puro madridismo. El tiempo ha demostrado que es mucho más madridista que muchos madridistas que presumen de serlo. Le deseo lo mejor. Es el nuevo Sandokán.
Umtiti
Magic. Es mi talismán culé, digamos que es como el reverso de Coentrão. A Umtiti lo mandé al Mónaco a los dos días de conocerlo. Vi un par de cantadas suyas tan groseras que supe que tenía un diamante para toda la vida. Con este y con otros muchos jugadores que, desgraciadamente, han sufrido alguna lesión, me pasa lo siguiente:
Suelo escuchar:
—Desde la lesión ya no es el mismo, nunca ha recuperado su nivel.
¡PERO QUÉ NIVEL, POR EL AMOR DE DIOS, QUÉ NIVEL, SI ERA UN PAQUETE Y LO SIGUE SIENDO!
Marcos Llorente
Es muy buen chaval, le quiero, parece de Asteasu, es sensato, buen jugador y con un gran futuro por delante, pero practicar una dieta paleolítica tiene graves consecuencias: puede que a tu cuerpo le vaya bien, pero acabas en el Mónaco y pidiendo a tu novia que se case contigo en el Wanda. Te juro que yo no quería mandarte a Francia, esperaba verte volver y triunfar en el Real Madrid...
¿En qué estabas pensando, Marcos, en qué estabas pensando, por el amor de Dios? ¿No te das cuenta de que no puedes pedir matrimonio a nadie, y mucho menos a tu novia, en un sitio llamado Wanda? Wanda, Marcos, Wanda, piénsalo. Es imposible ser más gafe. En lugar de ir partido a partido vas a ir de divorcio en divorcio, como Lana Turner, Elizabeth Taylor o Mickey Rooney, que se casaron ocho veces y se divorciaron otras tantas. Alguna dieta estarían haciendo, seguro.
Marcos, majo, hazme caso, te tengo mucho cariño, aunque estés en el Mónaco pide permiso y cásate en el museo del Madrid, delante de las 13 (o 14, si la boda es el verano que viene…) Copas de Europa. Reconduce tu vida. Estás a tiempo.
Asensio
Mandé a Asensio al Mónaco antes de la lesión, cuando se hablaba de que algún equipo inglés había puesto encima de la mesa más de cien millones de euros para ficharle. Creo que soy de los pocos que no ha notado mucha diferencia entre el antes y el después. Siempre me ha parecido un excelente suplente. Metió dos o tres golazos y confundió a muchos. Hizo lo que, a partir de aquella época esplendorosa, yo llamo “un Asensio”. Fueron días de vino y rosas, y siempre, a pesar de estar en otro equipo, lo tendré en mi corazón. Larga vida.
Ødegaard
Hizo “un Asensio” un poco más largo, pero en la Real. Y ya. Nunca me ha gustado. Lo mandé al Mónaco directamente desde Donosti. En este caso su Wikipedia, dando tumbos por equipos muy poco conocidos y sin terminar de cuajar en ninguno, no auguraba nada bueno. Su precipitada salida el año pasado me confirmó que había acertado en mi decisión.
Morata era un buen suplente, el problema es que ha nacido para jugar en dieciocho equipos y todavía anda buscando el suyo para asentarse. No sé ni dónde está. En el Mónaco lo estamos esperando con los brazos abiertos.
Ceballos fue hace unos años, cuando yo lo mandé a Montecarlo, el Ødegaard de aquella época. Me parece un gran jugador, pero para el Arsenal, el Atlético o para ser un buen suplente, como revulsivo. Y hablando del Arsenal, en el Mónaco de los equipos, el Arsenal es el rey.
Jovic
Lo mandé a Francia a las dos semanas de llegar, repito, a los dos semanas, no ahora. Su forma física está más cercana a la mía que a la de un jugador de élite. Necesitamos un gimnasio urgentemente. Perdóname, Jovic, te juro que después de estas duras palabras, tan alejadas del oficialista que hay en mí, iré a confesarme. Mete 30 goles y hazme feliz.
Sancho
Saaaaaanchooooo, Quijote, Quijoteeeee, Saaancho. Joder, Alberto, ¿quién cojones es Sancho? Me metes en unos líos de la leche. En fin, que sea el que sea está bien donde está, en el Mónaco o en Barataria, no vale ni para tener una ínsula.
Pedri
No confundir con Pedrito. En el Mónaco va a ser un jugador extraordinario. Será Pe.
João Félix
Primo hermano de Pedri. Harán una buena pareja. Dos partidos tardé en hacerle hueco para cenar en Le Louis XV - Alain Ducasse, un restaurante tres estrellas en la Place du Casino, en Montecarlo.
Mendy
Me costó mandarlo al Mónaco con esa sonrisa, con esa cara de buena persona y ese físico imponente, pero no creo que sea lateral para el Real Madrid. Igual se convierte en un extraordinario central y deja sitio a Alaba, al que estoy a punto de sacarle un billete en el TGV para apuntalar la Riviera.
Reguilón y Achraf
Les deseo, igual que al resto del equipo monegasco al que tengo el honor de dirigir, un enorme número de éxitos. Naturalmente mientras no se crucen con el Real Madrid (y la Real Sociedad). Ventas impecables.
Arteta
No recuerdo por qué lo mandé, algo haría, seguro. Es el entrenador perfecto para dirigir a esta ilusionante cuadrilla.
FE DE ERRATAS 1: He confundido a Kane con Kanté y al Kane que he mandado al Mónaco con algún otro Kane al que (todavía) no he tenido el gusto de empaquetar. No sé si me explico. Cuando hablaba de Kane lo confundía con Kanté, que también hay muchos, pero que siguen en sus equipos porque todavía no les he dado la boleta. Mi Kane es el inglés, el que juega en el Tottenham. A ese lo mandé al Mónaco en cuanto lo vi, no hay nadie en el mundo que se merezca más estar en ese equipo. Kane no puede ser una apuesta estratégica para el Real Madrid, es más, no puede ser ni una apuesta. Su Wikipedia, sumada a esa cara de guiri despistado al que le acaban de soplar 11 euros por una caña de Cruzcampo, es de tercera regional, horrible.
FE DE ERRATAS 2: No existe Traoré Kounde. La culpa es de Alberto, que no me pone comas (o números) en la alineación y me lía. Traoré es el apellido de Adama, Adama Traoré, el del famoso dúo musical con Ádamo. Les pido mil perdones.
Dicho esto, Traoré Kounde, Adama Traoré, Adama, Adama & Ádamo, Kounde, Kunde y Kane, son, del primero al último, carne del Mónaco.
Zidane y Cristiano Ronaldo
Hace años, cuando no existía el chat de la Galerna, yo mandé, a pesar de que mi mujer me decía (con razón) que no tenía ni puñetera idea de fútbol, a estos dos extraordinarios jugadores al Mónaco de aquella época. Nadie es perfecto. Me equivoqué.
Les confieso esto para que vean que mi fiabilidad es nula.
Y ya, hasta aquí hemos llegado, lamento la extensión, pero al final, año tras año, el equipo se me había ido de las manos. Y eso que tengo la impresión de que faltan otros muchos jugadores. Confío que Alberto consiga recuperar un Mónaco filial.
Les dejo con el himno del Mónaco. No tardarán en aprendérselo de memoria, al paso que voy va a convertirse en el mejor equipo del mundo.
Fotografías: Imago
Para su alineacion de la 2021/22, y de acuerdo con usted, al Mónaco Asensio, Ceballos y Odegard.
Que aguante Mendy donde está.
Sí, los holandeses son culés y perdedores. Los alemanes al Madrid.
Ya lo decía Escobar: mi Kane me lo robaron estando de romería o algo así.
También se dice: "kane no come kane", "hasta el rabo todo es kane" y hasta el Ministro de Consumo Comunista dice que no se consuma kane.
Me encanta este artículo. Me he identificado con él.
Suscribo el primer párrafo de inicio a fin.
Coincido en CASI todos los jugadores.
Gracias Fred.