Carletto ha vuelto. Quién lo hubiera dicho. Y Carletto ha venido loco de contento, cómo no. Quién no viene loco de contento al Madrid. Imagínense volver. Si uno no imagina ir al Madrid, cómo va a imaginar volver. Carletto es un hombre feliz y Carletto es un hombre distinto al que ya estuvo porque es un hombre con seis años más de experiencia como él mismo dijo ayer en la presentación con la finezza de la casa.
La finezza gambardélica con la que le vimos responder al periodismo ávido que se fue a casa contento, pero con hambre. La maestría de los años permite saciar a los hambrientos sin comida, que no es lo mismo que saciar al madridismo sin victorias. Eso ya lo veremos. De momento es de una gran belleza el regreso de Carletto porque a la finezza afilada se le une la ceja proverbial y los errores que jamás soñó con tener la oportunidad de no volver a cometer.
Carletto viene de vuelta como su alter ego cinematográfico y romano, que paseaba al amanecer sin haberse acostado para descubrir los infinitos rincones desconocidos de la ciudad eterna de vuelta al ático con vistas al Coliseo: como pasear al amanecer para descubrir los infinitos rincones desconocidos del club eterno de vuelta al ático con vistas a El Retiro. Volver al Madrid es lo más parecido en la vida a volver a ser joven. Así que quién fuera Carletto.
Volver a ser joven o volver al Madrid es llorar al terminar de ver la exposición de la vida de un niño, de un hombre ya, en fotos. Una cada día. Es volver a casa de madrugada y hallar la efímera felicidad de encontrarse con Fanny Ardant y que te mire a los ojos un segundo y se despida de ti sonriendo. A Carletto le ha pasado todo eso y a partir de ahora va a (volver a) entrenar al Madrid con toda la sabiduría con la que quisiéramos volver a ser jóvenes. O volver al Madrid.
Hay una gran belleza en la vuelta de Carletto. La suficiente como para dejar a un lado, cuando aún se puede, toda reticencia y soñar, aunque sólo sea un poco, que se puede volver a ser joven. Que siempre se puede volver al Madrid.
Fotografías Imago.
De acuerdo don Mario. Ahora, apoyo, respeto y paciencia con el entrenador del RM.
Le sentó como un tiro a Laporta. Le sentó como dos y en la frente a la jauría mediática.
Ya se estaban frotando las manos , con los dos italianos o el argentino. Entrenadores con exhiguo palmarés en la verdadera prueba de fuego que supone sentarse en un banquillo con la obligación de ganar el trofeo más ansiado. La Copa de Europa no es moco de pavo.
Temían la elección de Raúl,éste nuestro resucitador de las virtudes de Don Alfredo. De Copas de Europa sabe un rato , por ello ya tenían los cañones bien dispuestos. Nos hubiéramos divertido. No le veo a Raúl con tanta paciencia como Zidane. Ni el santo Job. Aguantó las descargas sentado de continuo en una auténtica silla eléctrica .
No nos debe escandalizar que al final se desahogase epistolarmente. No lo hizo para quejarse de los lobos que le acosaban un día tras otro. Se quejó de fuego amigo y si lo dice , será que lo hubo.
Ahora es ahora. Agua pasada y rey puesto. A uno con tres entorchados le sucede otro con idénticas muescas en el revólver y santaspascuas.
Laporta, sobresaltado, se apresuró a sujetar en la silla a Koeman, que no se fía ni un pelo. Veremos cómo le sienta al Barcelona el intercambio entre el Kun y Suárez. De entrada un pelín psicodélico. No hace falta más que mirar la estadística de ambos el último año. Con unos socios como los del Barcelona y una prensa como la madrileña un detallito como éste pasa desapercibido.
Mal pinta la cosa blaugrana. Si Messi se queda , la próxima derrota en la Copa de Europa se puede ya ir escribiendo, es casi una tradición desde que Carlo y Zidane aterrizan en el banquillo máximo.
Si se va Messi , otra nueva hazaña de Laporta .Después de la de Paris que cantaba con fulgor el día antes a coro la prensa o esa Liga que casi tuvo en la mano y luego se la disputaron los equipos de Madrid. Por no citar la miel en la boca del baloncesto.
De Victoria en victoria , hasta la derrota final.
El señor de las Heras es nuestro refugio, la tabla que flota en el naugrafio.
Genial, Mario
Muy bonito, me ha emocionado.
Sombrerazo.