Hoy se cumplen 50 años de la confirmación del fichaje de Óscar 'Pinino' Más. Vino como el mejor extremo de Sudamérica y de los argentinos destacados del momento.
La Delegación Nacional de Educación Física y Deportes, tras discutirlo largamente, había dado el ‘sí’ a la importación de futbolistas extranjeros en el fútbol español en mayo de 1973. Las fronteras para jugadores foráneos llevaba cerrada más de una década y comenzaba así una nueva era. Cada equipo podía tener dos y el primer fichaje del Real Madrid, a mediados de junio, fue el de Netzer. El segundo se cerró el día 2 de julio: Óscar Más.
Tras concretar el refuerzo del futbolista alemán, el Real Madrid se lanzó a por un atacante y durante un par de semanas sonaron futbolistas tanto europeos como sudamericanos. En la prensa se nombró al rumano Nicolae Dobrin (Arges Pitesti), al portugués Eusebio (Benfica), al neerlandés Piet Keizer (Ajax), a los germanos ‘Torpedo’ Muller (Bayern), Helmut Kremers (FC Schalke 04) y Hans Walitza (Bochum) o al chileno Carlos Caszely (Colo Colo). Luis Molowny, asesor técnico madridista, viajó a Sudamérica y contempló varios partidos, entre ellos el Colo-Colo – Independiente en el estadio Nacional de Montevideo que definió el título de la Copa Libertadores. Finalmente el elegido fue Óscar ‘Pinino’ Más, una estrella en River Plate.
Nacido el 29 de octubre de 1946 en Villa Ballester, provincia de Buenos Aires (Argentina), se trataba de un extremo izquierdo bajito (1,68cm), veloz y con una potente arrancada. Generoso, espectacular e incisivo, tenía desborde, buen instinto para el gol y un cañón en su zurda. Se mostraba especialmente habilidoso a la hora de enganchar unas voleas sensacionales y muy plásticas.
Óscar Más estaba considerado el mejor jugador de Sudamérica en su puesto. Además, en siete campañas había terminado como máximo realizador de River (oscilaba entre los 15 y los 25 tantos por curso) y había sido internacional con la albiceleste en 37 oportunidades hasta 1972. En Argentina lo comparaban con Gento porque empezó muy joven, con apenas 18 años en la banda izquierda de River, y se mantuvo de forma constante las siguientes nueve temporadas.
Por eso empezó a llamar la atención de numerosos clubes del mundo, que trataron de sacarle del club millonario sin éxito. A comienzos de 1972, lo intentaron el Santos de Pelé, el Stade de Reims en el que tuvo pie y medio o los mexicanos de Cruz Azul y el Veracruz, estos últimos en una oferta que también incluía a Onega y Dominichi. Un año después, a partir de febrero, se publicó en la prensa el interés de conjuntos europeos y españoles. El Atlético de Madrid, el Standard de Lieja, el Sevilla con la intermediación del famoso agente Luis Guijarro, o el RCD Español a través del representante armenio Bogossian, que aterrizó en Barajas anunciando que iba a llevar al puntero izquierdo al conjunto periquito.
Pero fue el Real Madrid el que se llevó al futbolista en una operación relámpago, que comenzó con una llamada telefónica el 29 de junio de 1973. En 72 horas se concretó el fichaje, y el día 2 de julio quedó todo formalizado. Las gestiones las llevó a cabo en silencio un hombre ligado al club, pero que no era miembro de la directiva: José María López Patiño. Luego, también fue fundamental el buen diálogo entre ambos presidentes: Bernabéu con Kent de River Plate. El equipo blanco no confirmó las cifras, pero se habló de un traspaso de 250.000 dólares (unos 15 millones de pesetas) lo que suponía una cifra récord para un jugador de la liga local argentina al extranjero. Además, se concertó un amistoso entre ambas entidades para el mes de agosto en Madrid. Las primeras declaraciones del jugador fueron que era “una gran oportunidad que no podía desaprovechar”. Viajaría a Madrid la semana siguiente para el típico reconocimiento, firma del contrato y la presentación.
Algunos futuros compañeros como Sanchis ya lo conocían del Mundial de Inglaterra’66, donde el defensor se midió al extremo argentino en la fase de grupos. En AS, declaró Sanchis que “es un jugador inteligente, potente y goleador”. Explicó, además, que “junto a Best y Jair, fue el rival más difícil que he tenido ante mí” y que “es distinto a Gento”.
La llegada de Más se argumentó alegando que era el sustituto y el sucesor de ‘La Galerna del Cantábrico’ en el equipo blanco, dos años después de su retirada. El día 12 de julio aterrizó en la capital de España a las 12 horas, siendo recibido por el gerente Antonio Calderón y el directivo Luis de Carlos, y fue al estadio Santiago Bernabéu para todos los actos protocolarios. En el vestuario enseñó la camiseta número 11 y saltó al césped para las fotos ante los medios gráficos.
Luego, habló para la prensa en la sala de trofeos. Declaró que “soy el mejor jugador de la Argentina” y “a Gento no lo hará olvidar nadie”. Además, afirmó que recordaba del Mundial’66 a “Pirri y Zoco”, que los padres de mi padre “son de acá; me parece que son catalanes” y que su ilusión sería “acabar en el Madrid mi carrera”. Concluyó diciendo que “vengo como una pieza más y no a salvar al Real Madrid” y que “tendré que ganarme un puesto, pero no creo que me cueste adaptarme al fútbol español”. Firmó por tres temporadas. Respecto a sus emolumentos, no sabía “el dinero, ni voy a preguntar”.
Hoy se cumplen 50 años de la confirmación del fichaje de Óscar 'Pinino' Más. Vino como el mejor extremo de Sudamérica y de los argentinos destacados del momento
Sus inicios fueron muy prometedores pero solo acabó cumpliendo una de las tres campañas y al verano siguiente regresó a River Plate. La primera mitad de curso tuvo un rendimiento notable en juego y goles, e incluso terminó como mejor artillero del equipo en Liga con 11 dianas. Sin embargo, el cambio de técnico de Muñoz por Molowny no le benefició en las primeras semanas, y tampoco el mal desempeño madridista en la competición doméstica en la que concluyó octavo.
En el mes de marzo se daba por segura su marcha para liberar su plaza de extranjero y el propio jugador dio la cara en los medios. En el número 147 de AS Color dejó un titular contundente: “No soy un paquete”. El argentino había perdido el puesto en la banda en beneficio de Macanás, pero no se rendía y afirmaba que “volveré a ser a titular otra vez”, explicaba que “el público madridista aun no me ha visto ni sabe hasta dónde puedo llegar” y calificaba su situación de “incomprensible”.
Lo cierto es que en la recta final liguera recuperó la titularidad e incluso marcó un triplete al Celta, pero algo seguía sin funcionar plenamente. En mayo también habló con MARCA indicando que “no he defraudado y estoy conforme con mi actuación, aunque pensé que me iba a salir mejor” y reconociendo que acumulaba fatiga porque “llevo tres años sin vacaciones. Es un esfuerzo grande que, tarde o temprano, tiene que repercutir en contra”. También confirmó sus planes de seguir la siguiente campaña: “Me sobra moral para cargar con todo eso que dicen de que Oscar Más se va a casa para siempre. Puedo hacer más cosas y más goles. Por eso espero volver y empezar otra vez para lograr un club campeón”.
A la vuelta de los entrenamientos de cara a la temporada 1974-1975, a finales del mes de julio, el Real Madrid concedió permiso al futbolista para quedarse en Argentina. Se estaba fraguando su salida. En los primeros días de agosto, en su país, se publicó que Más había llegado a un acuerdo económico con River para su vuelta pero faltaba el entendimiento entre clubes. Éste llegó una semana más tarde y el cuadro millonario desembolsaría unos 80.000 dólares (algo menos de 5 millones de pesetas) al conjunto merengue. El extremo se despidió con sendas entrevistas en MARCA y AS. En el periódico que dirigía Carmelo Martínez dejó los siguientes titulares: “No guardo ningún rencor ni he tenido nada con nadie”. “No comprendo que el Madrid se desprendiera de mí”. Y “mi reconocimiento y gratitud a todos los socios del Real”. Mientras que en AS, al periodista Luis Arnaiz, declaró que “El Real me ha dado el mayor disgusto de mi vida” y “No fracasé: jugué media temporada y fui máximo goleador del equipo”. También dejó una pulla al nuevo entrenador blanco Miljanic al manifestar que “no me conoce y no me quiere: no lo entiendo”.
En el libro ‘La Causa’ de Martín Semprún, en el que Bernabéu contaba ampliamente su vida, el máximo mandatario merengue destapó nuevas vicisitudes del periplo de Más por el Real Madrid. “El jugador argentino era un tanto informal, anárquico en su comportamiento, indisciplinado, le apetecía la noche, era aficionado a las cartas y no se tomaba muy en serio lo de su profesión”. Pese a todo ello, Bernabéu dijo que “no me cargué a Óscar Más”. “El primer día de entrenamiento, muerto de sueño, llegó con tres cuartos de hora de retraso; algo insólito para los jugadores del Madrid. Luego entabló amistad con una serie de amigos de conducta poco, llamémosle, deportiva”. El jugador continuó llegando tarde a los entrenamientos y un día el club recibió entre las facturas remitidas del hotel donde residía una nota de gasto de teléfono por valor de 80.000 pesetas que el gerente Calderón pagó a regañadientes. El argentino quedó sentenciado y Bernabéu en la intimidad confesó que “mete goles, juega bien, pero no es un muchacho serio, formal. No entra en las estructuras del club”.
En la directiva hubo discrepancias (Bernabéu, Calderón y Dominguez abogaban por su marcha, y Muñoz Lusarreta y De Carlos por su permanencia), pero finalmente se cambió la plaza de extranjero de Más por la del alemán Breitner, que fichó tras el Mundial de Alemania’74.
¿Recuerdan el golazo en volea espectacular de Benzema, tras centro, desde casi el borde del lateral del área rojilla? En el Sadar.
Pues Óscar Mas hizo una todavía mejor y más espectacular en el Santiago Bernabéu. Tras empalmar ,sin que tocara el suelo, desde fuera del área, escorado en la izquierda .
Vi jugar a Pinino Mas...un crack!
Fue mí ídolo futbolístico cuando jugaba en River. Hacia los goles mas increíbles porque pateaba al arco desde cualquier posición imposible.
Cada vez que recibia la pelota generaba electricidad con sus corridas y siempre se esperaban sus goles.
En qué 1973 se fue al Real Madrid y salió goleador del torneo argentino jugando solo la mitad del torneo.
Un jugadorazo.
El Mono nació para jugar en River Plate nada más.