La famosa Liga del Clavo Ardiendo tuvo de todo, hasta a un héroe en la grada. La segunda venida de Fabio Capello en la temporada 2006/2007 siempre será recordada por la tremenda remontada de aquel equipo que llegó a estar desahuciado, pero por algún tipo de embrujo o ciencia infusa fue capaz de recuperarse y acabar ganando aquella Liga llena de remontadas y de goles agónicos. Como no podría ser de otra manera, el campeonato se decidió en el último partido en casa frente al Mallorca. Tocaría volver a remontar.
Aquel partido, además, fue el último de Roberto Carlos y de David Beckham. El británico tuvo en aquel encuentro un apoyo extra en la grada. Junto a su esposa Victoria Beckham se presentó Tom Cruise de la mano de su entonces esposa Katie Holmes. El actor y el jugador compartían una bonita amistad y por aquellos días se decía que el futuro de Beckham estaría en Hollywood. Desde aquella tarde tengo claro que el gran Tom Cruise es madridista.
En 20212 Tom Cruise dio vida a Jack Reacher, un un exoficial de la Policía Militar del Ejército de Estados Unidos que desde hace años lleva una vida errante en la cual se desplaza por todo el país sin rumbo fijo y sin nada que le ate. Reacher es un alma errante, un ser de lejanías. La película está basada en la obra del escritor británico de novelas policiacas Lee Child. De alguna manera, estoy convencido de que Tom Cruise se ve reflejado en Jack Reacher, pues como él lleva una vida apartada y tiene como único eje moral el de realizar su trabajo.
Hace años que el actor no sigue ningún parámetro rastreable ni se guía por ninguna moda. Él es un género en sí mismo y su solo nombre justifica un producto cinematográfico. Algo así como un símbolo de la vieja escuela en la era del algoritmo y el streaming. Y esa categoría de clásico moderno es lo que hace emparentar su figura con la del Real Madrid. ¿Acaso obedece a alguna moda o es el Real Madrid aquel club que permanece intachable por décadas ajeno a cualquier intromisión?
La famosa Liga del Clavo Ardiendo tuvo de todo, hasta a un héroe en la grada. Tom Cruise. Desde aquella tarde tengo claro que el gran Tom Cruise es madridista
Otra cosa que tiene en común Tom Cruise con el Real Madrid es el continuo ninguneo que le brinda la prensa. Al igual que los medios siempre ponderan las virtudes de los rivales con los que nos enfrentamos y menoscaban el trabajo de nuestros jugadores, los críticos cinematográficos atizan al bueno de Tom Cruise como si fuese un pelele y no uno de los actores y productores que más sabe y conoce el medio cinematográfico.
Por lo general, el trabajo de Cruise es despreciado. No se le percibe como un actor respetable. Para el crítico medio, Tom Cruise solo es un actor taquillero que representa la quintaesencia del Hollywood abonado al blockbuster, otra muesca en el cinturón del star-system. Una industria que debiera respetarlo más en lugar de ningunearlo pues, como bien dijo Steven Spielberg, Tom Cruise "salvó el culo a Hollywood" con Top Gun: Maverick en 2022.
Los grandes estudios necesitan de reclamos como el de Tom Cruise y su saga Misión imposible. Este sistema mantiene la rueda que alimenta producciones más arriesgadas o independientes. Y, además, nos recuerda que aún hay cine para los amantes del suspense, la acción o el thriller. Hay vida más allá del cine de superhéroes que atesta las carteleras de todo el mundo. El aficionado al celuloide agradece el esfuerzo ímprobo de Cruise, aunque la prensa especializada se empeñe en hacerle de menos.
Tom Cruise es el héroe que el madridismo necesita y merece, pues para él ninguna misión es imposible
Hace muchos años que parece que a Tom Cruise esto ya no le molesta ni incomoda. En cambio, hubo un tiempo en el que el actor buscó la aprobación de la crítica más exquisita y participó en producciones que bien le podrían haber valido el Oscar. A lo largo de los noventa se esmera en escoger papeles trascendentales bajo la batuta de respetados directores: Algunos hombres buenos (dirigida por Rob Reiner y con guion de Aaron Sorkin), La tapadera (de Sydney Pollack), Eyes Wide Shut (con la dirección de Stanley Kubrick y, a la postre, última película del realizador) o Magnolia (de Paul Thomas Anderson). Todas estas nos permitieron comprobar la versatilidad del actor. Si bien podría ser Ethan Hunt en Misión imposible, también podía dar vida a Jerry Maguire y presumir de su lado tragicómico.
Si tuviera que definir a Tom Cruise como futbolista diría que Raúl González Blanco reúne la esencia futbolística necesaria para encarnar a Cruise. Como Cruise, Raúl es un notable alto en todo y esto le hace rozar el sobresaliente. La fe en sí mismo, la inteligencia de saber interpretar el juego, el trabajo duro y una capacidad infinita para desafiar sus propios límites conseguían que Raúl fuese un jugador matrícula de honor. Y, como si esto fuese poco, Tom Cruise siempre lucirá una sonrisa perenne en su rostro. Transmite la misma confianza y buen rollo que Ferland Mendy o Eduardo Camavinga. En definitiva, Tom Cruise es el héroe que el madridismo necesita y merece, pues para él ninguna misión es imposible.
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Se sabe algo d3 las sanciones al equipo del régimen que lleva haciendo trampas desde la época de Núñez, si ese presidente que estuvo en prisión por no obrar bien?, dejémoslo ahí, se sabe algo de los dignos perrodistas de investigación sobre el caso farsa/negreira? Se sabe algo del castigo por no cumplir las normas que los demás equipos si tienen que cumplir en lo referente a la pasta? Se sabe algo ? Y de la justicia? Y para que el robalona f.c siga haciendo fechorías de manera fraudulenta e impune se sabe algo? Porque seguimos en esta pocilga de liga española putrefacta y pestilente? Vámonos ya..es un sistema de corrupción organizada, arbritos prensa, tv, todo podrido ver estadísticas y dan ganas de vomitar
La rueda de prensa que dió ayer Juan Lamorsa fué un espectáculo patético. Dice el andova de Juan Lamorsa que, no hemos llegado a la regla del 1:1 porque no hemos querido, con dos cojones sí señor.
Y la prensa deportiva corrupta catalana aplaudiendo con las orejas.
Tremendo oiga.
Dios vaya tontería más gorda de texto.