Aquellos que sean seguidores incondicionales de las novelas de George RR Martin que conforman “Canción de Hielo y Fuego”, o al menos de su famosa versión televisiva denominada “Juego de Tronos”, saben que el Trono de Hierro es la sede del poder del monarca de los Siete Reinos. El Trono de Hierro está forjado a partir de más de un millar de espadas de los enemigos caídos, de tal manera que, no sólo es frío e incómodo, sino que, incluso, puede cortar con el filo de las espadas si su ocupante no tiene el cuidado debido. El enorme deseo y determinación que demuestran los aspirantes a sentarse en el trono es proporcional al posterior desgaste y sufrimiento que conlleva su ocupación. No se me ocurre una alegoría más próxima a lo que supone ocupar el banquillo del Real Madrid: no hay ninguno más deseado por los entrenadores de todo el mundo, pero tampoco más temido. Al fin y al cabo, al igual que el Trono, el Banquillo de Hierro del Real Madrid está construido a partir de legendarias victorias que también incomodan a su ocupante. Aunque analizar a los aspirantes al Banquillo de Hierro, es aventurado, pues todavía tiene un ocupante que no ha sido derrocado, este encadena una serie de derrotas que hacen presumir que pronto dejará de sufrir los cortes característicos de su actual cargo.
Pero antes de analizar las cualidades de los teóricos candidatos al Banquillo de Hierro, sería conveniente intentar concretar cuáles son las exigencias que el club exige para el puesto. Si partimos de los últimos nombramientos podrá observarse que la propuesta relativa al juego de cada entrenador es una de las condiciones que menos pesa en la elección. Mientras que la política de fichajes tiene definida una clara dirección, encaminada a la contratación de jugadores de elevado talento técnico, la elección del entrenador no tiene relación directa con las cualidades de los jugadores. En la elección del técnico, el club prima más las condiciones subjetivas de estos que las objetivas, concernientes a su estilo de juego. Es decir, priman el carisma, el bagaje o la personalidad sobre la propuesta futbolística. Esto no es una cuestión novedosa en el seno del club, sino más bien una constante tanto en el pensamiento del monarca vigente del Reino Blanco, Florentino Pérez, como en su Mano, el Director General, José Ángel Sánchez.
En los tiempos, del equivalente del Rey Loco, Calderón, cuando éste se dispuso a sentar en el Banquillo de Hierro al germano Bernd Schuster, la eterna Mano del Rey, opuesto a esa contratación, exigió al germano que la preparación física fuera responsabilidad del club, contratándose para ello a Walter Di Salvo, mientras que el teutón se ocuparía únicamente de la preparación técnica y táctica de la plantilla. Esta compartimentación de la preparación, que sería inconcebible para entrenadores como Pep, Mou o Klopp, condiciona de forma clara la decisión de los regentes blancos sobre el entrenador.
De hecho, este pensamiento es consecuente con la importancia que en la actualidad se otorga en el organigrama al preparador físico del Real Madrid, Antonio Pintus. Este prestigioso preparador físico, con una metodología basada en los fundamentos clásicos de preparación italiana, en los que se prima la preparación física sobre los elementos relativos al juego, resume su pensamiento en los siguientes términos: “Me gusta correr, pero no puedo jugar al fútbol. La técnica hace la diferencia, en mi opinión. Pero si tienes a dos campeones al mismo nivel técnico, el que corra más rápido será mejor. El talento es la base. Uno nace campeón. El problema después es permanecer en ese estado el mayor tiempo posible. Y eso es sólo cuestión de trabajo”. Esta filosofía es dominante en los pensamientos de los regentes del club blanco, y a ella se tendrá que amoldar el próximo ocupante del Banquillo de Hierro.
Concluyendo, se busca a un perfil que, más allá de su propuesta relativa al juego, sea capaz de liderar a un grupo de jugadores de élite, motivarlos y disciplinarlos, con unos métodos de preparación física óptimos, para que el talento natural de los jugadores sea el que marque la diferencia. Con la dificultad añadida de que el mercado actual está en un periodo inflacionario y ya no se ficha talento real, salvo excepciones, sino potencial, por lo que el entrenador deberá tener la capacidad de evolucionar a los jóvenes talentos incorporados.
Sin más información que la publicada tanto a nivel nacional como internacional, y siempre en el contexto de la fiabilidad que ésta tiene en nuestros días, los aspirantes al Banquillo de hierro son:
- Joachim Löw; el seleccionador germano comparte muchas de las cualidades positivas y negativas de uno de los últimos ocupantes del Banquillo de Hierro, y que más sufrió su dureza: Julen Lopetegui. Su trayectoria ha destacado únicamente en la dirección de la selección nacional germana, y lleva sin preparar a nivel de club desde 2004. En cuanto a metodología de entrenamiento, propuesta de juego y tipo de gestión de plantilla, Joachim coincide en la mayoría de los aspectos con Lopetegui, aunque dota a sus equipos de mayor verticalidad. Su desconocimiento de un club tan particular como el Real Madrid, su alejamiento de la realidad diaria para preparar a un club de nivel top, y la mala experiencia reciente de Julen son hándicaps muy importantes para ser el elegido para sentarse en el Banquillo de Hierro.
- José Mário dos Santos Mourinho Félix; ya ocupó el Banquillo de Hierro y si su pasado es el mejor reflejo de la extrema dureza que sufre su ocupante, su mera disposición a volver es la prueba de la desbordante personalidad del preparador luso. Poco se puede escribir de Mou que los lectores no conozcan ya, aunque cabe destacar que, si bien su sintonía con los actuales regentes del club se ha demostrado como perfecta, su metodología es antagónica a la que representa la prevalencia de la preparación física que habitualmente defienden tales regentes. De hecho, Mou se expresa en estos términos: “La forma no es física. La forma es mucho más que eso. El físico es menos importante que la globalidad de la forma deportiva". Líder nato, tácticamente flexible, versátil e innovador, las dudas de su contratación dimanan de unos últimos años donde parece no haber sabido adaptarse al futbolista moderno, tan caprichoso como talentoso a la vez. Mou fue el entrenador ideal en su momento, pero no está claro que sea un entrenador adecuado para este momento.
- Massimiliano Allegri; el perfil del entrenador italiano se adapta de manera perfecta a las exigencias de los regentes blancos, siempre partiendo de la no puesta en valor del modelo de juego sobre otras condiciones. Experiencia en clubs de élite como Milán y Juventus, haciendo a ambos campeones locales, tenía el honor, hasta esta semana, de ser el único entrenador que había ganado una eliminatoria de Champions al Real Madrid en el último lustro; y sólo la presencia de dos mitos como Cristiano Ronaldo y Messi le han alejado de ganar los máximos honores. Con un modo de preparación muy cercano al que gusta a los dirigentes blancos, totalmente compatible con los actuales sistemas de preparación física que imperan en el club. A pesar de ser un técnico de corte conservador, es muy versátil tácticamente, adaptando sus sistemas a los futbolistas de los que dispone, y con una capacidad de empatía con sus jugadores que lo acerca más a Ancelotti que a Conte. Allegri no pondrá inconvenientes a la planificación del club, y su carácter le permitirá soportar con resignación el dolor del Banquillo de Hierro. Su encaje en el esquema institucional merengue puede verse ensombrecido sólo por una posible eliminación ante el eterno rival local de los blancos, pues en este banquillo hay que sentarse colocando al menos una espada, y no llevando una clavada ya en tu espalda. Aun así, es, sin duda, uno de los más claros aspirantes a sentarse en el sufrido banquillo blanco.
- Mauricio Roberto Pochettino Trossero; el preparador argentino es un buen conocedor de la competición nacional y de la exigencia del Real Madrid como club, al que le une su rechazo al eterno rival culé. El perfil de Pochettino posibilita dar respuestas a muchos de los desafíos que supone sentarse en el banquillo de hierro actualmente: disciplinado pero cercano a los jugadores, de origen “bielsista” en la concepción del juego, pero con una evolución pragmática según el mismo ha reconocido, su propuesta coincide con la que marca la historia de la Casa Blanca: fútbol atrevido, valiente y generoso. Versátil tácticamente, apuesta por el talento de jugador y es un probado desarrollador de talentos jóvenes, lo que encajaría con la política de incorporar talento potencial al club. Jugadores como Vinicius, Asensio, Rodrygo u Odegaard se beneficiarían de la llegada del preparador argentino. Pero Pochettino exigiría un viraje en la forma de entrenamiento, muy alejada de la ya descrita tradicional italiana y mucho más cercana a la imperante actualmente en España, con modelos de preparación globales ligados a las situaciones reales de juego. El perfil es tan adecuado que no parece haber muchas dudas en los regentes blancos al respecto, pues incluso hace poco tiempo se le remitió a un futuro aspirante al Banquillo de Hierro (Raúl González) para que se formase con el argentino. Pero Pochettino no es libre para elegir su futuro y su llegada al Banquillo de Hierro supondrá un alto coste para las arcas del reino blanco que no está claro que sus regentes quieran afrontar.
- No se puede hablar del Banquillo de Hierro sin hacer referencia a la leyenda de quién parece haber nacido para sentarse en el mismo. Zinedine Zidane siempre ha de ser una opción al banquillo. De hecho, con Zidane parece que la elección se invierte, y es el Banquillo de Hierro el que prefiere al genio francés, hasta el punto de que cuando él se sienta en el mismo se convierte en un banquillo de algodón incapaz de dañar a su inquilino. Tres años de legendarias conquistas y aún es difícil describir al emperador blanco, que transita en su gestión entre el rigor de Lippi y la cercanía de Carletto, sus dos mayores referencias como gestores de vestuario. Pragmático, versátil tácticamente, coincide plenamente con la idea del club de confiar en un talento técnico al que hay que optimizar desde la preparación física. Pero aun cuando intenta mutar para acomodarse a su inquilino favorito, el Banquillo de Hierro no puede huir de su verdadera naturaleza, y el mito blanco podría verse también afectado por el desgaste de tan dolorosa silla, pues es difícil escapar del inmisericorde escrutinio al que todo entrenador blanco es sometido. Pronto se olvidarían sus legendarias victorias si llegasen futuras derrotas.
El juego del Banquillo de Hierro ha comenzado, y seguro que cada lector tendrá sus preferencias. Sólo puedo recordarles que, en este juego, sea quien sea el elegido, se gana o ... se muere.
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Hay que alabar el análisis que hace el comentarista; además lo remata con una frase genial: "cada lector tendrá sus preferencias". Esta es la verdad. Lo que me gustaría que comentara es la situación de Solari de aquí al final de temporada. ¿Hay que mantenerlo? Si se le despidiera, ¿A quién traer? Creo que ahora solo está libre Mou.
Excelente análisis.
De él parece desprenderse que el inquilino que aúna más posibilidades reales de contratación y un perfil más acorde con las ideas de los que mandan es Allegri.
Pero la eliminatoria con el Atleti lo puede echar todo al traste.
Y mi querido Mou está disponible desde ya...
Cualquiera que sepa hacer un trabajo honesto basado en los méritos de cada jugador, que dote al equipo de una estructura táctica, que sepa presionar al rival, que sepa defender, que tenga alternativas según vaya el partido, y que haga ver a los jugadores que tan importante es ganar en Eibar como en Gelserkichen.
Qué no consienta salidas de tono, ataques de ego y que ponga al equipo por encima de nombres.
Qué vuelva a hacer grande al Real Madrid, en una palabra..........
Acaba Ud de describir a Mourinho !!!
Un saludo.
Por mezclar el Juego de Tronos del artículo con El Señor de los Anillos, Mourinho sería Denethor II, así que casi mejor que no venga.
De acuerdo en todo menos en que el juego de Mou, al menos lo visto en sus dos últimos equipo ha sido un calco sin ninguna propuesta valiente: en caso de duda el portugués tira por el físico y no el talento. (Hablo de momentos puntuales de los partidos)