El FC Barcelona, faltaría más, está legitimado para invitar a su estadio provisional a quien estime oportuno, y quien estime oportuno está también en su perfecto derecho de acudir. Los demás, por nuestra parte, estamos en nuestro perfecto derecho también de preguntarnos cómo puede ser que determinadas personas de prestigio en sus campos acepten la invitación cuando todo el mundo sabe (¿o acaso el problema es que no lo sabe?) que el Barcelona ha corrompido el fútbol español hasta el tuétano durante las últimas tres décadas, protagonizando escándalos sin numero ni castigo, entre los que destaca el de comprarse la cúpula arbitral del campeonato, en una "corrupción sistémica" (como lo llama el juez instructor del caso) que probablemente no tiene precedentes en toda la historia del deporte mundial.
Primero fueron los Rolling Stones, cuya presencia en el palco blaugrana podía entenderse con reparos a través del acuerdo de patrocinio del club cliente de Negreira con Spotify. La cosa salió regulera porque Mick Jagger se puso a aplaudir el golazo de su compatriota Jude Bellingham con el que el Madrid empató el partido, y no se le vio muy disgustado cuando el propio Bellingham hizo subir al marcador el gol de la victoria blanca.
Ahora, para mí consternación, el que ha decidido aceptar la invitación, no sé si asimismo como parte de algún otro acuerdo comercial, ha sido el actor inglés Hugh Grant, cuya carrera admiro más por lo bien que me cae y su falta de pretensiones que por sus inexistentes dotes dramáticas, que tampoco él presume de tener. Está en algunas de mis películas británicas favoritas de los últimos lustros, lo que le convierte instantáneamente en un tipo al que se quiere (¿se quería?).
Ver a Hugh Grant posando con la camiseta del club cliente de Negreira es un varapalo de muy difícil digestión. You too, Hugh, my son? Se ve que el protagonista de Notting Hill y Love Actually, entre otras muchas, no llegó a captar del todo el concepto de granuja cuando interpretó la estimable Small Time Crooks a las órdenes del incombustible Woody Allen, y en consecuencia no se ha percatado de que las únicas diferencias entre las directivas del Barça actual (y pretérito) y los personajes de The Gentlemen son meramente superficiales.
Yo tengo la esperanza de que Hugh, de natural despistado, o al menos esa es la idea de la persona que uno se hace a través de sus papeles, no se haya enterado de lo de Negreira. En una mítica escena de Cuatro Bodas y un Funeral, se encuentra con un viejo compañero del colegio, con el que sostiene este diálogo sempiterno.
-¿Sigues con aquella novia de entonces?
-No, ya no es mi novia.
-Ah, menos mal. Se la tiraban todos los de la pandilla.
-(...) Ahora es mi mujer.
No pierdo la esperanza de que este desliz de ahora se trate de un acto de inocente torpeza como aquel, y que puesto al tanto de la realidad del Barça Hugh ensayaria uno de sus carismáticos gestos de "Tierra, trágame" y, mirando para otro lado, sin saber dónde meterse, musitaría uno de sus legendarios:
-Right... Right...
El Inglés que Subió una Colina pero Bajó una Montaña ha ascendido ahora a lo que él cree un simple montículo promocional. Vamos a ver cuánto tarda en bajar de esa desproporcionada montaña de mierda.
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En twitter un usuario decía que le habían dado la camiseta sin número porque para darle número antes tenían que vender a alguien.
Jajajaja
Y seguimos en esra pocilga de liga de tebas, clos, medina y demás prevaricadores en los que incluyo a los perrodistas de asport, farza, m.vomitivo ....van de dignos y callan como put...ante el mayor escándalo de la historia del fútbol mundial y el robalona f.c sigue con sus privilegios, lo que hacen 7,3 millones como poco y durante 30 años..desde Tenerife para acá como poco
Como van desde fuera a hacerle el vacío al Sobornalona cuando desde las instituciones españolas no se le ha sancionado ni apartado como es debido? Pedimos mucho si ni siquiera somos capaces de lavar (con lejía) nuestros trapos sucios.
Recordando, para que no se olvide nunca. El Farçalona, el "mes que un club", ha pagado durante décadas al vicepresidente del CTA, Enriquez Negreira, para "conseguir neutralidad".
Ni un día sin pan en casa, ni delito o fraude del FARÇA. (R. Ramos Neira, dixit)
Son fulleros. Es tal su complejo de inferioridad que lo que más priorizan es sentirse diferentes, especiales. Y poder hacer cosas que los demás no. Si no pueden ganar en cuanto a resultados de marcador y clasificación, les reconforta, les vale hacer pirulas e infringir leyes impunemente que a cualquier otro no se le consiente o le supone un castigo. El "fet diferencial".