El mejor entrenador del Madrid

El fichaje de Rafa Benítez como entrenador del primer equipo no suscitó demasiada ilusión. Nadie se atrevió a decir que aquello fuera un disparate, si bien es cierto que, pese a tener buen currículum, generaba dudas. Sustituía a un Carlo Ancelotti cuyo segundo año echó por tierra un primero magnífico. Tomó el testigo Zidane, solución “de urgencia” que acabó tornándose en estelar. Pero se marchó (luego volveremos a ello), y el club pensó en Lopetegui. Con bastante menos trayectoria que Benítez (e idéntica falta de entusiasmo), el resultado fue el mismo: fracaso. La temporada ya estaba empezada, así que el recambio provisional de Solari parecía una buena idea. Tampoco. A pesar de una cierta recuperación, la eliminación en Champions y el último batacazo ante el Barça obligaron a la directiva a buscar un revulsivo. Y regresó Zidane.

Seis entrenadores (Zidane vale por dos, nunca mejor dicho) en siete años sugieren que ha podido haber decisiones manifiestamente mejorables. Los jugadores franquicia (Cristiano y Messi; quizá Neymar y en un futuro Mbappé) son insuficientes. Sin un buen entrenador y una buena institución detrás que tenga un modelo, fiche y planifique, poco se puede hacer. Es decir, no gana sólo un cuerpo técnico, una junta directiva, una plantilla o el mencionado jugador franquicia; ganan o pierden todos. Y eso vale para entender un poco mejor qué está pasando esta temporada.

Cristiano Ronaldo es insustituible. De traer a alguien que pudiese tapar semejante roto, se me ocurren sólo tres nombres: Messi, Neymar y Mbappé. El primero no, por motivos evidentes. El segundo tampoco: es un crack en lo deportivo, pero sus excentricidades en el plano personal son una bomba de relojería para cualquier vestuario. Y para que el PSG soltase al tercero (que ojalá) tendría que producirse un milagro de proporciones bíblicas, imposible a día de hoy. Sí, llegaron Courtois y Vinicius, pero como dijo Benítez cuando se quejó de la secretaría técnica en sus tiempos del Valencia, “pedí una lámpara y me trajeron una silla”. Dicho lo cual, el poderío económico de clubes como City o PSG los sitúa fuera de todo alcance.

Salvo portería, lateral derecho y medio centro, el resto de posiciones son susceptibles de retoque. Con esto y sin Cristiano se le ha pedido a Solari Liga, Copa y Champions. Como que no. Hay que hacerle justicia al argentino y reconocerle carácter: sentó a Bale, Marcelo e Isco, dando minutos a dos grandes talentos jóvenes como son Reguilón y Llorente. Gusten o no, son decisiones que otros en su lugar no se habrían atrevido a tomar. Pero algunos errores tácticos y el hecho de no acabar de cuajar en el grupo acabaron por costarle el cargo.

¿Es ahora Zidane el mejor entrenador posible para el Madrid? Sí, porque es el que está. Igual que en su momento Solari, Lopetegui e incluso (que Dios me perdone) Mou. Eso es extensible a la totalidad de la plantilla, al menos hasta el 30 de junio. Son muy buenos (aunque alguno se empeñe en demostrar lo contrario más de una vez) y, sobre todo, son los nuestros. Todos. Porque se equivoca quien piense que hay que volver a ilusionarse a partir del 1 de junio. No. El momento es ahora, pese a que ya no nos juguemos nada. Con toda la autocrítica que haga falta (por más que se enfade el oficialismo), pero sabiendo que sólo desde muchos de los que conforman esta base podrán cimentarse nuevos éxitos.