El Camp Nou es bastante grande

Buenos días. Puede ser que el Barça sea más que un club, pero su estadio es solo un estadio. No lo dice La Galerna sino Klopp. El técnico del Liverpool se ha sacado de la manga de su proverbial iconoclastia una sentencia tan cáustica, tan maravillosamente irreverente para con los inventores del fútbol, que en esta ocasión nos ha ganado. Otras veces le hemos criticado pero en esta ocasión ha estado sembrado.

“El Camp Nou es solo un estadio. Bastante grande, pero no un templo del fútbol”.

Semejante bofetada dialéctica no ha pasado desapercibida para la muy dogmática y solemne prensa cataculé, en concreto para Sport, quien bajo la
siguiente foto de Coutinho con cierto carnicero pluriempleado como actor alude en chiquitito, pero no por ello menos airadamente, a las palabras del entrenador alemán. Klopp, parece ser, “enciende la semifinal”.

Qué mal encaje tiene esta gente. Decir que el Camp Nou es solo un estadio (“bastante grande”, cómo nos gusta esa acotación concesiva) no es decir ninguna mentira. No tiene suficiente enjundia histórica ni peso específico para ser considerado un “templo del fútbol”, que imagino era la pregunta directa del periodista. No es un recinto que tenga el sabor añejo y catedralicio de lugares como el Bernabéu o el propio Anfield. Está muy bien para reuniones políticas, en cambio.

Por otro lado, y si uno lo piensa detenidamente, la mayor gesta europea que ha protagonizado alguien en el Camp Nou en los últimos cinco años la llevó a cabo un árbitro, Aytekin, quien con la sola ayuda de Neymar y Emery puso las casas de apuestas patas arriba no diremos que en su propio beneficio, porque qué sabremos nosotros, pero sí en beneficio de muchos apostantes acaso amigos, sobrinos, allegados, o por el contrario gente absolutamente ajena al trencilla, qué sabemos.

Por lo demás, el Camp Nou podría ser considerado un templo del fútbol por haber albergado durante tantos años a un ídolo como Messi, pero no sabemos si con la presencia de un solo jugador, por extraordinario que sea, te convalidan por ahí arriba las calificaciones necesarias para presentarte siquiera a la oposición de “templo del fútbol”. Tuvieron también a Cruyff, es cierto, un genio sin paliativos que sin embargo nunca ganó la Copa de Europa en el Barcelona, no como jugador.

Que el Camp Nou tiene un déficit de grandeza para entrar por derecho propio entre los estadios de fútbol con más prestigio y sabor de Europa es tan innegable como que sufre, en cambio, un superávit de politiqueo indepe que nada tiene que ver con el fútbol y que de hecho, a nuestro juicio, es tan conceptualmente opuesto a él que le hace bajar aún más puntos en la escala. Que se cambie de oposición y entre en la de recintos políticos, donde le auguramos mejor suerte.

Nosotros hoy hemos venido aquí a decir que Klopp tiene razón en esto que ha dicho del Camp Nou, pero no podemos evitar que el resto de periódicos del día quieran hablar de otras cosas: una análisis de la mencionada semifinal entre Liverpool y Barça, una llamada a filas del tío Sam para que la Cultural Leonesa gane la Copa y un intento de mitificación de la figura de Rubiales que tiene menos posibilidades de éxito que la desmitificación emprendida por Klopp respeto al Camp Nou.

Estadio que nos parece estupendo, de hecho, como en seguida nos apresuramos a aclarar.

Bastante grande.

Pasad un gran día.