De forma indefectible e intermitente, a veces con frecuencia inaudita y sin parangón, los fieles del Bernabéu se funden con los jugadores en una comunidad de fines y hormonas que inducen el éxtasis deportivo. A diferencia de las ceremonias políticas, mágicas o de cualquier otra índole, habitualmente muy regladas, el fuego que enciende los Misterios del Bernabéu es espontáneo, impredecible, aunque siempre ciega los sentidos de los ajenos a la causa, en especial los que se encuentran en el césped.
Como ayer, la imprevisión conduce al mayor de los encantamientos. Por eso, todos los creyentes permanecían extáticos y estáticos al concluir el encuentro, que no el Misterio, pues las felicitaciones y agradecimientos de jugadores y asistentes tras el silbo postrero también son —esta vez, sí— rito necesario. Rara vez ocurre este fenómeno, sin duda provocado contra los parisinos por la tenacidad en el césped ante la manifiesta inferioridad de muchos minutos.
Sin embargo, una de las reglas inconmovibles fijadas con el denuedo indesmayable de muchas generaciones —a veces, sublimes; a veces, no tanto— es la creencia de que el fuego del misterio se enciende con una chispa que se oculta en cualquier instante, en cualquier lugar, en cualquier gesto de entrega desinteresada. La exigencia es entregarse a la búsqueda del fuego con pasión, sin condiciones. Y ayer se cumplió con lo exigido por el ideal, sin medida, de forma conmovedora por parecer un esfuerzo inútil.
De tanto creer y confiar, el Real Madrid de ayer alcanzó el ideal, lo que imaginamos, lo que exigimos, la honra del escudo y de quienes los precedieron en la misma tarea. Y al prender la chispa de Benzema, tras tanto sufrir y esperar, los corazones se desataron. Los de los seguidores, que convirtieron al templo en el espacio mágico capaz de hacer realidad el conjuro más insospechado; y el de los jugadores —que se habían dejado hasta entonces la piel y los órganos, internos y externos— comenzó a latir con la fuerza incontenible de la historia. La que condujo a Modric, con M de Madrid, a una fantástica galopada que concluyó con éxito Karim.
el Real Madrid ganó porque atesora un complejo de virtudes, tradición y coraje trasmitido de generación en generación, y que ahora mismo tiene en Benzema y Modric sus representantes más selectos.
Como tantas veces, los futbolistas blancos enloquecieron de poderío e ingenio para fabricar multitud de ocasiones. El PSG fue víctima de sus propios millones, con Messi desparecido por completo, una vez más en un partido decisivo. A su compañero brasileño es mejor silenciarlo, tan lejos está su capacidad de su cuenta corriente. El dato no es banal, pues también estaba en juego el enfrentamiento entre dos modelos, y finalmente, el dinero se mostró inservible. Una lección para advenedizos y oportunistas: es la grandeza y la verdad del deporte. Una vez que comienza la pugna, lo que la ha rodeado hasta entonces no sirve para nada.
En definitiva, el Real Madrid ganó porque atesora un complejo de virtudes, tradición y coraje trasmitido de generación en generación, y que ahora mismo tiene en Benzema y Modric sus representantes más selectos. Una riqueza de valor incalculable que ni ahora ni nunca se podrá comprar.
¡¡HALA MADRID!!
¡¡Y NADA MÁS!!
El Real Madrid solo tiene un enemigo que realmente esté a su altura, el Real Madrid.
Nuestra sala de trofeos es la prueba viva de ello.
Solo así se explican momentos como el que vivimos ayer.
Hala Madrid, amigos
El mayor enemigo del Real Madrid es el propio Real Madrid. Nadie le puede hacer más daño de lo que se puede hacer a sí mismo.
El PSG es un grande de Europa, en cuanto a fútbol. Pero el Real Madrid es el grande de Europa en cuanto a todo. Lo que le ha pasado al Petrodólares Saint Germanin ante los blancos le pasó a otros muchos grandes de Europa, reiteradamente.
Ya lo escribí en este foro,hoy quiero dedicarlo a Juan Gómez " Juanito "
Que estás en los Cielos.
Carlos Santandreu Muñoz
Socio número 1057 del Real Madrid C.de F.
Estoy contigo en xedicarselo a D.Juan Gomez"Juanito" que llevava imñregnado ezte mismo espiritu.
Pero,ta.bien quiero recordar a nuestroas grandes Presidentesde nuestro Club Don Santiago Bernabeu , Don Luis de Carlos Don Nose Ramon Medoza y Don Lorenzo Sanz.
No quiero olvidarme de otro gran deportista madridista fallecido con nuezyro esñiritu de ganador luchadlr y campeon que cue el jugador de baloncesto D.Fernando Martin
Fantastico Joe. Gran artículo. Nos ha hecho recordar, salvando las distancias, cómo habría sido el artículo que hoy hubiese firmado el Maestro Escohotado.
Abrazos madridistas.
Llevo toda la mañana intentando explicarlo a todo el que me pregunta, pero es muy difícil. Es lo más parecido a la magia que hay en el mundo real. No se sabe que es, ni cuando se enciende, solo sabemos que cuando ocurre es algo animal, una catarsis que se lleva por delante todo lo que encuentra. Desde mi asiento en el Bernabéu no podía dejar de mirar las caras de los jugadores del PSG. Simplemente querían que se acabara todo cuanto antes y marcharse a casa. No pensaban en remontar. No había ningún grito ni gesto de rebeldía. Es la mística de nuestro estadio, la llana que prende nuestra historia, alimentada por el orgullo y el espíritu que anida en nuestro escudo desde hace generaciones. No se puede explicar desde un plano racional, es puro sentimiento, pura magia.
Es difícil de entender si no eres seguidor del Real Madrid,no se puede explicar con palabras es algo diferente porque es tan inesperado,sorprendente y que dura más de cien años, soy socio num 5122 y estoy en Fuengirola con unos amigos, había tanta gente en el hotel viendo el partido, que estaba muy lejos de la TV y no préstamos demasiada atención,pero cuando marco el empate Benzema y de la forma que lo hizo, en mi interior empezé a pensar en la remontada, algo me decía que SE PODIA, y es que esto es el Madrid desde 1902 y seguirá siendolo,gracias por poder vivirlo