En lo que supone uno de los mayores escándalos en la historia de impunidad del FC Barcelona, y mira que los tiene a montones, la justicia ordinaria ha concedido la suspensión cautelar a Lewandowski, que podrá jugar mañana contra el Espanyol. Ningún aficionado al fútbol medianamente neutral (yo no lo soy, pero sí creo ser capaz de someter mi madridismo a mi raciocinio) puede encajar esto sin estupor y preocupación. La vorágine de preguntas que se desatan a consecuencia de este episodio ignominioso conduce al más pintado a la indignación.
¿Qué pinta la justicia ordinaria en esto? El oscurantismo más absoluto reina al respecto. ¿Interviene la justicia ordinaria para enmendar la plana al TAD? Tal cosa parecería desprenderse de las informaciones, repetidas en las últimas semanas, según las cuales el TAD ya habría denegado la cautelar al polaco. Sin embargo, Iusport, medio especializado en justicia deportiva, aclaraba (?) a media tarde que la justicia ordinaria ha intervenido precisamente porque el TAD no lo había hecho aún. Como en todo lo que rodea a las decisiones relativas al FC Barcelona —desde las sanciones y sus suspensiones a las delirantes informaciones contradictorias sobre límite salarial—, la opacidad solo es comparable a la confusión. Se hace tremendamente difícil permanecer ajeno a posibles concomitancias políticas de este asunto.
En lo que supone uno de los mayores escándalos en la historia de impunidad del FC Barcelona, la justicia ordinaria ha concedido la suspensión cautelar a Lewandowski, que podrá jugar mañana contra el Espanyol
Si la justicia ordinaria interviene en contra del dictamen de una instancia de justicia deportiva como el TAD, sienta un precedente que sería de inmensa preocupación si no fuese porque todos sabemos que en cuestión de días se arbitrará alguna norma que impida que ningún otro club pueda apelar a la justicia ordinaria en estas circunstancias. De hecho, Marca acaba de publicar que la “sorprendida” Federación ya se ha puesto en comunicación con el CSD para que algo semejante “no se vuelva a repetir”. El tema no es que no se vuelva a repetir. El tema es que haya podido suceder, y favoreciendo al mismo de siempre. Una vergüenza.
Si, por el contrario, el Tribunal Central Contencioso de Madrid interviene porque el TAD no lo ha hecho aún, como afirma Iusport, cabe preguntarse cómo es posible (y sería otra vergüenza) que dicho tribunal no haya tenido a bien pronunciarse después de casi dos meses desde la expulsión y primera sanción al delantero culé. Sería otra vergüenza, una en la cual la manifiesta indolencia del TAD contrastaría con la increíble celeridad de la justicia ordinaria. ¿Por qué decimos esto último? Porque según ley recientemente aprobada por el parlamento, y de aplicación inmediata en España, el periodo navideño (concretamente, del 24 de diciembre al 6 de enero) era “inhábil” para la administración de justicia en nuestro país, se entiende que salvo casos urgentes, y se entiende también que la justicia ordinaria entiende como asunto urgente el que Lewandowski pueda jugar contra el Espanyol.
La última de las preguntas es la más sangrante. Me da la risa, formularla, pero ahí va: ¿cuándo cumplirá Lewandowski su sanción?
Creo tener la respuesta, y me apostaría algo con mis lectores a que tengo razón. Voy a apuntar cuándo considero que la sanción a Lewandowski (tanto la de la expulsión como la de la desconsideración al árbitro, dado que increíblemente ambas han sido suspendidas) va a ser hecha efectiva. Lewandowski cumplirá su sanción el mismo día en que la sanción al Camp Nou por los incidentes de Figo se cumpla; exactamente en la misma fecha y hora en que se castigue al Barça por no presentarse a aquella eliminatoria de Copa con Van Gaal; precisa y exactamente cuando se pase a la entidad catalana factura disciplinaria por presentarse a aquel partido del Sadar a la hora que estimó oportuna; en la fecha en que se investigue el “Sandro, ¿qué más quieres que te dé?”; cuando haya sentencia del caso Soule; cuando se abra una investigación seria sobre los arbitrajes de Tenerife en los primeros noventa; cuando Luis Suárez vea una roja retroactiva por sus múltiples agresiones con la camiseta culé; cuando Messi se disculpe por agredir con un balonazo a un espectador del Bernabéu; cuando Busquets sea juzgado mediática y disciplinariamente por sus insultos racistas a Marcelo, o cuando el Barça localice y sancione al socio que prorrumpió en insultos de la misma índole a Vinicius.
Ese día, ni antes ni después, será cuando Lewandowski cumpla su sanción.
Getty Images.
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