Jolín, Haaland ahora es Jolan
Uno no gana para sustos, el último de ellos ha resultado ser que ese gigante noruego que va por la vida depositando goles en las porterías rivales con la misma facilidad que un Rey Mago lo hace con los caramelos en las testas de las criaturas —y cuyo nombre es Erling— no se apellida Haaland. Bueno, para ser precisos sí se apellida Haaland, no hay confirmación de que se haya cambiado el apellido en el registro civil noruego, lo que ocurre es que no se pronuncia como la mayoría de los plebeyos hacemos, es decir: Jalan. Según hemos averiguado gracias a Ramón Álvarez de Mon, que entrevistó a un periodista noruego, Haaland se pronuncia Jolan.
Jolín, jolín, que cantaría Dolly Parton. Este cambio es difícil de asimilar, porque una vez que se establece en el cerebro una asociación entre una persona y la fonética de su nombre es muy difícil romperla y crear otra nueva. Tanto es así, que incluso sabiendo —debido al avance educativo en lengua inglesa del país— que Douglas se pronuncia algo parecido a Daglas y no Duglas, nunca se dejó de llamar Duglas al bueno de Kirk, mientras que a su hijo Michael ya sí se le aplicó este nuevo conocimiento lingüístico.
Mas Haaland no es el único futbolista del Madrid del cual hemos descubierto que su nombre no se pronunciaba como creíamos. Por ejemplo, Gica Hagi, el Maradona de los Cárpatos, que llegó de la mano de Ramón Mendoza en 1990 tras deslumbrar en el Mundial de Italia. Todos comenzamos a llamarle Jagui y a vitorear sus golazos esporádicos con la zurda, aunque a decir verdad, nunca cuajó plenamente como madridista y solo dejó destellos de clase y un estado físico más propio de un amante del sillonball que de un futbolista. En esas andábamos cuando de buenas a primeras descubrimos que no era correcto referirnos a él como Jagui y que lo adecuado era pronunciar Hayi. Rectificar es de sabios, por lo que yo decidí no hacerlo para ser consecuente conmigo mismo y seguí llamando Jagui al rumano que luego terminaría fracasando también en el F. C. Barcelona.
Descubrimos que no era correcto referirnos a Hagi como Jagui y que lo adecuado era pronunciar Hayi. Rectificar es de sabios, por lo que yo decidí no hacerlo para ser consecuente conmigo mismo
Por la misma época llegó al Madrid otra estrella deslumbrante del Oriente de Europa: Robert Prosinecki, que había nacido en Alemania, era croata y había triunfado en el Estrella Roja, un equipo de Belgrado, Serbia. Ante tamaño berenjenal geográfico, no era de extrañar que no hubiese dos personas que pronunciasen su apellido igual: Prosineki, Prosineski o Prosinecki eran las variantes más habituales. Pero este caso tuvo solución, aunque tardía. Esta llegó en 2006 en forma de genialidad publicitaria de Renault, que rodó un spot con el croata en el que se parodiaba a sí mismo y lanzaba al mercado un supuesto muñeco llamado Prosikito, que se cansaba y se lesionaba a imagen y semejanza del rubio fumador. De este modo se zanjó la polémica en torno a la pronunciación de su apellido y todo el mundo se refirió a él como Prosikito desde ese momento.
Un lustro después, aproximadamente, llegó al Real Madrid un futbolista que sí era bueno de verdad, el holandés (o neerlandés o paisbajés) Clarence Seedorf. Fuera de los terrenos de juego vivió un tiempo en un hotel con Roberto Carlos, y dentro de ellos jugaba al fútbol como los ángeles (de Machín, en este caso). Rápidamente se impuso Sídor como manera más habitual de referirse a él, dejando la efe olvidada porque para qué. Mas cuando se encontraba cercano el momento en el que el fantástico pelotero tuvo que se traspasado para poder pagar las nóminas, descubrimos que su apellido realmente se pronunciaba Séidorf. En aquella época, normalmente nos enterábamos de estos cambios de hábitos fonéticos al escuchar a José Ángel de la Casa nombrar de manera diferente a un futbolista de un día para otro, porque el internet no era algo muy popular, ni poco, más bien nada, pese a llevar nacido desde 1983.
En aquella época, nos enterábamos de estos cambios de hábitos fonéticos al escuchar a José Ángel de la Casa nombrar de manera diferente a un futbolista de un día para otro, porque el internet no era algo muy popular, ni poco, más bien nada
Recientemente, otro jugador ha suscitado polémica en cuanto a cómo había que pronunciar su apellido: Ødegaard. En su caso, también se escribe raro, porque en lugar de una o, su apellido comienza por un diámetro. El español medio ha llamado siempre al noruego Ódegar, como si fuese un personaje más del Señor de los Anillos: Ódegar, hijo de Prótejar, heredero al trono de Ínfindus. Sin embargo, una investigación exhaustiva de este escribidor me ha hecho averiguar que realmente se pronuncia Édegór, como si se tratase de una palabra esdrújula y aguda a la vez. La e inicial tampoco es exactamente una e, pero no doy para más. He de agradecer la amabilidad y la sapiencia de Oier Fano, que me desasnó sobre el asunto y no dudó en mandarme para ello una grabación con la pronunciación correcta.
El caso de Ødegaard también sirve para recordar una anécdota preciosa del maestro Escohotado, que decidió aprender noruego llevado por la curiosidad de saber cómo se pronunciaba tan extraño (para nosotros) apellido y el ansia eterna de conocimiento que tenía.
El último de los casos que se tratan en este artículo —seguro que habrá muchos más— es el del belga Hazard. Hay quien lo llama Azar, y curiosamente la segunda acepción de azar en el DLE es desgracia imprevista. Y otros lo llaman Jazard, con jota fuerte (pero sin castañuelas) o Hazard, con la hache más o menos aspirada. Aunque, lamentablemente, la manera más común de referirse a él es: el chaval ese, qué lástima, con lo bueno que era.
Fotografías Imago.
A mi el que más me impresiono inicialmente fue James, lo que pasa que al ser nativo de nuestro idioma, al pronunciarlo el mismo rápido lo cambie en mi mente. James Rodríguez y yeims bond
Muy buena la referencia a los Douglas. Es cierto, y curioso, que muchos nos referimos al padre como Kirk "duglas" y al hijo como Michael "daglas".
En relación con el rumano Gica Hagi, estuve en su debut en el Bernabéu en septiembre del año 89 y un señor en el Gallinero no se complicó la vida y lo llamaba "Javi".
Con James me pasó algo asombroso, un nombre anglosajón se volvió tan popular castellanizado que cuando veía las camisetas de Lebron no leía "Yeims" sino exactamente igual que el nombre del colombiano.
Me ha gustado mucho este artículo. También me gusta comentar, pero no me dejan y, sinceramente, estoy un poco harta ya. Parece que hoy sí puedo, a ver lo que dura.
Esto me recuerda a como llamaba Germán García, locutor de RNE encargado de narrar al Barcelona,a Cruyff. Le llamaba Johan Croyff , Johan Craiff, Shohan Cruyff todo eso en cada ocasión.
|De Broûne|, |Veinaldum|, |De Leit|, |Nemaña Gudell|, |Majitarián|...; la lista de nombres que nunca periodista alguno pronunció bien es infinita...
Algo sabrás que no sepamos los demás, que ya das por hecho que Haaland ya es jugador del Madrid,
Que pena y que mala suerte Prosinecki, era un tremendo jugador que me encantaba.