La primera pregunta, Luis, es si el escribirte usando la segunda persona es un recurso literariamente aceptable. De entrada, comporta un posicionamiento melodramático, efectista. No me sale otro. Puede ser una vulgaridad, una horterada, una concesión ya inicial a la lágrima fácil. Si les parece te escribo en la tercera del plural, como si fueses el trío arbitral. Nah.
Solo puedo usar la segunda del singular porque para mí eres el protagonista del próximo domingo. Volvemos al Bernabéu, Luis. Te quedaste sin saber que nos quedábamos sin él, y que nos quedábamos sin él por culpa de la misma mierda que hizo que nos quedáramos sin ti, así que debería volver a empezar, aunque ya lo sabes todo sin saberlo. Nos cerraron el templo y lo usamos para almacenar medicinas. Luego nos fuimos a jugar a un Di Stéfano cerrado y ganamos la Liga con más pelotas que te puedas imaginar. Después jugamos otra temporada entera en el Di Stéfano y nos fue regular. Una movida tremenda, Rubio, pero eso ya lo sabes tú como se saben las cosas desde allí, es decir, a través nuestra, no porque te lo contemos, que no hay manera de contártelo, sino porque vicariamente lo experimentamos por ti. Para eso vuelvo yo el domingo al Bernabéu, Luis. Para vivirlo en tu lugar.
Una movida tremenda, Rubio, pero eso ya lo sabes tú como se saben las cosas desde allí, es decir, a través nuestra, no porque te lo contemos, que no hay manera de contártelo, sino porque vicariamente lo experimentamos por ti. Para eso vuelvo yo el domingo al Bernabéu, Luis. Para vivirlo en tu lugar
Luego hay más cosas. No ganamos nada y se fue Zidane, tarifando. Después se fue Ramos, semitarifando también. Vendimos a Varane. Esto último es lo que más te ha dejado perplejo, no hace falta que (no) me lo digas. Si te digo que luego volvió Ancelotti me haces los tanques de Bagdad encima de la mesa, pero te lo tienes que (no) creer porque es verdad. Hemos fichado a Alaba, que creo recordar te gustaba bastante, y también a Camavinga, nombre de resonancias subsaharianas que a buen seguro te habría dado para muchas chanzas makelelescas de badajos y esparadrapos. A ver quién nos va a decir, en el José Luis, estas chorradas que no podemos evitar anticiparte. Las diremos por ti también, y hasta tendremos que pagar en tu lugar, a pesar de que es completamente evidente que el domingo le tocaba a la M. Era ello, Rubio, bien lo sabes.
El partido es a las nueve y, como no podía ser de otro modo, hemos quedado a las cuatro menos cuarto para ir haciendo la alineación. Pediremos un gin tonic que será como la mecedora desocupada de Roy Orbison en aquel vídeo de los Traveling Wilburys, y presidirá la solemne ceremonia de reiniciación. Tendremos oxidadas las meninges de domingo, las rodillas entumecidas, olvidadizas de cómo se trepa al tercer anfiteatro. A ti todo esto te la pela, claro, porque la línea del centro del campo sigue pasando precisa y exactamente entre tu huevo derecho y tu huevo izquierdo, ahora más que nunca, metro y medio por encima de Florentino, pero deja que los pobres nos quejemos de los achaques que se han recrudecido en este tiempo. Casi año y medio, Luis, y no sé si tendré fuerza —de la muscular y de la otra— para subir allí arriba. Me tiembla el alma, Luis, se me encoge muy fuerte algo por ahí, pero no queda otra que hacer un “decíamos ayer” de manual e ignorar el paréntesis, dejarlo atrás como una mascarilla usada. Yo creo que vamos a poner a Militâo porque está hecho una bestia a pesar de que acabará de aterrizar tras sus bolos y no bolos allende los mares, y también creo que Carlo (que sí: Carlo) pondrá a Camavinga de titular. Tranquilo, no creo que juegue Isco, y le diré al tal Mon, o al que le toque, que sea inflexible con sus notas galernautas. El general todavía está aparcando y la cabronería bien, gracias, haciendo el cafre como es su obligación. Todos del Madrid, tranquilo, los mantenemos alejados de influencias perniciosas.
Pediremos un gin tonic que será como la mecedora desocupada de Roy Orbison en aquel vídeo de los Traveling Wilburys, y presidirá la solemne ceremonia de reiniciación
Yo no descarto un efecto ángel exterminador en los minutos postreros del José Luis. La gente se quedará como en la película de Buñuel, sabiendo que tiene que ir entrando porque se acercan las nueve pero sin terminar de ejecutar la acción por razones indefinibles y que nadie verbaliza. Nadie siquiera se atreverá a decir que no se lanza a pesar de que todos sabremos que nadie se atreve aunque sea la hora, a pesar de que todos sabremos que hay himnos que cantar, homenajes que ofrecer, aplausos atrofiados que rehabilitar, goles que celebrar. Estaremos un poco como Jeremy Renner en The Hurt Locker, cuando tras pasarse meses desactivando bombas en Afganistán, como si tal cosa, queda paralizado ante la simple elección del papel higiénico en un supermercado. Qué cosa más normal, lateral oeste segundo anfiteatro vomitorio 63, y sin embargo qué difícil. Así que espera un poco que hay tiempo, dile al capitán que nos pida una cerveza más y una clara y un par de pinchos de solomillo, yo sigo temblando ante la simple perspectiva de que Benzema se constipe, qué vamos a hacer si se nos jode en uno de esos malditos bolos de Francia, en mala hora ha vuelto aunque nos alegremos por él, con limón para mí, por favor.
Bueno, habrá que ir subiendo, ¿no?
Fotografías Imago.
Surrealista pero genial
Bello. Muchas gracias.
Qué difícil va a ser, y cómo (no) me gustaría estar presente, viendo sin ver, cómo se remueve a dedo ese gintónic presidencial. Qué difícil.
Don Jesús, dentro de todo , además del azar y el mérito personal -desconocemos el porcentaje y e peso específico de las causas- que supone escribir bien y ser madridista, se añade la suerte de que tenga propiedades terapéuticas. Según que perspectiva, es usted un privilegiado.
RUBIO. lo has bordado, grazie mille.
Muy buen artículo, don Jesús pero, ¿ese “a través nuestra” del segundo párrafo..?
Confieso que me ha llamado la atención también a mí. ¿ Un hacker ? ¿ el maquetista ?
El videoclip de The End of The Line siempre me hizo sonreír cuando la guitarra de Roy se mecía mientras se escuchaba su inconfundible voz. Después de tanta muerte, bastantes no reconocidas, soy incapaz de volverlo a ver. Lo clavaste al elegir el perfecto sinónimo de la ausencia.
Me sorprende que, 18 horas después de mi comentario y, a pesar de que el lema de La Galerna.com es “Madridismo y sintaxis”, no se haya corregido el dislate ni se haya excusado el autor.
Tampoco le vayamos a hacer un Sumarísimo o un Consejo de Guerra. ¿ Es necesario pedir perdón de rodillas ? Por favor...lo importante es el conjunto del escrito. Muy bueno.