Quizá sea una falta de respeto al Barcelona que se esté jugando esta liga. ¿A santo de qué? Sabemos, porque nos lo ha ido narrando con entusiasmo la prensa deportiva durante todo el verano, que el club blaugrana, resurgido de sus cenizas por enésima vez, este año ya ha ganado la Liga, la Copa del Rey, la Champions, la Copa del Mundo, la Copa Davis, la Copa de Brugal con Coca Cola, todas las supercopas, y tal vez olvide alguna. No es necesario disputar ya ninguna de estas competiciones. Echa un vistazo a la prensa deportiva o enciende la radio: las ha ganado ya el Barcelona, estelar, inigualable, abrumador, galáctico —con perdón—.
Toda esta histeria culé, a la que por otra parte estamos acostumbrados, ha situado al Real Madrid en un lugar extraordinario: el segundo plano. Al igual que en la pasada temporada, los expertos no le conceden más que a regañadientes el título de favorito a algo.
Tengo para mí que parte del éxito del actual equipo de Ancelotti es que reserva la ilusión y la emoción para los noventa minutos en juego, y se prodiga poco en rituales colectivos de autoaceptación en la prensa deportiva
Durante meses, ni siquiera los periódicos “de Madrid” han llevado a su portada noticias del equipo merengue, porque estaban todos muy ocupados glosando la ilusión que despertaba el mejor equipo de fútbol de la historia, el mejor delantero de la historia, el mejor entrenador de la historia de la Humanidad, y esas cosas tan típicamente blaugranas, siempre tan enemigos de la mesura.
De modo que, contra todo pronóstico, nada más comenzar la Liga, el Real Madrid dio un maravilloso recital de fútbol mientras el Barcelona se dejó la piñata entera contra el Rayo Vallecano, causando cierto estupor en las bancadas a reventar del equipo de la ilusión y las palancas. En el segundo asalto, el 1-4 contra la Real, durante casi 70 minutos fue 1-1 y dudas; sin contar con la agresión no señalada, que ha debido ser una de esas decisiones arbitrales arbitrarias, con el solapado pretexto de no cortarles la ilusión a los chicos.
Como sea, otra semana, al margen de Casemiro, apenas se ha hablado del equipo merengue, que en su segunda jornada también endosó un 1-4, que logró romper las pegajosas redes del Celta, y que tuvo a Modric como héroe una vez más; por más que los titulares que acapara el croata son minúsculos haga lo que haga.
Habrá quien note un punto de acidez en mis palabras. En absoluto. Tengo para mí que parte del éxito del actual equipo de Ancelotti es que reserva la ilusión y la emoción para los noventa minutos en juego, y se prodiga poco en rituales colectivos de autoaceptación en la prensa deportiva. Así que esta obsesión por lo que sea que haga el Barcelona ahora, después de dar vergüenza ajena durante doce meses, es la mejor noticia para el madridismo.
Si al final fuera cierto, si después de todo el Barça de las palancas tiene este año algo que decir en las diferentes competiciones, resultaría también una noticia extraordinaria para el madridismo. Nos gusta ganar ligas cuando nuestro eterno rival está en la cresta de la ola, no cuando mendiga en los lloriqueos de los despachos y clama por misericordias arbitrales de último minuto.
Esta obsesión por lo que sea que haga el Barcelona ahora, después de dar vergüenza ajena durante doce meses, es la mejor noticia para el madridismo
Con todo, nuestro segundo plano define mejor que nunca a nuestros jugadores de hoy. Pocas palabras y todos los títulos. Fuera de La Galerna, casi nadie se ha detenido a aplaudir el prometedor partido de Tchouaméni, que acelera su acoplamiento al equipo anticipando muchas jornadas de gloria. Quizá todo el Real Madrid sea ya como Modric. Un genio, el jugador de la liga con el que más pueden disfrutar los aficionados al fútbol, un líder, un mago, y un buen tipo, que sin embargo levanta siempre pasiones contenidas en la jauría mediática, pero que, como era de esperar, de momento, ya puso en pie a todo Balaídos el pasado fin de semana —que el aficionado medio sabe más de fútbol que la mitad de los cronistas deportivos— en algo que me atrevo a anticipar que se convertirá en una constante en los diferentes campos de España.
Nos gusta estar en la sombra. Lo cierto es que, al contrario que otros, no tenemos mucho que demostrar a estas alturas de la película. Es suficiente con seguir disfrutando en el campo de un equipo que nos enamora silenciosamente día tras día. Pediremos ración extra de palomitas cada fin de semana para ver a este Madrid, mientras otros siguen a vueltas con el comercio de la ilusión.
Getty Images.
El Madrid dio un maravilloso recital de fútbol… ¿donde? Estamos bajando tanto el nivel que al final nos vamos a endiosar. El Madrid debe y puede jugar mejor de lo que lo ha hecho estás dos jornadas. Criticamos la desmesura de los medios de la culerdada y luego aquí escribimos lo mismo. El Madrid está jugando a ráfagas y me da que este año eso no va a ser suficiente.
Dacid; tienes toda, toda, toda la razón.
Ha sido insuficiente 35 veces.
De acuerdo contigo en que podemos exigir más al equipo pero decir "este año no va a ser suficiente", cuando se refiere uno al Real Madrid es aventurarse en exceso. Está claro que no se puede ganar todas las temporadas pero,aún así, yo al Madrid no lo descartaría nunca para nada. Por si acaso. ...
Se han jugado DOS partidos de liga. El equipo (como todos los equipos y como todas las temporadas) tiene que mejorar poco a poco hasta alcanzar su mejor momento en las fechas decisivas. Cualquiera que haya visto "algo" de fútbol, debería saber que esto es así. PACIENCIA, esto es normal; el equipo irá mejorando a lo largo de las semanas.
(Todas las temporadas con lo mismo)
A los columnistas de la galerna les cuesta ser más críticos con el Madrid, que sea una web desacomplejadamente madridista como vi escrito aquí en una entrevista no quita que no haya que estar mirándose el ombligo e incluso ser tan victimista en algunos artículos.
Precisamente en un foro de madridistas podemos criticar a los nuestros, a mi las críticas de antis de todo pelaje me dan igual y no quiero perder el tiempo leyéndolas.
Cada Champions qué gana el Madrid son palabras que me ahorro en explicar a los antis que es el Madrid y con la forma de ganar la última Champions se multiplica ese ahorro.La verdad es que me tengo que esforzar en no contestar pero sonrío y eso les mata.
HOMBRE MUERDE A PERRO.
Las noticias lo son por lo inusual, por lo novedoso o por lo esperpéntico. Como en el titular que enuncia este comentario, el Barcelona cumple esas tres características: inusual, novedoso y esperpéntico.
El relato que se han ido fabricando ha desembocado en una especie de Mocito Feliz que con posar a pie de campo (de cualquier campo) cuando ganan un partido (cualquier partido) da para muchos comentarios y noticias de click fácil.
Pero, amigos míos, al igual que en el cuento de El traje del emperador, la noticia es precisamente lo que no se ve, lo que está detrás, lo que pocos se atreven a decir. Está el patio como para llevarle la contraria a LaLiga, a la Federación o a Piqué, no vaya a ser que les perjudiquen en cualquier cosa que parece ser que tienen adueñadas. Ni hablar con Roures.
El Barcelona es noticia, sí, pero no como a ellos les gustaría. Han puesto en marcha la maquinaria para que el márketing les sea favorable. Lástima que en lugar de ser un centro comercial de postín sean una máquina de vending donde puedes comprar desde condones a hamburguesas, pasando por agüita mineral, a cualquier hora del día. Pura supervivencia.
¿El Madrid? Nada, a lo suyo. A hacer cosas mágicas, es decir, a ganar. Aunque solo sea noticia a final de temporada.
Pues yo, contrariamente a lo que se dice en el artículo, sí que veo muchas loas a Don Luka Modric, pero como soy muy mal pensado y se que esta gentuza no da nunca puntada sin hilo, sospecho que con tanta alusión a su "eternidad" y a que "cuanto más viejo mejor", están intentando sembrar en el lector la duda del dopaje, el runrun del "este tío se mete algo", "no es normal que a esa edad esté jugando así", "va más hasta las trancas que el US Postal de Armstrong". Resumiendo: jamás creas un halago del enemigo.