Muy pocas veces a lo largo de mi vida he visto semejante presión social sobre un jugador de fútbol, hasta convertirlo en ‘una cuestión de Estado’. El mobbing al que está sometido Kylian Mbappé en las últimas semanas/meses resulta tremendo si tenemos en cuenta, por un lado, su edad (es un joven de 23 años); por otro, que no hay entorno que se quede al margen y no participe de esta ceremonia de intimidación.
Cada día más, la industria de los fichajes depende de los entornos de los jugadores. El familiar, en primera instancia, pues los jugadores son objetivo de los representantes a edades cada día más tempranas. Cuando detectan a un ‘pipiolo’ de 15 ó 16 años, que juega muy bien al fútbol gracias a un don natural, buscan a sus padres y les vuelven locos con unos cantos de sirena que les hablan de convertirlos en ricos. Y lo más sorprendente del asunto es que además resulta cierto. Es lo que ha sucedido en buena medida con Endrick, la nueva perla brasileña de 15 años por la que se pega ahora media Europa.
Muy pocas veces a lo largo de mi vida he visto semejante presión social sobre un jugador de fútbol (Mbappé), hasta convertirlo en ‘una cuestión de Estado’
Solo hace falta que ese representante lo ponga en almoneda y haga correr por los despachos y las redes sociales la especie de que su pupilo, sobre el que ejerce la necesaria influencia, es el nuevo Messi. Algo parecido también sucede con Erling Haaland, ya no tan joven, a quien su agente —Mino Raiola— ha paseado por todos los grandes clubes del continente europeo en una descarada subasta pública: ¿Quién da más…?
Al parecer esa es la única forma de negociar en estos tiempos. Con los buenos o prometedores jugadores de fútbol sucede como con los pisos: hay mucha demanda y muy poca oferta y eso abona un alza en los precios. Todos los clubes buscan las mejores perlas y están dispuestos a pagar por ellas cantidades escandalosas, dado que el mercado está muy inflacionado y no es posible concretar el fichaje de un ‘figura’ si no pagas por él una morterada imposible de amortizar. Ese es el panorama. Y en él, lógicamente, lleva las de ganar el club que tiene más dinero. Da lo mismo si el jugador, como le sucede a Mbappé, tiene el sueño de jugar en el Real Madrid desde que era pequeño (todos hemos podido ver fotos del niño Kilian con la camiseta blanca y rodeado de imágenes de sus ídolos y jugadores favoritos pegadas por las paredes de su habitación). La pregunta que surge es: ¿Qué precio tienen los sueños de un niño?
Los responsables del PSG están haciendo todo lo posible, por métodos legítimos o no, para que el chaval se quede. Apelan a sus padres, para que influyan en él; el emir de Qatar le pone un cheque en blanco, como si el dinero lo fuera todo; apelan a Macron, el presidente de la nación, para que defina el caso como ‘una cuestión de Estado’, como si jugar en el Real no le permitiera seguir siendo una gran estrella mundial (lo sería aún más que ahora) y pieza fundamental de la selección blue; también se busca el apoyo de la alcaldesa de París, con el argumento de que debería quedarse porque se trata de un gran ejemplo para los jóvenes franceses (se entiende, pero en clave de ‘ejemplaridad’ deberían comenzar a mirar lo que significa para Francia que la mayor entidad futbolística del país sea propiedad de un jeque del petróleo y que las decisiones se tomen a miles de kilómetros. ¿Es ese, acaso, un buen ejemplo para los franceses?).
Lo que subyace en el fichaje de Mbappé es, a mi modo de ver, una mera cuestión de pasta
Lo que subyace en el fichaje de Mbappé es, a mi modo de ver, una mera cuestión de pasta. Como bien sabemos, las cosas están cambiando —y mucho— en lo relativo a los fichajes. Hasta hace poco, vivíamos en una situación claramente inflacionista, donde algunos contratos llegaron a ser estratosféricos y ofrecían pingües (o escandalosos) beneficios para los vendedores. ¡A ver qué club daba el mayor pelotazo! Esa realidad dejó paso a una nueva estrategia de los jugadores, que son los que generan el negocio, pero no participaban de él. Y es cuando comenzaron a pensar en lo que decíamos de pequeños: “Parte quiero, si no me chivo”.
Los futbolistas, apoyados en sus entornos y representantes, decidieron poner en marcha la estrategia de no renovar sus contratos y dejarlos agotarse (casos conocidos de Alaba, Mbappé, Bale, Isco o Rüdiguer, entre otros muchos) y convertirse así en agentes libres. De ese modo, el negocio quedaría en casa. Los agentes —tienen la capacidad de contactar y negociar con los clubes— adquirieron una mayor e inusitada capacidad de sacar la mayor tajada posible (Raiola, el mayor exponente); pero, claro, también piden lo suyo.
En el caso de Mbappé, se especula con que su entorno familiar, y en concreto su madre —es quien maneja sus negocios de imagen— está presionando al chico para que se quede en Francia y renueve con su club. Pero, aunque ella personalmente prefiriera que su hijo no se mueva de París (lo veo lógico), eso suena un poco a ‘milonga’ de cara a la galería. Lo que sucede en la práctica, sin embargo, creo que habla de otra situación.
De todos es sabido que el Real Madrid estuvo dispuesto a pagar 200 millones el verano pasado por Kylian Mbappé y que no llegó a desembolsarlos por el orgullo de nuevo rico del PSG, tan mal interpretado. Este verano los franceses se tirarán de los pelos cuando vean a su jugador cogiendo el avión rumbo a Madrid, y no soportarán oír, como un soniquete, que la suya ha sido una gran ‘pifia’ de gestión (o ‘la gran cagada’, como dicen otros). Pero el entorno de Mbappé, consciente de que el club estuvo dispuesto a pagar esa morterada de dinero, no se va a conformar ahora con una prima de fichaje de 50 o 60 millones como se había especulado inicialmente.
Es la propia madre de Mbappé la que ha encargado a una inmobiliaria local la búsqueda en Madrid de una casa para su hijo
Según me cuenta una fuente bien informada, el acuerdo del Real con el jugador sigue en pie y no corre peligro, por ahora, a pesar de tantas especulaciones en sentido contrario; rumores que adquieren pábulo a medida que aparecen tantas noticias sobre las presiones que recibe el jugador. Estamos ahora en una fase de ‘tira y afloja’ sobre la cuantía de la prima de fichaje. Otra fuente me confirma que es la propia madre la que ha encargado a una inmobiliaria local —y está coordinando personalmente— la búsqueda en Madrid de una casa para su hijo… y barrunto que igual piensa que esa casa la va a pagar el club con el extra que puedan sacarle. Me temo que Florentino tendrá que rascarse el bolsillo más de lo que pensaba y que tendrá que afinar más los números. Pero si solo se trata de dinero, seguro que lo sabrá hacer tan bien como siempre.
Getty Images.
Tranquilo que el colega de Abellan de dinero entiende su problema es que del futbol le sobran los entrenadores (que sabran ellos) y los futbolistas, solo ve el negocio y la gestión, aunque cuando marche si es que alguna vez ocurre ya veremos la deuda del club, que la puso a cero con las 4 torres, pero desde entonces va creciendo año a año y ya van veinte
Pues ve y pide cuentas al club que las hace públicas todos los años. Que se han pasado años quejando de que no se hacen fichajes y no se tira la casa por la ventana para retener veteranos de 33 y 35 años de edad. Y eso de la deuda del club se traduce en un estadio que va a generar cientos de millones al año.
Lo que va a generar ya se vera, después de cocer mengua y el cuento de la lechera, que mas da tener un gran estadio si como ocurre ahora solo se llena la mitad y lo de pedir cuentas que lo hagan los compromisarios seleccionados convenientemente para no incordiar que lo mas que piden es que haya mas papel en los servicios
Muy bien dicho. A parte, la gente confunde deuda con pasivos. El Madrid es una empresa, y juega con esos pasivos en su beneficio.
A mi parecer los resultados están siendo notables a nivel deportivo, se podría hacer mejor??? Seguro, pero tiene mucho mérito.
En Europa estás compitiendo con Chelsea, PSG, City junto con el Real Madrid, semifinalistas de la pasada Champions, creo que a nivel económico no competimos con las mismas normas.
En la Liga competimos contra el Atlético de Madrid y Barcelona, ha quedado bastante claro que tampoco competimos con las mismas normas.
Creo que los representantes como Raiola, Mendes y cía. Saben que el RM no es un club con el que se pueda especular, se han cometido errores por supuesto, pero creo que el jugador que quiera obtener el máximo salario, o primas de fichaje, o primas por renovar y demás comisiones varias, no jugará en el RM, y eso todos lo tienen claro Si Mpappé o Halland .. o el que sea quieren ganar el máximo dineral, no vendrán a jugar al RM.
No tenemos al entrenador que más cobra en La Liga ni tenemos al jugador qué más cobra en La Liga, y eso los representantes lo saben.
El que quiera venir al RM a competir es bienvenido, el que quiera ganar más dinero, nos lo encontraremos en el camino.
No estoy especialmente ilusionado por su fichaje. Reconozco su calidad , pero la chispa por el fútbol se ha disipado.