Es fama que el momento estelar de la Historia del Madrid empieza, más o menos, en 1955, y dura hasta 1962, año en que el Benfica consumó el traspaso de poderes en el fútbol europeo derrotando al Madrid pentacampeón en la final de la séptima edición de la Copa de Europa. Pero lo cierto es que el gran Madrid de Bernabéu, protagonista de la epifanía mundial del club, no surgió de la nada. A pesar de que la Guerra Civil arruinó al Madrid, económica y deportivamente, y estuvo cerca de hacer tabla rasa con los cimientos de la entidad, ésta estaba edificada sobre pilares sólidos. Estos pilares, que comenzaron a ponerse en los años 20, cuajaron en la siguiente década, la primera etapa de brillantez institucional y deportiva del Madrid. Una época cuyo final, tan convulso, arrojó una larga sombra posterior sobre su legado: la guerra aniquiló un equipo con trazas de dominador, y las pérdidas humanas y materiales demoraron veinte años la eclosión madridista. Pero durante la II República española, se prefiguró la naturaleza ambiciosa y noble que desarrollaría el Madrid una vez cicatrizada la enorme herida de la guerra.
En la década de los 20 se produjeron algunos acontecimientos fundamentales para la Historia del Madrid. En junio de 1920, Alfonso XIII coronaba al club, concediéndole el título de Real, apelativo por el que más tarde sería conocido en todo el mundo. Cuatro años después, el Madrid estrenaría campo: el Estadio Chamartín, un prodigio de la arquitectura deportiva de la época que acentuaría el carácter pionero de la institución. Es una década de gestación, en la que ocurre también algunas otras cosas importantes: en 1925, el Madrid inscribe a sus primeros futbolistas profesionales; en 1927, Santiago Bernabéu , un famoso ex-jugador recién retirado, asume la dirección deportiva y otras funciones administrativas en la secretaría del club, y en 1928 nace, por fin, el Campeonato Nacional de Liga.
La progresiva profesionalización del fútbol español, proceso que culminó con la creación de la Liga, y el crecimiento estructural y económico del Madrid, coincidió con el salto a la palestra de una serie de hombres cuya coincidencia en el tiempo configuró el futuro a medio plazo de la institución. También ocurrió algo de relevancia simbólica: uno de los primeros decretos del Gobierno Provisional del nuevo régimen político, el republicano, le quitó el Real del nombre al Madrid. Fue en 1931. Con la desaparición de la corona, el escudo sufre otra modificación suplementaria, y se le añade una banda morada. El Madrid continuaría siendo, también, el club favorito de esa clase burguesa y urbana, ilustrada, heredera del cosmopolitismo de la Institución Libre de Enseñanza, que había traído la República a España y deseaba parecerse a sus iguales de Londres y París, también en la promoción del foot-ball y los deportes al aire libre.
En los años de transición entre la década de los 20 y la de los 30, además, dos figuras determinantes entraron en escena: Luis Usera, un talaverano de origen gallego que fue presidente por casualidad, y Lippo Hertza. Hertza era un entrenador húngaro que ya había dirigido a la Real Sociedad, al Athletic de Bilbao y al Sevilla, y que pasó a la Historia, a la postre, por ser el primer entrenador campeón de Liga con el Real Madrid. Fue contratado en 1931. Luis Usera, sin embargo, fue elegido presidente dos años antes. En 1929, la candidatura liderada por el hermano mayor de Santiago Bernabéu, Antonio, ganó las elecciones a la presidencia del Madrid. No obstante, Antonio Bernabéu renunció. Se dijo que no se había dado de alta de socio tras darse de baja tres años antes, aunque al parecer, según las fuentes, Antonio Bernabéu cedió su lugar al segundo de su candidatura para hacerse cargo de la Federación Española.
El caso es que Luis Usera fue nombrado presidente, cargo que ocuparía hasta 1935. Con él llegarían los primeros fichajes audaces: Zamora, Ciriaco y Quincoces, el tridente defensivo más famoso del momento en España, así como los Regueiro o Samitier. El Madrid tenía dinero, y Luis Usera se preocupó porque lo siguiera teniendo. Se cuidó la recaudación, que gracias a la capacidad del Estadio Chamartín, era notable, y también la masa social, que fue ampliándose gracias a las modernas instalaciones con que contaba el club desde 1924: Chamartín, con sus pistas de tenis, con su gimnasio, con su sala de esgrima y su piscina, con sus 14 mil asientos y otras 5 mil localidades de pie, fue el eje sobre el que pivotó el crecimiento del Madrid hasta 1936. Antes de Chamartín, el Madrid ya había dispuesto del primer campo de hierba de España, el Velódromo de la Ciudad Lineal; con Chamartín, se pudo dar el gran salto adelante, y Luis Usera, bien asesorado y con Bernabéu a cargo de los fichajes, pudo gastarse la gallarda cifra de 150 mil pesetas en El Divino, que llegó al Madrid desde el Español en 1930.
A pesar del considerable refuerzo, Lippo Hertza no logró el título de Liga con una plantilla que ya contaba con nombres cuyo eco resuena todavía en el pasado mítico del balompié nacional: Leoncito, Lazcano o Monchín Triana, el centrocampista vasco que en noviembre de 1936, ya retirado, moriría asesinado en Paracuellos del Jarama. En 1931, Usera y Bernabéu subieron la apuesta: llegaron Quincoces, Ciriaco, Luis Regueiro y Olivares, y el Madrid ganó, por fin, el primero de sus 32 títulos de Liga. El Madrid no perdió ningún partido. Al año siguiente, Bernabéu se sacó un conejo de la chistera: Samitier, el tótem barcelonista, dado de baja por el club de toda su vida tras una larguísima carrera como azulgrana, fichó por el Madrid en 1932. Con el Madrid, Samitier ganó la Liga de 1933, segunda consecutiva para el equipo, y una Copa, la de 1934. Pero de eso hablaremos más adelante.
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"[L]a guerra aniquiló un equipo con trazas de dominador, y las pérdidas humanas y materiales demoraron veinte años la eclosión madridista".
Justo. A otros equipos, especialmente a los que más se lamentan por ello, la guerra los afectó mucho menos.
Muchas gracias, muy interesante artículo. Continúe, por favor. Y si sabe los «beneficios» que dio el régimen a nuestros rivales, mucho mejor.
Creo que hay una corrección que hacerle a este articulo, la banda morada no se le puso en la república, ya que la tenia el escudo desde alrededor de 1925 como esta documentado en varios sitios. Lo que paso es que el Madrid jugaba con el escudo de la ciudad de Madrid hasta la llegada de la república, al tener que quitar la corona supongo que decidieron quitar el escudo de la ciudad de Madrid al completo y empezar a usar el oficial del club pero que hasta ese entonces no se llevaba en la camiseta en los partidos oficiales. Así que nos encontramos con que la mayoría de primeras imágenes del escudo con la franja morada es justo al iniciarse la república por que se empieza a usar en la camiseta, de ahí la confusión. Sobre la franja morada solo diré que en 1912 en el campo de O´Donell había colgada de un mástil una bandera con una franja morada cruzándola de igual manera que en el escudo.