Buenos días, amigos. Muy rara vez ocupa el baloncesto un lugar preponderante en las portadas del día. Tampoco hoy, por desgracia, aunque ayer, en el Wizink Center madrileño, se vivieron escenas de tal emotividad que tanto As como Marca no tienen más remedio que dedicar un mínimo espacio a lo acontecido.
Luego veremos las portadas, pero dejadnos antes contaros que Pablo Laso, el más longevo ¿y mejor? entrenador de la historia contemporánea de la sección de baloncesto del Real Madrid, volvió ayer a su casa en medio del cariño desatado del madridismo. Recibíamos a su Bayern de Múnich, y la salida a la cancha del entrenador de los 22 títulos se tradujo en una inolvidable muestra de cariño. Ya antes de que su nombre fuera anunciado por el speaker Pedro Bonofiglio, con el primer paseo en dirección al banquillo (al banquillo visitante, aunque parezca mentira), la afición le ovacionó entre lágrimas y coreó su nombre. Para cuando Bonofiglio pidió que empezase el homenaje, ya sólo cabía continuarlo.
La ovación bañada en lágrimas se dilató durante minutos. En la garganta del espíritu más artero las cosas ataron un nudo sin solución. El madridismo no olvida a sus ídolos. El madridismo consagra la gratitud como uno de los ejes esenciales de su existencia. La gratitud puede muy bien ser la piedra fundacional del club. Santiago Bernabéu convirtió su equipo en el mejor de la historia del balompié por gratitud al grupo de amigos que lo integraban hace un siglo, amigos que aliviaron al joven Santiago de la tristeza de la orfandad. Huérfano pareció quedar también el madridismo sin Laso, aunque justo es reconocer que el continuismo representado por Chus Mateo, durante muchos años su segundo a bordo, ya ha vuelto a hacer campeón de Europa al equipo, y que la espléndida política de fichajes del club permite mantener al Madrid, al Madrid de Laso y del resto de mitos de la sección, en la cúspide del baloncesto continental.
Gracias, Pablo Laso, mito eterno del Real Madrid.
Ahora sí, vamos a vistas de pájaro con las portadas.
Marca trae, además del homenaje a Laso en pequeñito, una entrevista con Míchel, técnico del Girona, líder a estas alturas imprevisto del campeonato nacional de liga. Nos gustaría que nos cayera mejor el Girona. Apreciamos la hombrada que están llevando a cabo con una plantilla relativamente modesta, con este gran técnico al frente. Pero nos cuenta olvidar el capital petrodolarizado que hay detrás, el favoritismo descarado de Roures (“Tiene que convertirse en el segundo equipo de Cataluña”) y el atajo tomado por el sistema para la consecución de ese logro, a saber, el descenso a dedazo limpio del Espanyol. Precisamente ayer se supo que un juzgado de Madrid se ha pronunciado en contra de dos decisiones del VAR, siendo una de ellas, precisamente, el gol fantasma concedido al Atlético de Madrid frente a los pericos y que contribuyó decisivamente al cambio de categoría del club.
As también trae lo de Laso, también en pequeñito, reservando la mayor parte de su espacio para… Mbappé. Ay.
Menudo mes de enero nos espera con Mbappé, amigos. No queremos ni pensarlo. Hay quien se tomará las uvas pegado al portátil, para empezar a teclear el primero, desde el primer segundo a partir del cual Kylian sea libre de empezar a negociar su futuro.
La prensa cataculé trata de tirar de espíritu navideño para camuflar la crisis galopante que les asola. Sport nos solaza con la visión de un montón de globos y un micrófono, mientras Mundo Deportivo trae una imagen de Xavi en la cual da la impresión de estar iniciando la escalada al K2 en pleno invierno. Lo que le faltaba: jugar en las alturas, como si no se hubiera quejado ya de suficientes cosas.
Ambos, Sport y Mundo Deportivo, recogen también en primera plana la dimisión (¿?) del reciente nuevo presidente del CSD, Víctor Francos. Nuestro editor, Jesús Bengoechea, le puso a caldo en este artículo. Lamentamos que le haya sentado tan mal.
Pasad un buen día.
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos
5 comentarios en: El madridismo honra a Pablo Laso
10.000 almas blancas en las gradas y algunos alemanes tributaron un merecido homenaje a don Pablo Laso Biurrun. El nombre y apellidos lo dicen todo. Absolutamente todo. Cualquier sombra de aspereza o pelusilla, aprovechada por los antis , quedó disipada ayer ante la cerrada ovación que se ofreció al gasteiztarra. ¡Qué preciosa es Gasteiz y qué maravilla de Virgen blanca!
Laso es vitoriano, no le llames eso tan feo.
Como curiosidad histórica decir que Sancho VI de Navarra fue el fundador de Vitoria allá por el año 1181 y desde ahí a casi la actualidad ese ha sido su nombre. Con la llegada del nacionalismo vasco la medio renombraron con el apellido Gasteiz, que era el de la aldea vascona original.
Es decir, como si a Madrid le cambiáramos el nombre por Magerit, que fue el primer nombre que tenía la Aldea árabe originaria. Todo por evitar nombres castellanos
Espero que lo de la salida esa nocturna de Berlín sea un simple chascarrillo del TBO...
Gasteiz es el nombre de la villa vasca que se le puso antes del nombre de Vitoria.
Aunque parece que las gentes del lugar mayoritariamente optan por denominarla Gasteiz , también hay gente que le llama Vitoria. Son correctos ambos. Incluso hay gente que le llama Victoria, ¡qué cosas!