El Milagro del Bernabéu, el Miedo Escénico que lo llamara en el principio de los tiempos Jorge Valdano; el ’90 Minuti en el Bernabéu son molto longos’ que le espetara el legendario Juanito a aquel Bergomi santo y seña del Inter de Milán de los años ochenta, tiene una explicación que muy poco tiene que ver con el esoterismo, la magia o los fenómenos paranormales.
Milagro, dice la RAE, es un “hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a la intervención sobrenatural de origen divino” o también “suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa”, definición esta segunda que se ajusta mucho más a lo que sucede en el Santiago Bernabéu de forma frecuente aunque lo de adjetivo ‘extraordinario’ no se ajustaría al ciento por ciento a este caso.
Lo cierto es que, en el Bernabéu, milagro o no, suceden cosas inverosímiles, que no pasan en ningún otro estadio del mundo. Pasan en días ordinarios, con goles que culminan remontadas y victorias in extremis, y pasan en días extraordinarios, jornadas en las que está todo el planeta fútbol y lo que no es el planeta fútbol pendiente de lo que sucede entre los muros del Santiago Bernabéu.
Este mismo año, equipos como el Unión Berlín o el deprimido FC Barcelona del gran Xavi Hernández han probado en sus carnes lo que es recibir un gol en el tiempo de descuento. Pasa muchas veces a muchos equipos y en muchas ocasiones.
Lo de la Copa de Europa es aún más ‘sobrenatural’, sigamos utilizando este término por el momento. En los ochenta, cuando se empezó a labrar el mito, probaron la magia del viejo Bernabéu equipos como el Inter, que se abonó a la tragedia en aquellos años; el Borussia Monchedgladbach, el Anderletch, el Colonia o el mismísimo Bayern de Munich.
La explicación esotérica a lo inexplicable está bien. Queda perfecta para una noche de charla al abrigo del fuego, pero lo cierto es que todo lo que pasa en el Coliseo Blanco tiene explicación… y es futbolística
En los últimos dos años, PSG, Manchester City, Chelsea y el propio Bayern de Munich han visto remontadas inenarrables, con el tiempo ya cumplido que han elevado ‘lo que pasa en el Bernabéu’ a un fenómeno universal.
Hoy por hoy, el Bernabéu es el estadio que más miedo da en el mundo. Eso no está en discusión. El feudo del Madrid es en estos momentos una caja de los truenos incontrolable y cada remontada imposible agranda una leyenda que no parece tener fin.
La explicación esotérica a lo inexplicable está bien. Queda perfecta para una noche de charla al abrigo del fuego, pero lo cierto es que todo lo que pasa en el Coliseo Blanco tiene explicación… y es futbolística.
El gol de Joselu ante el Bayern, el de la enésima remontada con el tiempo ya cumplido, no viene porque una divinidad empuje desde lo alto del graderío.
Mientras que el 99,99% de los equipos del mundo, con el empate en el marcador y la prórroga en ciernes, estarían mareando la perdiz y circulando el balón en zonas de seguridad para aguantar el resultado y disponer de 30 minutos más, el Madrid de los milagros eternos, metía en el área rival a sus dos centrales para buscar el gol de la victoria por la vía del KO técnico.
El gol de Joselu viene precedido de un control del central Nacho en el área rival y de un pase de la muerte del central Rudiger. Minuto 92. Esa es la fuente de los milagros.
El Madrid no especula; el Madrid toca la corneta de la carga de caballería sin mirar atrás y a los rivales les entra el canguelo porque sienten el aliento de un equipo indomable y el clamor de una grada que huele como ninguna otra afición del mundo el miedo del rival y empuja a que sus jugadores, sus centrales en este caso, no busquen la prórroga sino el fuera de combate. Y suele suceder porque si mueres en el área rival y no dando pasecitos en el centro del campo al ‘estilo Cholo’, los milagros pierden el calificativo de ‘extraordinarios’
En una frase: Si el Madrid le marcó, por ejemplo, en el 93 al Atleti en Lisboa no fue por intervención divina sino porque en el 93 estaba sacando un córner. Por poner un ejemplo especialmente significativo. Así se escribe la grandeza de un club que, como dice mi amigo Dani Montero “no hay equipo en el mundo, da igual el deporte, que ni siquiera nos iguale”. Palabra de hincha.
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Y porque el Club, está muy bien dirigido.
Veremos, espero que no, si un día un Presidente forofo se hace cargo de la dirección...
Hala Madrid y nada más.
este articulo hay que citarlo cada vez que venga un amargado diciendo que solo es suerte