Buenos días, amigos. Ayer se celebró el sorteo de las semifinales de Copa del Rey y las bolitas decidieron que se enfrentaran Osasuna y Athletic por un lado y —lo que nos interesa— Real Madrid y Barcelona por otro. Si tiramos del refranero podemos decir que éramos pocos y parió la abuela, los de Ancelotti se enfrentan a un calendario de vértigo, como asegura Marca en su hoy sí acertada portada en la que recurre al clásico de Hitchcock.
En unas pocas semanas el Madrid, además de las obligaciones cotidianas de la Liga, disputa el Mundial de Clubes en Marruecos —castigo por haber ganado otra Champions—, juega de nuevo contra el Liverpool en Champions, se mide otra vez al Atleti y al Barça, ahora en Liga, y, por si fuera poco, aborda la eliminatoria de Copa contra los culés. Solo le falta que le inviten a la boda del compañero plasta del trabajo y a la comunión de la sobrina repipi.
El clásico clásico es la clásica repetición de clásicos que fomenta el clásico ambiente competitivo de crispación clásica frente al televisor mientras se consumen los clásicos packs de seis de Mahou Clásica.
¡Que vuelva Mourinho!, gritaron algunos cuando vieron ayer el resultado del sorteo. No sería una mala idea. Para aligerar de carga de trabajo al Madrid de Ancelotti, que retorne Mourinho con su ejército de rock and roll encabezado por Xavi Alonso, Arbeloa, Pepe, Cristiano, etc., para jugar estos clásicos de Copa y así dar descanso al Madrid de Carlo actual.
Ya puestos, al Mundial de Clubes podríamos enviar a Raúl con su aguanís y reservar para la Champions, sobre todo, y para la Liga al equipo actual.
La portada de Marca es buena, aunque realmente el Madrid se crece ante las dificultades y suele responder mejor a las grandes exigencias que a las obligaciones en principio menos severas. El Madrid no siente vértigo cuando tiene que lidiar con otro grande de Europa en un eliminatoria de Champions, vaya ganando o perdiendo, quede mucho o poco tiempo. “Otro centro lateral se prevé”. Siempre responde. El equipo blanco es más proclive a padecer ataques de vértigo un domingo por la tarde en el Bernabéu frente un antecolista random y matón.
En la película de Hitchcock, John “Scottie” Ferguson —James Stewart— sentía una fuerte atracción por las mujeres conjugada con temores insalvables. Es lo mismo que ocurre en la actualidad si sustituimos James Stewart por Barcelona y mujeres por Copa de Europa. El Barça sí es propenso a sufrir vértigo cuando llega la hora de la verdad y no dar la talla. Esta patología tiene como positifo para ellos que no están castigados con jugar el Mundial de Clubes ni la eliminatoria Champions del Madrid porque ya se despeñaron hace tiempo —otro triunfo de Xavi—, con lo cual llegarán menos exigidos y más frescos físicamente a los clásicos clásicos.
El resto de portadas también destacan la palabra clásico, que parece clásica, pero en realidad no lo es porque su uso generalizado se remonta a antes de ayer.
As se inclina por “Tormenta de clásicos”, Mundo Deportivo opta por “Clásico en las ‘semis’ de Copa” y Sport se decide por “Triplete de clásicos”.
Si hablamos de clásicos, quién más clásico que Ancelotti, portador del clásico sentido común apabullante que desarbola a los charlatanes y desmitifica el fútbol. Carlo dijo que si le preguntas si en la final de París el Madrid utilizó un 4-3-3 o un 4-2-2, él diría que no lo sabe. En ese momento estallaron como un mascletá varias agrupaciones neuronales panenkitas a lo largo y ancho del mundo.
Un panenkita es al fútbol lo que el vendedor de crecepelo itinerante a los pueblos del lejano Oeste. Un panenkita sufre si la inclinación de la corva del lateral derecho de su equipo no tiene un ángulo de (π/3)2 radianes en el minuto siete de la segunda parte de un partido de pretemporada contra el Écija. Sin embargo, Ancelotti sabe que los jugadores, una vez comienza el partido, tienen la mala costumbre de moverse por todo el campo y que eso de cuadricular una realidad que es redonda no sirve de nada salvo para ganarse la vida trabajando poco.
Nos despedimos con el clásico, y sincero, deseo de que paséis un buen día.
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Un comentario en: El clásico clásico y el vértigo
No sé como el portanálisis no destaca la noticia bomba de esta mañana. "El Barça a la espera de la salida de Bellerín". Después del OK de Valverde, ¿lo van a dejar salir? Suerte al Madrid en este duro invierno que le espera, si consigue llegar a la primavera vivo en alguna de las tres competiciones será un milagro y volverá a ser muy peligroso para sus rivales. Ánimo, chicos. Que nos toque el Atlético y el Barça en medio de los octavos de Champions, como en el 2019, ¿también casualidad?