Vivimos tiempos muy complicados. Igual que es complicado para un deportista de alto nivel saber cuándo es el momento de la retirada. Pocos deportistas aciertan y eligen el momento idóneo, menos todavía cuando perteneces a un club como el Real Madrid. Muchos optan por buscar un equipo menor, sabiendo que todavía les va a reportar unos beneficios económicos difíciles de obtener fuera del deporte, manteniendo un mínimo nivel físico como para poder seguir aportando. Pero en el Real Madrid la exigencia es tal que es complicado aportar al máximo en tu declive. Las expectativas siempre son las más altas. Para triunfar en el club blanco, la calidad es indispensable, pero el físico también y a partir de una cierta edad, eso es algo casi imposible de mantener.
Tenemos multitud de ejemplos de estrellas que se van a clubs de menor entidad y que siguen rindiendo de forma óptima porque los retos ya no son los mismos. En definitiva, aunque siento un respeto total hacia esas estrellas que se encuentran en el declive de sus carreras, hay que pensar siempre en lo mejor para la entidad y eso pasa por saber enseñarle la puerta de salida a esos jugadores, por muy duro que se haga.
El caso de Campazzo, en la sección de baloncesto, es algo que ya hemos vivido, anteriormente, con varios jugadores tan importantes como lo era el argentino. Son comprensibles sus ganas de triunfar en la mejor liga del mundo, al margen de la supuesta mejora económica que ello conlleva. Para contextualizar, lo hemos visto recientemente con Sergio Rodríguez y luego con Luka Doncic. Ambos se fueron después de que el equipo ganara la Euroliga y parecía que iba a ser un vacío difícil del que recuperarse. Después vimos que no fue así. Con la marcha del “Chacho” emergió la figura de Luka Doncic, y con la salida de Luka, fue Campazzo el que asumió ese rol. Así que ¿Por qué no pensar que pueda emerger, otra vez, alguien que asuma esos galones? De momento, en los dos partidos que hemos jugado tras la marcha de Facu, hemos visto como el equipo ha reaccionado de forma magnífica, plantando cara a todo un CSKA en Moscú y, posteriormente, ganando al Baskonia, dos de los mejores equipos que se pueden encontrar hoy en Europa.
Y lo que más me ha gustado, precisamente, ha sido cómo ha reaccionado toda la plantilla, haciendo lo que mejor saben que es jugar al baloncesto, luchando como un auténtico equipo. Estos jugadores se han ganado un crédito ante los aficionados. Un voto de confianza que comparten con los dirigentes y cuerpo técnico, ante cualquier decisión que puedan tomar. Son muchos años dándonos alegrías como para, ahora, desconfiar de ellos y pensar que no van a saber jugar tras la marcha de Facundo Campazzo.
¡¡¡Hala Madrid!!
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Postergo la lectura del artículo para más tarde. Ahora, escribo durante el descanso del partido que están disputando Real Madrid y Asvel. Sobre el papel se presentaba difícil , sobre el terreno, también lo está siendo. 40-50 para los franceses. ¡ HALA MADRID !
Pues , durante el tiempo de descanso de Asvel y Real Madrid, he escrito un comentario que ha acabado con un “ ¡ HALA MADRID !” , qué es lo único que , junto a la confianza que le merece esta plantilla a Lorenzo Sanz , había leído. Tengo mis manías y hàbitos. Así que prefería leer su texto, tras la conclusión del partido, con la atención que siempre se merece.
Este es un equipo con talento y trabajo. Qué Laso y sus colegas continúen manteniendo esta maravillosa amalgama es lo que les dará opciones de competir por todo.
Ya saben que si mantienen la agresividad defensiva durante la mayor parte del partido y juegan en equipo incidiendo allí dónde más ventaja sobre el contrario pueden obtener, tendrán muchas probabilidades de que las cosas vayan bien. No hago foco en nadie. Todos los jugadores son importantes, hasta los que han de dar un paso adelante por el bien de sus compañeros y de ellos mismos. Es deporte, ganarán y perderán partidos. Sin embargo, estas personas tienen el respeto, la admiración , el cariño y el agradecimiento de la afición madridista. E-QUI-PO.