La diferencia entre condecorados y condecorables es el rendimiento práctico, que anoche cobró perfiles muy definidos tras copiar casi con calco la alineación de gestas pasadas, sin lograr cosa distinta de un trantrán generalizado, y el lucimiento de un sin galones como Odriozola. Me pareció que si el Real hubiese rematado con un quinto del acierto exhibido por Guedes y Garay habría ganado por más de un tanto; pero la realidad suele impedir que los equipos ganen perdonando en medida remotamente pareja, y sentí un leve escalofrío viendo cómo Marcelo culminaba un ramillete de regates imperiales con una docena de pases a nadie, y cuatro tiros al limbo.
Reguilón, Llorente, Valverde -cómo no el explosivo Vinicius- y otros varios, algunos por llegar todavía, cumplirán una justicia evolutiva no exenta de rigor para quienes portaron la corona de laurel, y miran ahora hacia sedes y status distintos, por más que bien contentos deben estar con el salto profesional y social consumado durante una década larga de pericia tan solo balompédica. Pienso en Kroos, por ejemplo, que según la Wiki no brilló en el bachillerato pero sí sobre el césped, a quien quizá le queda un lustro de seguir asombrando, si recobra la pasión por su actual oficio. Tampoco el formidable Ramos superará la herida del tiempo más allá de algunos semestres, y hasta la filigrana indeleble de Benzema confiará su figura al recuerdo, porque la alta competición es un asunto tan heroico como pasajero, y quizá ni la mitad de quienes alzaron tantas Orejonas levantará la próxima.
Con Zidane de nuevo al mando, la parroquia merengue supera un desaliento tan noble como haber muerto de éxito, un destino reservado a las grandes instituciones, que en su caso coincide con un simple imperativo de regeneración, pues el Bernabéu sigue siendo la cumbre de su carrera para cualquier futbolista. El rey ha muerto, viva el rey, y aprovechemos la secuencia de partidos anodinos para disfrutar sin recurso a fotonovelas, apartando por un rato tanto las fobias como el papanatismo, cuando solo cabe ya prestar o no atención a la maravilla de aquella asistencia y aquél remate, privilegio común de actores y espectadores. Qué arte llegó a ser el fútbol, y cuánto regocijo promete a sus fieles con retransmisiones cada vez más nítidas, con esa cámara superlenta que recrea todo.
Y, por cierto, qué magnífico florecer el de Parejo, otrora jugador del Real. Di Stefano vio en él su más probable heredero, y bien merecería alguna oportunidad de dirigir a la selección.
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Interesante comentario acerca de Parejo. Habéis probado a hacer una alineación con jugadores que pasaron por el Castilla y que juegan en otros equipos? No digo que fueran titulares en el Madrid, pero desde luego contribuirían a hacer una plantilla bastante completa.
Esta claro que la cantera del Madrid es la cantera de la Liga, y no solo de la liga, que también empieza a repartir jugadores por Europa. Pero aunque algunos jugadores acaban jugando en el primer equipo no todos pueden. Y no es por falta de oportunidades, Morata dos veces lo intentó y dos veces hubo que venderlo. Lo mismo Soldado, Mayoral, etc.
Parejo jugó y no convenció, todo el mundo pensó que no era para el Madrid. Ahora lidera el Valencia y está bien alli.