Stole Dimitrievski es el portero del Rayo Vallecano. Tiene 29 años y es de Macedonia. Ayer fue el MVP de un partido disputado en el estadio Santiago Bernabéu a las 9 de la noche de un domingo de noviembre frío, muy frío y ventoso, que no invitaba mucho a jugar al fútbol. Podría terminar mi texto aquí. Eso fue todo literal, como dicen los chavales ahora. Dimitrievski, que parecía un tipo normal e incluso simpático cuando lo entrevistaron Jesús Bengoechea y Athos Dumas aquí en La Galerna, hace un par de años, aportó, además de sus paradas, un indigno espectáculo en la segunda parte, simulando agresiones de Vinicius y enzarzándose con él en la enésima disputa barriobajera que sólo sirve para que los rivales del Madrid pierdan innoblemente el tiempo. Cuando el árbitro pitó el final, Dimitrievski lo celebró como si los proletarios del mundo hubieran alcanzado por fin la utopía socialista universal. Una liga como la de Tebas no puede tener otro tipo de héroes.
El partido sin embargo pudo ir por qui aunque, al final, fue por qua: al poco de empezar, Valverde enganchó una pelota en la antesala de la muerte y cruzó el vestíbulo del Rayo de Francisco montado en un caballo de guerra al galope. En el mano a mano con el portero, Dimitrievski salvó el gol. Entonces me di cuenta de que el arquero visitante tenía, como escribiría José Luis Alvite, la cara del carpintero del Gólgota.
La liga de Tebas se lumpeniza a marchas forzadas. Nadie sabe quién toma las decisiones sobre las jugadas y en base a qué criterios. La confusión y la sospecha lo anegan todo, aniquilan toda ilusión. La reacción natural ante semejante suerte de despropósitos empieza a ser la de Iago Aspas el otro día, que derribó de un empujón el monitor del VAR después de que desde la sala de videoarbitraje anularan un penalty como una catedral que pudo haberle dado la victoria a su equipo contra el Sevilla.
Estaría bonito que Tebas, que se ha vuelto a subir el sueldo sin que se sepa muy bien a cuento de qué, quizá como los capos, para demostrar que él es el que manda, provocara el nacimiento de un ludismo balompédico: ira contra las máquinas. El VAR está jodiendo el fútbol y la LFP de Tebas y la RFEF de Zutanito están jodiendo el fútbol español. El Celta está en zona de descenso y quizá se acuerde de esto al final de la temporada.
La liga de Tebas se lumpeniza a marchas forzadas. Nadie sabe quién toma las decisiones sobre las jugadas y en base a qué criterios. La confusión y la sospecha lo anegan todo, aniquilan toda ilusión
Al Español lo descendieron el año pasado tras una serie de escandalosas decisiones adversas que ya uno no sabe si se tomaron en la sala VOR legal o en la ilegal que está en Las Rozas, ese Gran Hermano de Clos Gómez. Como la Liga la realiza audiovisualmente Mediapro, que ya no es de Roures (jaja), y Roures dijo que el Girona tenía que ser el segundo equipo de Cataluña, ahora el Español está en Segunda y el Girona, que es una marca blanca del Manchester City y pertenece a Abu Dhabi, es el líder de Primera. ¡Qué casualidad!
Pero la lumpenización atraviesa la competición de arriba abajo, desde la manera en que se comunica hasta lo que ocurre en el césped. El actual presidente del Comité Técnico Arbitral fantasea con darle de hostias a quienes informan sobre el Caso Fútbol Club Barcelona-Negreira, y en efecto luego las hostias terminan dándoselas a Vinicius. No hay correlación, pero hay atmósfera.
Como la Liga la realiza audiovisualmente Mediapro, que ya no es de Roures (jaja), y Roures dijo que el Girona tenía que ser el segundo equipo de Cataluña, ahora el Español está en Segunda y el Girona, que es una marca blanca del Manchester City y pertenece a Abu Dhabi, es el líder de Primera. ¡Qué casualidad!
Un libelo repugnante editado en Valencia lleva desde mayo con su persecución ad hominem sobre la estrella de la competición y no pasa absolutamente nada. El Madrid, con su proyección universal, pone en cada jornada su prestigio y su tradición, únicas en todo el mundo, sobre un mostrador lleno de pescado podrido para que el primer gañán que pase se sirva de él a su antojo.
El show continúa como si nada, los periodistas siguen contando los partidos como si los partidos fueran normales, obligándonos a creer que ellos también están todos comprados, y el simulacro llega hasta las mentes de los perjudicados como Arrasate, del Osasuna, y Oyarzábal, de la Real Sociedad, a los que cuando les roba el Barcelona, por ejemplo, de manera flagrante, les falta pedirle perdón a Cataluña. Es una pesadilla de Aldous Huxley, la distopía perfecta. La portada del principal diario de información deportiva del país el día del último Barcelona-Real Madrid, después de que se supiera que Rubiales paró deliberadamente una sanción a Busquets para que no se perdiera un Clásico de hace unos años, fue un fotomontaje aludiendo a los Rolling Stones y a los Beatles. Le hacen a uno pensar que está loco.
La liga, antaño el producto deportivo más atractivo del mundo, es hoy una auténtica pantomima. Seguramente sea el momento de revisar los años dorados del duelo entre Cristiano Ronaldo y Messi, entre Mourinho y Guardiola, para comprobar si en efecto la liga de aquellos años era buena por sí misma o sólo merecía la pena por quiénes jugaban en ella.
El actual presidente del Comité Técnico Arbitral fantasea con darle de hostias a quienes informan sobre el Caso Fútbol Club Barcelona-Negreira, y en efecto luego las hostias terminan dándoselas a Vinicius. No hay correlación, pero hay atmósfera
Seguramente la devaluación absoluta de todo lo que rodea al fútbol en España tenga que ver con la degeneración social, política, económica y cultural del país. Una comunidad humana es un organismo, un todo, no puede haber partes podridas en ella que no afecten de alguna manera al resto. Se consagran la injusticia, la desigualdad y la deshonestidad en las leyes. Las instituciones sirven para exprimir al desamparado en favor de los poderosos. ¿Se podía salvar el fútbol en estas condiciones? Es evidente que no. Producto indiscutible del crecimiento y prosperidad de la clase media española, era lógico pensar que el fútbol iba a prostituirse en la misma medida que esa vieja clase media iba reduciéndose poco a poco a la condición de lumpenproletariado. Ni esto le iban a dejar al pobre, claro.
El héroe de la jornada no podía ser otro que Dimitrievski. Piques y trash talk ha habido siempre en el fútbol y en toda clase de deportes, pero ahora parece, sobre todo con Vinicius, que es la costumbre. Todo el mundo se permite tratarlo como a un niño, hasta Puyol dice que le gustaría hablar con él, todos quieren reconducirlo, pobrecito, es muy bueno pero muy tonto, les falta añadir. El paternalismo con él es insufrible, por eso el chico, solo ante tantos peligros, le hace la guerra al mundo por su cuenta. Ahí está perdiendo el Madrid la monstruosa ventaja competitiva que supone tenerlo en su once titular, pero es como si la grisura general lo succionara, hiciera de Vini un espantajo. En el torneo de liliputienses enfervorecidos que es hoy la liga, el laurel es para los Dimitrievskis.
Producto indiscutible del crecimiento y prosperidad de la clase media española, era lógico pensar que el fútbol iba a prostituirse en la misma medida que esa vieja clase media iba reduciéndose poco a poco a la condición de lumpenproletariado. Ni esto le iban a dejar al pobre, claro
El sábado veía la final de la Libertadores y la alegría sagrada con la que Marcelo celebraba el triunfo máximo con el club que le hizo futbolista contrastaba con la suciedad que rodea todo aquí. No es que Sudamérica pueda ser ejemplo de muchas cosas, pero sí que puede indicarnos el modelo en el que quizá acabe nuestro fútbol —y lo que no es el fútbol— convertido si continúa en el marasmo moral en el que lo han sumido sus gobernantes: la corrupción, en todos los órdenes, que termine expulsando al aficionado de su viejo espacio de evasión, o lo que es igual, los mercaderes haciéndose los dueños del templo, un templo sin estrellas, equipazos, ni relumbrón, sino miseria y adulteración por todas partes.
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Buenos días,
siempre es un gusto leer sus artículos. Lo del paternalismo con Vinicius es exasperante. Más de una discusión he tenido sobre el tema.
Pd: es trash talk, no walk. Aunque soy bastante contrario a usar anglicismos.
Hoy he escrito unas líneas en el espacio correspondiente a comentarios (Portanálisis) sin haber leído ninguno de los artículos del día; a lo sumo , el título que da pie al PA. En realidad , coincido exactamente con lo expresado por La Galerna a través de sendos artículos. Valderrama apunta , acertadamente, a los artífices de semejante y corrupto orden de cosas en España.
Lo más descorazonador y desasosegante es que no vislumbro un cambio vía arribo de personas con carnets de otras formaciones políticas. Tengo claro que no es una cuestión de siglas ni de teóricos signos políticos. Se me ocurre ,para terminar , aquello de : "coge el dinero y corre", mari... el último" y/o "que Dios nos coja confesados". Ya lo decían los punks: "No future".