El entorno culé desprecia a Valencia y Betis

Buenos días. Hemos empatado en el Camp Nou y hemos marcado. A priori, son dos buenas noticias en una. Todos habríamos firmado, antes de jugar esta ida de semifinales de Copa, cualquier empate con goles. Lo agridulce del partido reside en el mal momento mostrado por algunos jugadores importantes de la plantilla, con Marcelo a la cabeza, así como en la verbena defensiva que supuso el gol culé, un carrasclás de desatinos con Sergio (homérico en el resto de jugadas) haciendo un exceso de vista en el remate de Malcom y Keylor (por lo demás espléndido) tardando una vida (pura) en volver bajo los palos después de una salida en semifallo, por no hablar del trote cansino de Marcelo observando de lejos el desarrollo de toda la jugada (crónica de Quillo Barrios aquí). Estas cosas irritan porque son evitables y, de no haberse dado, habrían desembocado en una victoria importante y muy merecida. No hubo tal, aunque el empate sea un resultado halagüeño que lo deja todo en el aire, como titula Marca sin echarle demasiada imaginación.

El que sí le echa imaginación, en cambio, es Ouija Daily, que vio el partido de aquella manera, es decir, precisa y exactamente como cuadra verlo con arreglo a sus propios mantras, obsesiones, fijaciones y perversiones. Lo de Ouija Daily (vedlo aquí abajo) es una parafobia, un sinvivir de tanto aborrecimiento. Tiene que ser muy duro ser Ouija Daily. El llanto y el crujir de dientes presiden tu caminar, como sucede con las almas cuyos lamentos resuenan en las calderas ominosas de Pedro Botero: el infierno es odiar y ser odiado, decía un catecismo que nos acabamos de inventar. El odio de la Ouija tiene además un destinatario claro y continuo. A que no adivináis quién.

Bingo. Bale, que falló escandalosamente un gol de manera impropia de su categoría, sufre las mismas inclemencias ouijeras que si no lo hubiese fallado, es decir, todas. "El Madrid empeoró con Bale por Vinicius". Lo cierto es que el Madrid jugó a ratos bien con Vinicius, a ratos mal con Vinicius, a ratos mal con Bale y a ratos (el último cuarto de hora) bien con Bale, pero no permitas que el matiz arruine la chocarrería del retrato ni la persistencia de tus fijaciones.

Con todo, la auténtica fumada del día viene hoy a cargo del diario Sport, que mete a Malcom en los baños del Bernabéu para que compruebe por sí mismo si las obras están o no acabadas.

¿Qué os parece, amigos del alma? Las cosas se pueden traer a colación de manera procedente, de manera improcedente o como las trae Sport. Son tres categorías bien diferenciadas, de mayor a menor presentabilidad. Hay que tener un cuajo digno de mejor causa para acordarse ahora de la sempiterna reivindicación del derecho culé a mancillar el himno español y su Jefe de Estado en una Final de Copa en el Bernabéu, ese estadio por lo que parece propiedad no ya pública, sino pública del Govern de la Generalitat, se diría. "Por fin una final en el Bernabéu". Es de absoluta y recalcitrante aurora boreal, por no hablar de la falta de respeto que el escribir algo así encierra contra el finalista que salga de la otra semifinal, que para Sport no va a serlo por cuanto al parecer la Final se juega el 27 del presente en el Estadio Santiago Bernabéu. Lo del Villamarín no será una Final, suponemos por tanto, dado que la Final ya se habrá disputado antes. Mejor que no jueguen Betis y Valencia, por cuanto el ganador será ganador pero no finalista, así que para qué las molestias.

Os dejamos también la portada de Mundo Deportivo porque hay que verla.

Abrazos.