La semana pasada anunció su retirada Eden Hazard. A sus 32 años, el capitán de la generación dorada del futbol belga ha sido el último en sumarse a la lista de superclases extranjeros cuyo último club fue el Real Madrid. Una lista encabezada por el legendario goleador húngaro Ferenc Puskás, coronada por Zinedine Zidane, en la que también figura el ilustre guardameta polaco Jerzy Dudek y a la que más pronto que tarde se podrían añadir con letras de oro los nombres de Luka Modric (ojalá) y Toni Kroos (más que probable). Una lista que podría haber engrosado Karim Benzema si no corrieran los tiempos del petrodólar…
La progresión meteórica de Vinicius Jr. hizo que parecieran o un capricho, o un derroche los más de 100 millones que se pagaron por Hazard, pero si uno se detiene a mirar el video de mejores momentos que LaLiga ha colgado en su honor, reconocerá a un futbolista absolutamente distinguido en sus intervenciones, que se asociaba a la perfección con Toni, Luka y Karim. Pelotero díscolo, Hazard pertenece a la estirpe de poetas que se entregan a la lírica del balón, jugadores en el sentido más estricto de la palabra, que juegan por diversión y deleitan a aquellos aficionados que acudimos al estadio por el espectáculo más que por el resultado.
Nadie llevaba la batuta de un partido como él. Lejos de ser “una máquina de marcar goles”, como reconoció en una entrevista, Hazard es de la escuela de Modric, de los que prefiere generar la jugada y dar la asistencia, antes que anotar el tanto. “La sensación es la misma cuando ves el balón en la red”. De este tipo de futbolistas quedan cada vez menos. Durante su estancia en el Real Madrid se posicionó en contra de un tema tan sensible como el VAR, proclamando que “la injusticia es la belleza del fútbol”. Del fútbol de toda la vida, que cada vez deja más paso a un fútbol mecánico y prosaico -el de los 5 cambios, el de los partidos de 100 minutos…- donde los poetas como él no tendrán cabida.
Hazard es de la escuela de Modric, de los que prefiere generar la jugada y dar la asistencia antes que anotar el tanto. “La sensación es la misma cuando ves el balón en la red”. De este tipo de futbolistas quedan cada vez menos
Ni el más optimista de los valedores de Vinicius podría haber vaticinado que el brasileño le arrebataría la titularidad en la banda izquierda a un jugador de la talla de Eden, que se había convertido en el fichaje más caro de la historia del club. Su retirada sucede a la de otros dos futbolistas con pasado blanco que colgaron las botas en los últimos meses: Özil y Gareth Bale. En el verano de 2013, con la marcha de Mourinho y la llegada de Ancelotti, en las últimas horas de mercado se hizo caja con la venta de Mesut al Arsenal para apostar por el extremo galés del Tottenham. Otro ejemplo de lo mismo: el poeta tuvo que dejar su sitio para que lo ocupara un jugador más prosaico. Al final, resulta que Carletto es un entrenador moderno…
Eden Hazard, el mayor de cuatro hermanos futbolistas, se retira de manera precoz porque cada vez hay menos cabida para la poesía en el fútbol actual. Ha declinado ofertas exóticas que le habrían alargado la carrera, porque él no es de los que se aferran a la profesión. Prefiere dejarlo en lo más alto. Pocos días después del anuncio, Kevin Nolan, segundo entrenador del West Ham, le abría las puertas del club: “Creo que alguien de su calibre puede jugar muchos años más”. Habrá que ver si los cantos de sirena de la Premier League provocan que dé marcha atrás en su decisión, como hicieron Paul Scholes o Beckham en su momento. Por lo pronto, Eden Hazard se retira tras su paso por Real Madrid: ni el Bernabéu ni el futbol profesional fueron un paraíso para él.
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La suerte le fue contraria en nuestro club. No se había lesionado nunca prácticamente en su carrera como futbolista y aquí no terminaba de salir del hospital. Sin duda, de no haber ocurrido esto, hubiera triunfado en el Madrid.
Es que, Hazard, más que un paraíso fue un infierno para el Bernabéu. No se puede uno escudar en la lesión para justificar el nefasto rendimiento que proporcionó. Más bien, fue el resultado de su sobrepeso, su pereza, su pasotismo y su nulo esfuerzo, lo que le dejó fuera de juego.
Hombre, eso de que lo dejó en lo más alto es más que discutible. Yo diría más bien lo contrario. Jamás hizo nada en el Madrid por lo que será recordado. Pasotismo, mal estado de forma, sobrepeso... Vicios que tapaba en Inglaterra cuando era uno de los mejores jugadores de la Premier, si no el mejor. Pero en el Madrid fue un absoluto desastre los años que estuvo aquí. Culpa de las lesiones, sin duda, pero también de un carácter poco exigente consigo mismo, que su gran talento consiguió ocultar durante muchos años. Una grandísima decepción.Me compré su camiseta cuando fichó por el Madrid y no me la he puesto nunca, la verdad. El mayor chasco de la historia del Madrid, teniendo en cuenta su precio.
"Prefiere dejarlo en lo más alto".... Más bien sería "no ha tenido más remedio que dejarlo en lo más bajo".