El Barça no asalta la Liga, pero el Atleti sí asalta el área

El análisis de las portadas de los periódicos deportivos de hoy

Buenos días. Ayer nos preguntábamos recelosos a qué se referiría la prensa cataculé con eso de “Asalto a la Liga”. Era un titular con un doble sentido acaso no pretendido, pues entre las acepciones de la palabra “asalto” hay algunas que se llevan a cabo a mano armada.

El hecho es que el Barça no asaltó la Liga. Solo podríamos decir eso si hubiera recortado puntos de diferencia al líder, cosa que no sucedió porque el líder (el Atleti) ganó también. Por cierto que ganó merced a un gol de Luis Suárez y a un penalti atajado por Jan Oblak, suceso paranormal a la altura de las apariciones del monstruo del Lago Ness o de una ministra retransmitiendo por Twitter las declaraciones de un programa del corazón. Rara vez para penaltis Oblak y sin embargo ayer sucedió, lo que dio pie a que Sport pusiese un tuit recriminando a Oblak haber parado el penalti que no era. ¿Cómo se le ocurre al formidable guardameta esloveno detener un penalti al Alavés y no hacer lo propio cuando más le necesitaba el barcelonismo, es decir, en la tanda de la Final de la Champions de 2016 en Milán? Ay, amics. ¡Cuán abiertas permanecen las heridas causadas por el Real Madrid en sus grandes noches, y de qué manera escuecen por igual en los andurriales rojiblancos y blaugranas, con independencia de a cuál de los dos equipos le hayan sido infligidas! El tuit tiene cierta gracia, habremos de admitirlo, pero no sabemos si sus autores serán capaces de calibrar los innombrables complejos freudianos que laten en estos dos eternos aliados, unidos por el enemigo común.

Pero ahora vamos con el Atleti. El hecho es que el Barça ganó, y no nos duelen prendas (¿de dónde viene esa frase?) ni se nos caen los anillos (¿de dónde viene esta otra?) en admitir que lo hizo brillantemente.

“¡Festival!”, exclama exultante Sport. “¡Barça total!”, proclama Mundo Deportivo. Si os fijáis, ambos titulares riman. Combinados, podrían formar el lema de una manifestación que los convocados coreen enfervorizados agitando sus pancartas, así como esas esteladas que tanto vamos a ver próximamente bajo el mandato de Laporta y para alegría de los barcelonistas de Zamora, Cáceres y San Pedro del Pinatar.

—FES-TI-VAL. B-A-R-ÇA-T-O-T-A-L. F-E-S-T-I-V-A-L, etcétera.

Decimos que no nos duelen prendas en reconocer que el Barça jugó muy bien ante la Real. Las que sí nos duelen todavía son las patadas del Celta en el partido del sábado, sacudidas no necesariamente sobre las prendas lucidas en Balaídos sino sobre articulaciones y paquetes musculares varios.

Son patadas que nos duelen en el cuerpo místico del madridismo, ya que no fueron propinadas en nuestros tobillos sino en los de los jugadores blancos y ante la estupefaciente mirada cómplice de Melero, el árbitro que pasará a la historia por haber sacado amarilla a Modric por pasar el balón a un compañero.

Marca refleja la vergüenza de la tarjeta a Modric en un magro espacio superior, así como la determinación del Madrid por ir “a la guerra” para que los tribunales deportivos resten al croata esa inverosímil amonestación. El argumento principal de los de Gallardo, no obstante, es la emoción de los diez partidos ligueros que restan tras las tres victorias de los tres candidatos al título. Estamos de acuerdo, habrá mucha emoción, pero sería posible que hubiera más aún si el colegiado hubiera mandado repetir el penalti parado por Oblak. Habría sido lo reglamentario al haber sido invadida el área por varios jugadores atléticos antes del lanzamiento (también por alguno del Alavés, pero el reglamento es en todo caso claro respecto a la necesidad de repetir el lanzamiento cuando el box es invadido por jugadores de ambos contendientes). Así que el Barça no asaltó la Liga, como preveía Sportivo, pero el Atleti sí asaltó el área en el lanzamiento de ese penalti decisivo. Por supuesto, el diario filoindio Marca no lo indica por ninguna parte.

Tampoco lo hace el diario filoindio As, por mucho que rebusquemos en su cantar de gesta de la parada. Es curioso que el tema, al parecer, no pase de ser anecdótico para la prensa, máxime cuando el Madrid sufrió contra el Valencia el rigor del reglamento al obligar el colegiado a repetir el penalti que había atajado Courtois... exactamente por la misma razón por la que trencilla (y sobre todo VAR) debieron ayer ordenar la repetición del que paró Oblak. Sí, nos referimos al encuentro en el cual al Madrid le pitaron tres penaltis en contra de los cuales dos no lo eran ni por asomo, y en el cual debió ser anulado por falta previa a Asensio el único gol valencianista que no fue desde los once metros.

As apunta también que “la Roja arranca hacia Qatar 2022”, recordándonos así que estamos ya en pleno parón de selecciones.

Que Dios nos coja confesados.