Florentino Pérez cumple hoy 75 años. No vamos a descubrir ahora la importancia del presidente del Real Madrid en la historia del club; él y Bernabéu son los dos mejores mandatarios del Madrid en sus recién cumplidos 120 años de vida.
Florentino aterrizó con el golpe de Figo y desde ese punto de apoyo enderezó la trayectoria del Real Madrid. El resto lo conocemos todos. 49 títulos en las secciones de fútbol y baloncesto, incluidas 7 Copas de Europa y 5 Mundiales de Clubes de ambas disciplinas. Todo ello manteniendo el periodo de estabilidad económica más largo en la historia del club.
Pero no he venido aquí para hablar de lo obvio ni a lisonjar a Florentino, sino para contarles su fiesta de cumpleaños, celebrada en un lugar poco usual con el objeto de pasar desapercibida y mantener la intimidad de los asistentes.
—Luka, ¿seguro que el presi va a celebrar su cumpleaños en Parla, que tenemos que ir en chándal de tactel y en un Seat León TDI FR 150 CV amarillo? —inquirió Toni Kroos a Modric, uno de sus compañeros de vehículo.
—Sí, Toni, lo dice bien claro en la invitación. Te la leo de nuevo: Si usted posee esta tarjeta está invitado a mi fiesta de cumpleaños. En aras de una mayor discreción que nos permita celebrar el evento con la tranquilidad que merece, he decidido llevar a cabo el ágape en un lugar poco esperado como es la sala de usos múltiples del Instituto de Enseñanza Secundaria Nicolás Copérnico de Parla. Ruego que asistan con un atuendo y en un transporte que no llamen la atención del entorno. Una vez en la fiesta, pueden volver a vestirse como personas normales y a comportarse de manera habitual. Gracias.
—Está bien, Lukita —aceptó Kroos—, tiene su lógica. Pero Case, no corras tanto, que cada vez que metes un acelerón soltamos una zorrera de humo negro que parecemos un calamar expulsando tinta. Y quita la cinta esa de flamenquito del radiocassette. Pon a Wagner o al menos a Julito Iglesias.
—Pero no seas sieso y métete en el papel, Antonio —contestó Casemiro con guasa mientras guiñaba un ojo a Kroos a través del retrovisor del Seat León.
Los tres centrocampistas llegaron al aparcamiento del centro educativo y descendieron del León. Nada más bajarse, se sobresaltaron porque entró derrapando un Xsara HDI dorado del cual escapaba pseudomúsica chunda-chunda. Del Citroën descendió la Quinta del Buitre al completo —Butragueño iba a los mandos del bólido— ataviada con prendas bakalas y unas gafas de sol Oakley cada uno a pesar de estar nublado.
Las ocho leyendas del Madrid se saludaron de manera aparatosa, como si se hubiesen encontrado en el aparcamiento de la Puzzle, y entraron a la fiesta. Una vez dentro, se vistieron de persona. Ni los futbolistas más jóvenes del primer equipo ni Guti tuvieron que disfrazarse para mimetizarse con el entorno.
Tras las felicitaciones pertinentes a Florentino Pérez se sirvió un ágape en el que no faltaron exquisiteces como sándwiches de chorizo pamplonica, patatas fritas, cortezas, pajitas, Fanta, Trinaranjus y Coca-Cola. Veteranos y noveles disfrutaron como enanos y comieron a dos carrillos, hartos de celebraciones snob en las que tenían que conformarse con aperitivos consistentes en cucharitas de cerámica con unas pocas hojas de rúcula aderezadas con vinagre balsámico.
Algunos padres de familia numerosa, como Raúl, se acercaron al presi para preguntarle:
—Al precio actual del KWh, la gasolina y el aceite de girasol, ¿cómo has podido permitirte una fiesta así?
—Muy sencillo, aplico a la economía doméstica los mismos principios de austeridad y contención del gasto que rigen la gestión del club —respondió el presidente.
—Ya, pero este mes, por ejemplo, a mí me ha venido el seguro del coche y no veas cómo come la prole —insistió Raúl.
—Para el seguro del coche yo uso Rastreator —dijo Florentino guiándole un ojo—.
Después del festín se apagaron las luces y un chico moreno y otro más alto rubio, ambos vestidos del Madrid, aparecieron en la penumbra portando una tarta de galletas y natillas de chocolate con 75 velas encendidas. Todos cantaron el cumpleaños feliz a Florentino, le tiraron de las orejas y le entregaron sus regalos, aunque todos coincidieron en dejarse la piel contra el PSG para poder regalarle una remontada el miércoles por la noche.
Florentino se vino arriba.
—¡Es hora de las copas! —exclamó el presidente mientras descorría unas cortinas y dejaba ver una réplica de la sala de trofeos del Bernabéu repleta de bebidas.
Champions con tónica, Intercontinentales con Coca-Cola y Ligas con Limón fueron los cócteles más solicitados. Los futbolistas del primer equipo, debido a la inmediatez del choque frente al PSG del día siguiente, solo tomaron unas mirindas de naranja. Sin hielo. Otros como Butragueño y Gallego, empero, terminaron cantando a voz en grito Vivir así es morir de amor de Camilo Sesto con la corbata en la cabeza a modo de diadema.
—Presi —preguntó Courtois— ¿cómo ha conseguido evitar, ya que las invitaciones no eran nominativas, que no se haya presentado nadie indeseado, como Fonsi Lolaiza o algún periodista con malas intenciones, por ejemplo, en caso de haber caído en sus manos una de estas tarjetas?
—Muy fácil, Thibaut —sonrió Florentino—simplemente tuve que redactar el texto correctamente y sin faltas de ortografía para que en caso de leerlo no fuesen capaces de comprenderlo.
La fiesta terminó. Todos se marcharon felices. En ese momento las luces se encendieron y el chico moreno y el rubio se miraron y dijeron al unísono: vamos a pasarlo bien aquí el año que viene.
Getty Images.
Aquí una felicitación más de las muchas que le habrán llegado por doquier. ¡ Y gracias por todo !
No ha de ser fácil bregar con todo lo que se encuentra en contra del club y de su persona.
Invitaria a su colega Abellan
Don FloPer puede mirar a los ojos a Don Santiago, ¿no les parece?
La Galerna es madridismo con poesía y humor.
Mañana el Real tiene que superar al Rey para que éste venga a iniciar su Reino aquí.
¡Qué buena la entrada! La vida con ironía tal cual. Con lo de Guti y las faltas de ortografía me he reído mucho.
He notado que no había ningún tolili.